12 | El primogénito.

119 14 22
                                    

"Mira el secreto oculto en esos ojos extraños

Más profundamente, miralo

Todo es una mentira plausible

ensombrecido por la dulzura

Ojos que rompen límites

Es inutil llevarme a mi misma al limite

Están desesperados por enfrentarme hasta el final

Esto no acabará nunca

Idas y vueltas,

este no es el lugar que estaba buscando

No más Utopia."

Dreamcatcher - Odd EYE








Los pasos eran apresurados subiendo a través de las escaleras de madera, rellenando la silenciosa casona del ruido impertinente de sus pisadas descalzas, ambos repletos por el éxtasis del mundo, con ganas de correr hacia la próxima galaxia.

Igual a un par de niños, escondiéndose de quien los regañe por la travesura de sus vidas, corrieron agarrados de la mano hasta el segundo piso, apresurados en sellar con llave la habitación de Yoongi como una invitación a no ser encontrados por nadie más que la oscuridad.

La estrella brillante que era Taehyung fue empujado contra la cama individual, deshecha y de mantas arrugadas, mientras el humano, consumido por su brillo y calor, trepó sobre él para llenarlo de besos delicados, suaves, hambrientos.

Colisionados, mundos diferentes fusionados sobre mantos insípidos y bajo la oscuridad, se devoraron ignorando las voces que provenían del pasillo tras su fuerte improvisado. Una pareja discutía a gritos, con el conflicto en sus ojos flameando igual a las supernovas, enojados por el acto impuro e imposible de evitar; más fueron ahogados, ambos amantes nublando la mente del otro, cerrados en su castillo de mentira, revolcados sobre ruinas intentando devorar la vida, el alma, el amor y la pureza, la promesa de "Una nueva tierra". Los besos desordenados, la piel ardiente, la supernova creándose entre sus pechos, iluminando el espacio cálido igual a miles de luciérnagas naciendo, mientras la pregunta de "¿Está bien?" flotaba a su alrededor.

Los toques eran rápidos, insistentes, repletos de temor, con el insistente sentimiento tras sus cabezas de que uno de ellos desaparecería en cualquier momento; se derretirían como la cera ante el calor de un fuego sagrado, chorreando sobre las manos del otro igual que el agua de los ríos.

Envenenados por el éxtasis y la adrenalina, arrojaron las ropas de sus cuerpos, concentrados exclusivamente en lamer, morder y besar la piel gruesa, llena de una capa delgada de sudor, salada, pura y manchada.

Drogado en las sensaciones, los colmillos siempre ocultos en Taehyung estaban a una caricia de aparecer y morder, marcar lo que era suyo, pudiendo sentir como sus venas se veían llenadas por esa toxina tan particular. Los instintos, algo incontrolable para un príncipe resguardado en una torre durante años.

Fairy Project . VOL.1 | Taegi-jikook CORREGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora