Capítulo siete.

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Consuelo. 

No se había estado sintiendo muy bien en las últimas semanas, su piel estaba mucho más pálida de lo que solía estar y sus heridas lucían mucho peor que antes. Eso sumando a que ahora, su piel comenzó a sangrar y a desprenderse con la más ligera rozadura, o que cada mañana despertaba con una leve fiebre y con dolores insoportables de cabeza debido a que mantenía hechizos fríos sobre si mismo durante todo el día. Y para empeorar su situación, también tenía una nueva herida en su garganta lo que hacía que le fuera mas difícil ingerir alimentos. 

La medimaga sólo había ido a verlo para entregarle sus pociones, las cuales casualmente lo ponían en un peor estado, el cual él decidía ignorar inocentemente. Podría estar casi seguro que las pociones tenían cierta cantidad de veneno el cual no podía, ni quería delatar. 

Y pese a que algunas veces él mismo ya había pensado que quería ser él mismo quién terminará con el trabajo que la maldicion y la medimaga no podían hacer más rápido, él no podía hacerlo. 

No sin antes despedirse de Harry o haberlo ayudado a que no se sintiera solo, no sin antes abrazar a sus amigos una vez más y decirles que los ama, apesar de que ellos aún no aceptaban la idea de que iba a morir.  No sin haberse despedido de Myrtle y su padre.

Pero no podía quedarse. 

Merecía morir. 

ᅳ¡Draco! ᅳla inconfundible voz de Pansy resonó del otro lado de la puerta de su habitación, habían regresado hace sólo tres días y desde que llegaron, los cuatro slytherin habían estado buscándolo insistentemente para pasar el rato, sin embargo Draco sabía que ellos aún estaban en negación, y no querían aceptar la realidad. Y a él, ya le quedaban pocas semanas de vida. 

ᅳ¡ya salgo! ᅳrespondió, ocultando la herida de su garganta con una bufanda verde que pertenecía a la casa de slytherin.

Estarás bien. ᅳse repitió antes de salir de su habitación olvidando el dolor que sentía en cada herida que tenía.

Sus mejillas estaban rojas y sus manos heladas, pero gracias al glamour que se lanzó así mismo lucía normal, aún cuando le dolía comer o hablar, aún lo hacía. No quería que sus amigos lo vieran en un estado tan lamentable, en un estado que les recordará a aquellos tiempos en los sótanos de la mansión. 

ᅳ¿tienes frío? ᅳpreguntó una extrañada Pansy una vez que lo vio, a un lado de ella Blaise y Vincent lo miraron también. 

ᅳ siempre tengo frío, Pans. ᅳ dijo restandole importancia, sintiendo su garganta arder. ᅳlo bueno es que nunca tiré mi bufanda. 

Y Pansy sonrió, ya que ella también recordaba claramente cuando ambos habían intercambiado las bufandas en claro símbolo de amistad genuina en su tercer año. 

°●° 

Las semanas pasaron lentamente luego del regreso de los alumnos, había veces que Draco se encontraba con Harry y lo perseguía, buscando su constante atencion antes de que el moreno se escapara de él. Gran parte de esos días terminaba con la nariz sangrando o vomitando babosas. Y gran parte de los otros días, él mismo se escondía en las orillas del lago, lejos de los demás, sumergiendose en las heladas aguas intentando apagar el fuego en su piel. 

Había algo en el frío de aquel lago que hacía que no sintiera las llamas en su piel. Razón por la cual dejó de entrar al agua con su túnica y empezó a traer consigo un bañador, lo que hacía que el agua tocará directamente su piel, y aunque aún le dolía, no podia evitar volver a entrar en ese lugar y nadar. 

Esa mañana, cuando salió a la superficie luego de su nado matutino, no espero encontrase con nadie, pero allí, sentada al lado de su ropa, estaba Luna Lovegood, esperandolo con su indistinguible vestimenta de colores brillantes, su cabello rubio atado en una trenza con mariposas color oro, con los pies descalzos y una toalla en mano. 

Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora