𝐋𝐄𝐕𝐈𝐓𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆, hugo arbues

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Estaba realmente nerviosa, Hugo me envió en mensaje avisándome que llegaría dentro de diez minutos, ¿Que le diría? Hey hugo, me gustas desde la primera vez que cruzamos palabras, Porfavor ya besame.

Solté un bufido y acomode el collar que el ruloso me regalo cuando cumplimos tres meses de amigos, Mierda esto es muy difícil.

El timbre de la casa sonó, Solté un chillido por lo bajo debido a los nervios, Limpie mis palmas sudorosas en la falda que traía puesta.

—Respira Neyra, Respira—Me dije a mi misma en voz alta.

Me dirigí al recibidor y le abrí la puerta, Hugo se encontraba parado en el porche de mi casa con una sudadera roja, un buzo deportivo gris, una riñonera de color negra cruzada y la mascarilla de este mismo color.

—Hola—Salude nerviosa.

—Hola—Dijo con las manos en los bolsillos.

—Puedes pasar—Continúe y el asintió, Se adentro en mi casa—Ya sabes donde queda mi habitación.

El subió primero, Yo me dirigí a la cocina y saque de la alacena una bolsa de papas, una bolsa de suffles. Nuevamente abrí una puerta, pero esta vez la de la nevera, Saqué dos latas de gaseosas y la cerré.

Subí las escaleras con las cosas en mis manos y mordiéndome la mejilla interior con nerviosismo.

Abrí la puerta con un poco de dificultad y la cerré apoyándome en ella, camine hasta la cama y deje las cosas sobre esta.

—Traje tus favoritos—Mencioné y el me sonrió.

Hugo comenzó a comer intentando evitar mirarme demasiado. La situación era bastante incomoda.

—Te debo una explicación—Confesé suspirando—Lo que te voy a decir no es fácil, Mira Hugo, Nos conocemos hace meses, Prácticamente desde que comenzaron las grabaciones de la película, Y te tomé cariño demasiado rápido, Por que es imposible no amarte Hugo Arbues—Continúe soltando una risa tonta—Y se que quizás si digo esto, Voy a perderte. Pero no puedo más hugo, No soporto tener que fingir ser tu amiga, Porque te veo como todo menos un amigo, Y esto es tu culpa... T-tú y tu maldita sonrisa, tus ojos brillantes, tus bromas sin sentido, y tus falsos coqueteos, Siento las estúpidas mariposas cada vez que te veo, Joder hugo, Me gustas tanto, Y si no te sientes de la misma forma lo entiendo, puedo seguir siendo tu amiga si eso significa no tener que perderte—Finalice con los ojos cristalizados.

Alce la mirada para encontrarme con la de Hugo, Visualice su rostro y fruncí el ceño al ver como contenía una sonrisa.

—¿Te estás burlando de mi idiota?—Pregunto confundida y molesta.

—Para nada, Es solo que, es gracioso ¿sabes? Eres la persona más jodidamente ciega que conozco, ¿En donde tienes la cabeza mujer?—Pregunta divertido y antes de que abra la boca para insultarlo el continua—Pregúntale a alguno de nuestros amigos la forma en la que mis ojos brillan cada vez que te veo entrar a una habitación. Me costaba tanto disimularlo, intentaba cubrir mis sentimientos por ti con coqueteos de broma, pero mi corazón se aceleraba cada vez que me sonreías Neyra. Le conté a tu hermano lo mucho que me gustas, Estaba aterrado, Creí que me golpearía, Para mi suerte no lo hizo. El punto es que, Me gustas un montón, Y es realmente grandioso que sientas lo mismo. Mi corazón va realmente rápido en este momento—Finalizó soltando una carcajada nerviosa, mientras jugaba con los tirantes de la sudadera.

Solté un suspiro de alivio y reí con auténtica alegría, ¡También le gustaba! Joder es el mejor día de mi vida.

—¿Me vas besar o tengo que pedirtelo por escrito?—Me atrevo a preguntar.

Hugo se pone de pie y camina hacia mi, Cuando esta frente a mi suelto un suspiro de enamorada, el sonríe satisfecho.

Me doy impulso con la planta de los pies y estrelló mis labios contra los de él, Su mano va a mi cuello y su pulgar queda sobre mi mejilla, Al igual que la mía se dirige a la suya.

El beso dura unos segundos y luego me separa suspirando, No tardo en volver a unir sus labios con los míos nuevamente.

Estábamos tan inmersos en el otro que no nos dimos cuenta de las dos presencias en la puerta de mi habitación.

—Así los quería pillar puercos—Suelta derrepente Natalia haciéndonos sobresaltar.

Clara suelta una risa y nos mira con orgullo. Mis mejillas toman un tono camersí y rió.

—Los esperamos abajo, No tarden—Finaliza la rubia antes de jalar a Nat y sacarla de la habitación.