Capítulo dos.

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Molestar a Potty

¿Sabía que lo que hacía era una locura? La respuesta era no.

Había pasado por varias situaciones en su vida que le había hecho dudar de si seguiría vivo después de los veinte, e incluso había contado con el hecho de que algún día el Lord o algún otro mortifago o mago fuera a matarlo, pero jamás había contado con que seguiría con vida después de la caída de Voldemort.

Lo único que siempre había querido fue destruido en miles de pedazos a la edad de once años. Fue difícil para él recuperarse a una edad muy inmadura, y sus sentimientos empezaron a tornarse negativos, pero cuando la guerra comenzó a acercarse, él había decidido que no importaba su odio o su rencor por aquel chico de ojos verdes, él sólo quería mantener vivos a sus padres y a sus amigos, y tal vez, solo tal vez, ayudar a su amor platónico desde las sombras.

Pero nada de lo que planeó salió bien. Su madre, Theo e incluso Severus habían muerto, su padre estaba encerrado en azkaban y ahora él tenía una maldición en su núcleo que estaba acabando con su vida.

Y no le importaba morir sufriendo un terrible dolor, porque no le importaba su vida en lo más mínimo, ya no. Había perdido más de lo que había intentado salvar y hasta ese día, jamás había tenido tan en claro el hecho de que su vida no era nada más que una mota de polvo.

Pero algo que si le importaba y que jamás se perdonaría era irse de esta vida dejando a un Harry Potter destruido. No necesitaba ser cercano al moreno para saber que él sólo era un niño que había cargado con la responsabilidad de un mundo que hasta los once años no sabía que existía.

Había visto a tantos morir, y ahora ya no le quedaba nadie.

Quiso consolar a Harry pero sabía que no era su trabajo, él sólo era la cría de un mortifago, estaba contaminado de maldad, y jamás podría ayudarlo pero tampoco nadie hacia nada al respecto. Sus amigos le habían dado su espacio, y sabía que seguramente Harry pensaba que ya nadie lo necesitaba.

Y por razones como esa, estaba nuevamente persiguiendo al moreno.

ᅳhey, Potty.

ᅳuno pensaría que después del golpe de ayer me darías mí espacio. ᅳla voz de Harry sonaba incluso más molesta que el día anterior.

ᅳestoy acostumbrado, y sólo quiero ayudarte. Tampoco es como si pusieses mucho esfuerzo para esconderte de mí. 

ᅳNo quiero tu ayuda. No la necesito.

Draco rió sin gracia. Era obvio que no queria su ayuda, pero no importaba qué, ya sean golpes o hechizos, él jamás se rendirá a la idea de hacer sonreír a Harry, aunque sea por un segundo.

Así que siguió caminando detrás de Harry mirándolo atentamente, incluso aunque Harry se pusiera su capa de invisibilidad, Draco siempre lo encontraría.

ᅳPotty. ᅳtarareo el rubio contento de haberlo reencontrado otra vez, apenas se acercó un paso; Harry lo golpeó en la nariz haciéndole sangrar.

ᅳ¿si sabes que lo que estás haciendo es acoso?.

ᅳeso no te importó durante nuestro sexto año, ¿o si? ᅳpreguntó divertido, mientras se limpiaba la sangre con la manga de su túnica.

Harry frunció más el ceño y se fue, pero esta vez Draco no lo siguió, sólo se quedó mirando como el Gryffindor desaparecía más allá del pasillo.

ᅳveo que no le preocupa mucho su tiempo restante.

Reconoció la voz casi de inmediato, se volteó encontrando una mirada clavada en él, mirándolo con seriedad.

Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora