Dimensiones del tiempo ver 1

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Las dimensiones del tiempo

—    Abuelo, cuéntame más historias de tu tiempo, sobre cómo era el mundo! —dijo expectante el pequeño ser a su abuelo.

—    Ah, pues veras. En mis tiempos todo era más interesante de lo que es ahora, o más peligroso. Podías encontrarte con todo tipo de criaturas, no solo con las que conoces ahora —dijo con ternura levantando a su nieto y colocándolo sobre su cola—, sino también una gran variedad que venían de otros mundos. todas las criaturas eran diferentes y extrañas, con narices enormes o grandes alas, de pieles doradas o cubiertas de pelo, estaban por todas partes.

—    Pero abuelo, ¿por qué ya no se les ve más?—pregunto el pequeño con insistencia— ¿por qué ya no vienen? ¿Cómo venían acá?

—    Bueno hijo, hace tiempo había caminos para llegar a todas partes, no eran caminos normales, claro, pues por ellos se podía llegar a otros mundos, y también a este— el abuelo hizo una pausa para tomar agua antes de continuar— Esos caminos se llamaban portales, y por ellos viajabas entre los mundos, estaban regados por ahí y tú solo tenías que atravesarlos para ir a otro lado, yo fui a tantos lugares tan interesantes que me tomaría otra vida contarte todo lo que viví.

—    abuelo, ¿yo podría ir? Yo quiero conocer esos mundos y todas las cosas interesantes que hay en ellos, ¿dónde hay un portal?—pregunto el pequeño excitado.

—    Hay hijo. pues veras, hace mucho tiempo existió un ser que uso los portales para su propio beneficio. Recluto muchos servidores e intento usar los portales para controlar los mundos. aterrorizo a todos y causo muchos daños —el abuelo suspiró,  exhalando burbujas por entre su bigote— para detenerlo la sociedad a cargo de los portales y dimensiones tomo una decisión —el abuelo bajo al niño de su cola con un suspiro— decidió que tenía que destruir los portales, y así se hizo. Se le ordeno a todas las criaturas que regresaran a su propia dimensión y los portales fueron destruidos, pero de eso hace ya mucho tiempo.

—    ¿por qué mis padres nunca me lo dijeron? —pregunto el pequeño

—    Esto que te cuento pasó hace tantos milenios que todos lo han olvidado ya,— dijo el abuelo y se levantó de su asiento para recostarse sobre algunas algas— y será mejor que tú también, anda a jugar con el pez y luego a comer, yo tengo muchas cosas en que pensar.

—    Está bien abuelo— dijo el pequeño haciendo una burbuja y poniéndola en su mano, después la lanzo y el pez la siguió hacia la superficie.

—    Ojalá tu algún día lo veas por ti mismo, dentro de algunos milenios —dijo el abuelo para sí mismo en un suspiro, cerró los ojos y el delgado hilo de burbujas que salían de sus branquias dejó de fluir.

Historias de un diario imaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora