Jiraiya se armo de valor y se acercó a Tsuki, esta le miró de reojo.
—Ahora que tendrás un hijo ¿Te quedaras con ella? —cuestionó el peliblanco en voz baja algo temeroso de la respuesta.
Akane estaba durmiendo con la cabeza recargada en el regazo de Tsuki, parecía no estar incomoda pero llevaba casi todo el día igual de inconsciente.
—No —respondió sin pensarlo en igual volumen —¿Por qué la pregunta?
—¿No te harás responsable del niño?
—Por supuesto que si, idiota, es solo que Akane no quiere quedarse conmigo ni yo con ella, fue una noche, solo eso, ahora tenemos que hacernos cargo del pequeño que viene en camino, yo de una u otra forma estaría de acuerdo con Akane, si decidía abortarlo, esta bien, es su cuerpo, pero ella decidió tenerlo por ende, la acompañaré y apoyare en todo lo que quiera, al final ella se irá y yo me quedaré con el bebé.
—Entiendo.
—Además, sólo somos amigas.
—¿Hablas enserio? ¿Acaso embarazas a una persona que solo es tu amiga?
Tsuki se puso roja hasta las orejas.
—Eres un idiota.
El peliblanco rió, observo unos segundos a la azabache.
—Me alegra verte de nuevo.
—Diría lo mismo, pero estoy ciega, así que... Supongo que me alegra volver a encontrarme contigo.
Jiraiya volvió a reír, se sentía mejor luego de saber que Tsuki no estaba tan cambiada después de todo.
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