𝐴𝑚𝑜𝑟.

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chikypaz.

Estuvo dos días espantando al maldito gato ese de su casa, no quería que su bello Izuku tuviera gatitos con el vagabundo que veía a cada rato en la ventana

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Estuvo dos días espantando al maldito gato ese de su casa, no quería que su bello Izuku tuviera gatitos con el vagabundo que veía a cada rato en la ventana.

Hasta ahora mantenía todo bajo control así que no se preocupó mucho, es más, estaba confiado.

Tanto que se le olvidó comprar las medicinas del pequeño minino.

. . .

—Otra vez tú, ¿Cuántas veces debo decirte que te largues?

Le hablaba a Katsuki que nuevamente intentaba entrar por la ventana, Izuku rápidamente fue hacia ésta y empezó a maullar.

—Oh no Izuku, tú no tendrás a mis nietos con este gato. Te permito lo que sea pero con él no.— lo cargó y se lo llevó para alejarlo del cuarto de juegos.

—Aaa pero claro que no me voy a rendir, viejo idiota, Deku será mi precioso Omega y tendrá a mis cachorros.— en su rostro se mostró una sonrisa parecida a la del gato de Alicia El País De Las Maravillas.

Esperaría hasta la noche entonces.

Mientras tanto, Izuku se volvía a retorcer en el suelo.

—¡Quiero ver a Kacchaaaaaaan!
(¡¡¡Miauuuuuuu!!!)

—Calma Izu, calma.

Que la calma se vaya al carajo, a él le dolían sus partes y necesitaba ser penetrado por algo.

Algo llamado: Pito de Kacchan

Al llegar la noche, a Izuku le dejaron volver a su cuarto de juegos para que pudiera descansar, pues Aizawa creía que el rubio cenizo se iba en la noche y en las mañanas regresaba para joderle la vida

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Al llegar la noche, a Izuku le dejaron volver a su cuarto de juegos para que pudiera descansar, pues Aizawa creía que el rubio cenizo se iba en la noche y en las mañanas regresaba para joderle la vida.

—Descansa Izuku.

Le acaricio su cabecita, salió de la habitación y la cerro para poder irse a dormir.
Al confirmar que el mayor ya no entraría a su cuarto, cambió de forma para estirarse un poco

En eso alguien toco la ventana.

Se asomó y encontró a Katsuki.

—¡Kacchan!— ocultar su emoción nunca fue una opción.

—V̶e̶n̶ c̶o̶n̶m̶i̶g̶o̶ s̶i̶ q̶u̶i̶e̶r̶e̶s̶ v̶i̶v̶i̶r̶— E̶x̶t̶e̶n̶d̶i̶o̶ s̶u̶ m̶a̶n̶o̶ p̶a̶r̶a̶ q̶u̶e̶ l̶a̶ t̶o̶m̶a̶r̶a̶, h̶u̶i̶r̶ l̶e̶j̶o̶s̶, c̶o̶m̶p̶r̶a̶r̶ u̶n̶a̶ c̶a̶s̶a̶ e̶n̶ m̶é̶x̶i̶c̶o̶ y̶ t̶e̶n̶e̶r̶ t̶o̶d̶o̶s̶ l̶o̶s̶ c̶a̶c̶h̶o̶r̶r̶o̶s̶ q̶u̶e̶ q̶u̶i̶s̶i̶e̶r̶a̶n̶.

Oh, lo siento me equivoqué de guión.

—Shhh silencio Deku, te pueden oír.— le hizo señas para que no hablara tan fuerte.

—Ay, perdón— rio por lo bajo.

—Ven Deku— le extendió la mano esperando a que la tomara.

—¿A dónde iremos?— preguntó mientras tomaba la mano del rubio y salía por la ventana.
La curiosidad podía con él.

—Tú solo sígueme.

Y tal como lo pidió su Kacchan, lo siguió a todas partes, de vez en cuando cambiaban de forma, para jugar entre los techos de las casas, correteandose, tomaban forma de humanos para poder abrazarse,
algo lejos de la casa de Izuku, en un callejón muy obscuro ambos se unieron.

No era la forma más romántica que a Katsuki se le pudo ocurrir pero quería unirse de una vez con su amado Omega.

—Mi Omega.

—Ka-Kacchan...

A Izuku le estaban dando una muy buena muestra de amor.
Pues el más alto lo tenía empotrado contra la pared, sonrojado, algo sudoroso y soltando pequeños gemidos cerca de la oreja del oji rubí.
Algo que lo excitaba aún más.

Izuku jugaba con el cabello de su nuca, a veces lo jalaba debido al placer que sentía al sentir como el miembro de Kacchan tocaba su próstata; al fin se sentía mucho mejor.

Y Katsuki no podía estar más feliz, repartiendo de vez en cuando unos cuantos besos en el hombro de Deku
Tocando su suave piel, joder definitivamente nunca en la vida le haría daño a un ángel como él.

Daría su propia vida si fuera necesario.

Ambos estaban cerca de llegar al orgasmo, al rubio comenzaba a picarle las encías, quería morder a Deku.

Quería marcarlo, ambos querían eso, formar un lazo, ser una pareja.
Tener muchas crías.

Si, eso les gustaba.

Cegados por el placer y queriendo cumplir ese sueño
comenzó a lamer la parte en donde mordería, sin recibir ninguna negativa por parte de Izuku, pronto sus colmillos se hicieron más grandes y filosos a la par que el orgasmo llegaba
El peliverde no pudo evitar gritar de placer al venirse y sentir como algo caliente llenaba su interior.
Al mismo tiempo que el mayor lo mordía y prontamente salia sangre, limpiando de inmediato.

—Kacchan... Te amo.

—Yo también, desde el primer momento en que te vi, mi hermoso omega.— ambos muy felices, se abrazaron y el pecoso ronroneo de puro gusto.

Esa noche terminó con final feliz.

Esa noche terminó con final feliz

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Neko [KatsuDeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora