Un poco más.
Habían pasado exactamente tres meses desde que la maldición había alcanzado gran parte de su magia y la había destruido, buscando aún su núcleo mágico para detener su corazón.
Gran parte de esos días los había pasado buscando y molestando a Harry Potter, que aún lo hechizaba cuando era demasiado insistente. Por las noches, cuando el dolor le atacaba y su piel ardía por dentro y por fuera, iba al baño de Myrtle para hacerle compañía o se encerraba en una sala vacía bajo encantamientos de silencio y gritaba de dolor.
La maldición aún estaba en la primera etapa, consumiendo poco a poco su magia y quemandolo por dentro, y aunque la herida no se mostraba en su piel, el dolor era real.
Pansy y Blaise todavía no podían verlo sin que sus ojos se llenarán de lágrimas, y Crabbe y Goyle todavía no habían hablado con él desde que se enteraron de que tenía esa maldición, pero el tampoco sabría que decirles si es que le preguntaban.
Los días seguían pasando y entre más tiempo pasaba, se acercaba el día de su partida, pero eso a él no le importaba, porque sólo había un propósito en su mente que quería cumplir antes de morir y era ayudar a traer al viejo Harry otra vez.
Todos creerán que Harry sólo había cambiado después de la guerra, pero Draco bien sabía que ese chico ñ, con quién compartió una profunda rivalidad por años había estado perdido desde pequeño, pero recién se había comenzado a romper por completo a finales de su quinto año.
Draco tenía una idea de ello, que tal vez involucraba la muerte de Sirius Black a manos de su tía Bella.
Aún así Draco no se rendiría fácilmente pues había logrado conseguir que Harry se riera en dos ocasiones. La primera fue en su vuelo nocturno, cuando le había hecho un cumplido bastante torpe, que ahora mismo hacia que su cara se sintiera caliente de la vergüenza con solo recordarlo, pero que sin duda lo volvería a decir si con eso Harry pudiera reír nuevamente, y la segunda sucedio hace sólo dos días.
Draco había caminado por el largo pasillo del cuarto piso buscado a Harry, sabiendo que estaría vagando por allí, pero sus planes cambiaron cuando la Sra. Norris lo encontró.
A Draco siempre le habían gustado los gatos, por lo que sin pensarlo dos veces empezó a jugar con ella, y para su propia sorpresa, la Sra. Norris se dejó.
Draco la rascaba en las partes que sabía que ella no podía llegar, detrás de sus orejas, y le acariciaba el su cuello, o tocaba sus patitas o su barriga. Draco amaba a los gatos ya que le recordaba al patronus de su madre, por lo que fue muy dulce y delicado con la gata, tiempo más tarde el moreno lo encontró jugando con ella, con su uniforme lleno de pelos y se rió, tal vez no a propósito, tal vez se estaba burlando que el gran Draco Malfoy hacía arrodillado en el suelo jugando con la gata y con su uniforme lleno de pelos, resaltado que ya no se veía como un heredero sangre pura digno.
Y Draco se sentia orgulloso.
Sentía que poco a poco estaba acercandose a Harry, dejando que este riera, pero sabía que sus esfuerzos no estaban valiendo la pena, porque Harry aún estaba roto. Aún estaba perdido, sintiéndose inseguro y lleno de desprecio hacia el mismo.
Aveces Draco deseaba tener la capacidad de extraer sentimientos, así podría quitarle a Harry toda su tristeza y su infelicidad. Quería tanto que Harry fuera feliz y volviera a sonreír, que se olvidó de algo importante.
La segunda etapa de la maldición.
°●°
Había salido de la sala común lo más rápido que pudo apenas lo sintió.
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Roto.
FanfictionHarry esta enojado con todos después de la guerra, y sólo una persona intenta que se recupere y es nada más que Draco Malfoy. Quien aparte de amar a Harry y esperar a que este bien, tiene sólo 9 meses de vida. Primera parte de la saga "rescatame" c...