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Tres semanas habían pasado desde el fatídico día en el que Jungkook despertó en la enfermería y fue bombardeado con preguntas como "¿Ha tenido contacto con el sujeto?", "¿Cómo se siente?", "¿Le duele algo?", "¿Ha sentido algo inusual?", "¿El sujeto lo amenazó?", y muchas más. Por supuesto, Jungkook no sabía ni qué responder. De su boca no salía más que un "No" débil, aun con la garganta adolorida y repleta de un ardor producto de la bilis ácida derramada.

Apenas unas horas después de despertar, con la incertidumbre destellando en él, uniformado y con su arma reglamentaria enfundada en su muslo izquierdo, Jeon fue metido en la habitación enorme e iluminada donde tenían al sujeto.

ㅡ Eres el único que ha tenido contacto no violento con el sujeto, Jeon, debemos investigar su comportamiento. Acércate, intenta hablarle, busca información, qué o quién es. Es una orden, soldado.

Lo habían metido en la cueva del lobo, donde un espejo de doble cara se asomaba tras su espalda y donde, frente a él, yacía el cuerpo adormecido y drogado del individuo. Inmovil sobre una camilla lo suficientemente delgada como para mantener únicamente el cuerpo débil, hecho una bolita, acostado de lado tratando de evitar los reflectores blancos.

Vestido en su vómito y desgracia, lo observaba sin vida desnudo y despojado de cualquier derecho (si es que tenía alguno).

Sus ojos estaban cubiertos por una neblina espesa, tal y como esa primera vez, iguales a las nubes grises sobre el lago y tan turbulentos, profundos, como las aguas del océano.

A diferencia de su primer encuentro, donde su cabello era ondulado y estaba intacto, el no humano estaba en un estado deplorable; culpa de quienes lo habían jalado y arrastrado con violencia. Lo desnudo de su cuerpo mostraba moretones negros como el barro, golpes rojos a punto de florecer en un gris doloroso e hinchado y sangre seca fluyendo como cera que alguna vez hirvió y quemó.

Jungkook tragó saliva arremolinada, sintiendo el dolor en su propia piel y garganta, contemplando con terror la figura desecha de una criatura parecida a él. Su piel fantasiosa, igual de perfecta que la de una muñeca de porcelana, ya no era impecable a los ojos mundanos que, a pesar de lo grotesco tirado allí, continuaba luciendo fantástico e irreal.

Era como un sueño húmedo que poco a poco se transforma en horror y agonía; esa cosa había asesinado a todo un equipo de humanos sin pestañear.

ㅡ Jeon, dé un paso adelante. Debe tener contacto con el sujeto, necesitamos monitorear su comportamiento. ㅡPor primera vez, los científicos le hablaron a través del altavoz. La vibración repentina asustó a la criatura.

En esa habitación no había nada más que la camilla, el espejo y dos puertas; una de salida y entrada, por dónde lo habían obligado a ingresar, y otra cerca de la cama improvisada, el baño.

Como la caja de un conejo, como una casa de muñecas improvisada con cartón barato, la habitación contenía una bruma acojonante. Claustrofóbico, atemorizado igual que un ciervo, cegado por la criatura tirada y deshecha en el colchón que, de pronto, lo analizaba a través de iris dorados. Ojos atravesados por el destino, igual a cruces que avecinaban el final.

Por más que lo intentara con todas sus fuerzas, Jungkook no lograba comprender qué era lo que la criatura buscaba en él. Tal vez pensaba atacar en el momento en el que se perdiera de su presencia intimidante (mas demacrada). No lo sabía; ni siquiera entendía si era algo real.

Dió un paso adelante, aún con sus manos detrás, derecho y firme, tratando de obviar el hecho de que ese sujeto (fuera lo que fuese) había asesinado a soldados y científicos, más que cualquier otro humano o máquina, en menos de tres minutos. Todo con tal violencia y precisión que el recuerdo calaba en los huesos igual a agujas de cirugía incrustadas sin anestesia sobre cada uno de sus músculos y ligamentos desnudos. El ser había actuado como si de una máquina para asesinar se tratase, consciente del eco lejano que retumbaba en su cabeza por los huesos quebrados. No quería ser el siguiente.

Fairy Project . VOL.1 | Taegi-jikook CORREGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora