Salvaje!!

¿Quién es Andy Biersack?

- Nose, ¿tal vez unas botas parecidas a estas?, en número 3 por favor - Realmente no esperaba algo muy caro, ni que el me las comprara, solo quería algo para poder regresar a mi casa en ese momento.

- Ya escucho - le dijo sin mirarla, solo me miraba a mi.

- Claro, Sr. Biersack - dijo ella y se apresuró pasando justo enfrente de él y moviendo el culo exageradamente, para que el le diera un vistazo.

El no lo hizo, solo me observaba, con una ligera sonrisa en la cara, seguramente estaba pensando en lo que pasó en la habitación, momentos antes.

Me sonroje, y el se río descaradamente, pero ¡CLARO! que estaba pensando eso, yo me hice la que no le di importancia, pero no pude evitar sentirme un poco incomoda por mi reacción ante esa situación en donde me encontraba tan vulnerable.

- ¿Quien es este chico en verdad? - es bastante guapo pero, me extraña que adonde vamos provoca miradas de deseo y las chicas prácticamente se le avientan a los pies.

No es algo que pueda poner en tela de juicio, pues desde la chica de la piscina, después yo, la recepcionista, chicas que lo vieron de camino al Mall, y ahora ¿la vendedora?, todas saben algo que yo no, ¿qué es lo que saben? necesito entender, me encanta desde que lo vi y me abruma, quiero estar con él con todas las fuerzas de mi ser, me estremezco de pensar en como me tocaba hace un momento, en el departamento, deseo terminarlo, deseo sentirlo dentro de mi, y saber como es en la cama, si es tierno o rudo, y que secretos tendrá, saber si puede hacerme gritar, oírlo gemir por mi, ver su cara cuando llegue al orgasmo, que pasaría si ahorita mismo me atrevo a besarle de nuevo, o lo invito a mi casa, o simplemente me escondo con el en el baño o en un probador, mi mente estaba muy alterada y mis sentidos más, tantas maneras de seducirlo y volver a tocarlo se me ocurrían, el se dio cuenta que lo miraba fija y extrañamente, por un momento yo ya no estaba ahí, estaba follando con él en mi cabeza y no note que el también solo me observaba fijamente.

Me saco de mis pensamientos cuando se paró de el sillón en donde se encontraba, se arrodillo frente a mi y tomó mi rostro con su mano.

- Que hermosa eres... tus labios... son... - guardo silencio y con su pulgar tocó mi labio inferior, al mismo tiempo que mojaba los suyos con su lengua, sentí su aliento de nuevo, entrar por mi nariz y afectar mi cerebro, me encanta ese olor a menta, sus dedos y su ropa olían a cigarrillo, cerré los ojos para disfrutar mejor de esa sensación, mientras el seguía pasando su dedo por mis labios, enseguida tomó mi barbilla abrí los ojos, y observe como se aproximó, mi reacción inmediata fue hacerme para atrás, lo hice casi sin pensar, y me arrepentí de inmediato, estoy acostumbrada a que los chicos me traten de besar y creo que me volví una experta en reaccionar rápido, el se quedó observándome, no esperaba que pasara eso, se hizo para atrás algo confundido y esta vez se reía nerviosamente, yo no realmente no quería eso, esperaba que lo volviera a intentar, pero no lo hizo, solo se hecho en el respaldo del sillón riendo, ahora cínicamente, este chico me impresiona cambia de humor demasiado rápido, al mismo tiempo se notaba apenado, le afecto que lo rechazara, note un poco de molestia de su parte, en ese momento note que la vendedora había regresado con unas botas muy parecidas a las mías, y dijo con una molestia evidente, - Aquí están - Ella me dio una caja de gran tamaño, la abrí de inmediato y eran perfectas, mucho más lindas que las mías.

De inmediato me las probé y camine hacia el espejo para verlas mejor, - Me encantan!!! - dije entusiasmada las modelaba con gusto, posando en el espejo, Andy me miraba divertido, le dije a la chica, que no dejaba de observar a Andy por cierto, como esperando que la volteara a ver, - ¡Las quiero! - de inmediato Andy le dijo a la rubia, - ¡Cobralas por favor! y le extendió su tarjeta, ella la tomó, pero aprovecho para tocar de más su mano, el de inmediato la quito, como si le quemara o como si no quisiera que lo tocara, la chica no le tomo importancia y se puso en camino hacia la caja, mas yo le llame instantáneamente, - ¿Disculpa?, puedes cobrarlas mejor de aquí - y le extendí mi tarjeta, note que ella hizo una mueca de desagrado que no pudo esconder.