Oneshots RusAme ♥

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N/A: PERDÓN POR ABANDONAR ESTE LIBRO, EN SERIO :((((

No actualizo desde diciembre de 2019 y sé que de seguro me quieren arrancar la cabeza, pero *tambores* NO ESTOY MUERTA Y HE ESTADO ESCRIBIENDO.

No precisamente estos oneshots, pero sí un par de cositas que se vienen pronto. Prometo que en vacaciones (julio-octubre) publicaré todo lo que no he hecho estos dos años.

Ahora sí, disfruten la lectura ❤️

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En un país neutral en la mayoría de los grandes conflictos mundiales estaba la casa de ONU: Una mansión grande y antigua, con las paredes color crema y comederos para aves, pasto cortado perfectamente en un patio enorme con estatuas de mujeres con vasijas de las que caía agua completamente potable para los animales que quisieran acercarse. Todo digno de revista.

Pero, una vez cada tres meses, esa paz común en el hogar de la organización se extinguía con el rugir de una feroz fiesta. Era La Fiesta.

Todos los países estaban invitados, y la gran mayoría iba para aprovechar que ONU no escatimaba en comida y bebida para sus invitados, quiénes no dejaban de bailar, cantar y emborracharse, incluso con sus enemigos de las reuniones. La música y las luces disco envolvían la mansión en un aura digno de película americana. Todo podía pasar.

Las luces brillaban con intensidad y la música alternativa elegida por Polonia retumbaba en las paredes, haciendo vibrar las copas. Los países gritaban en el salón principal, hablando a los gritos, y el ambiente olía a sudor, alcohol y humo de cigarrillos. ONU había desaparecido hacía rato con los menos ebrios para jugar al billar y los restantes tomaron eso como un permiso silencioso para hacer locuras.

A Rusia no le gustaban las locuras.

Se mantenía apoyado con el hombro en una columna, al margen de la fiesta. Acababa de salir de una gripe muy fuerte y aunque se sentía bien no estaba de ánimo para bailar con los demás. Se centró en su bebida, viendo el hielo flotar en su pequeño vaso, y en lo que hacían los otros países. México y Canadá hablaban a los gritos, igual que España, que discutía por teléfono con alguien, con su acento muy marcado y un obvio vocabulario de borracho. Francia se besuqueaba con Reino Unido, aunque eso no era exclusivo de las fiestas. Japón bailaba con Corea del Sur alguna coreografía rara con muchos movimientos de manos, pero eso tampoco era raro.

Lo raro era ver a Estados Unidos riendo.

Lo que acababa de decirle Brasil debía ser lo más chistoso de la vida, porque una lágrima se deslizaba por su mejilla sonrosada por el alcohol. Se agarraba el estómago con una mano mientras sujetaba una botella a medio terminar con la otra. Sus característicos lentes de sol habían desaparecido, exponiendo sus ojos enrojecidos. Los primeros botones de la camisa los llevaba desabrochados y, si los ojos no le fallaban a Rusia, sus zapatos se habían perdido.

Sin duda se lo estaba pasando de lo lindo.

Aparto la mirada, dando un sorbito a su bebida y se concentró de nuevo en Canadá y México, que se habían subido a la barra y bailaban alguna canción en español que le era vagamente familiar.

Sonrió y, por alguna razón que no pudo explicar, volvió a girar la cabeza hacia el americano, pero casi se hecha su bebida encima al verlo ahí, a un metro de él y con una sonrisa burlona en el rostro. Dió un pequeño salto y se mordió la lengua para evitar decir una palabrota.

—Joder, USA, me asustaste— Se quejó, recuperando el habla.

—También es un placer verte, Rusia— No parecía muy preocupado por... Nada, en realidad.