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La noche se hizo presente iluminando el cielo con sus estrellas y brillante luna. Kayn había caído dormido en brazos de Rhaast tras haber llorado toda la tarde, su cuerpo no le daba para más. Con cuidado dejó al chico en el suelo para devolver el yelmo a su lugar y luego tomó al noxiano en brazos cargándolo como a un koala, llevándoselo de vuelta a su hogar. Cerró las puertas del sitio y siguió su camino.

Cuando llegaron a la cabaña acostó al joven en la cama y prendió fuego a la chimenea para mantenerlo tibio, después de todo el invierno se empezaba a hacer presente, especialmente durante las noches.

Arropó a su muchacho y le dejó un suave beso en la frente antes de irse a acostar a su habitación.

Eternidad (Rhaast & Kayn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora