Extraño

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Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Para considerar: esta historia es universo alterno, está calificada para mayores de edad, puede contener violencia física o emocional así como escenas eróticas y lenguaje soez.

-O-

"Extraño amor"

Así lo siento, así te formas...

Un nuevo sentimiento

Cálido y suave

Se siente bien

Más este sórdido amor

Complica todo

Dividida entre dos

¿Cuánto más soportaré?

Contigo viéndome

No puedo avanzar

Entonces te extraño

Y este "extraño"

Se desvanece

Como la espuma en el mar

-O-

¡Cómo pudo! Mi mente iba a estallar y mi corazón... ese se encontraba hecho trizas sobre tejado de vidrio. Akane me veía y lo sentía una burla, si eso quería eso tendría. La sangre bullía dentro de mí a toda prisa, empuñé firme mis manos hasta que los nudillos se emblanquecieron, quería ir y golpearlo. Mi sentido y mi juicio se nublaban por completo, di el primer paso con toda la intención de molerle la cara a golpes cuando mi celular me distrajo, era Ukío llamando insistentemente, la ignoraría como siempre pero ella continuó marcando...

-¡¡Qué!! - grité idiotizado.

-Ayúdame Ranma... por favor- dijo con un hilo de voz que me alertó.

-¿Qué sucede? ¿Dónde estás? - pregunté.

-En casa...- fue lo último que oí y la llamada se cortó.

Entonces di la vuelta, me fui de allí con el corazón en llamas. Subí al coche y conduje rápidamente hasta la casa, su carro seguía en el estacionamiento - ¿pero qué carajos quería ahora? - me preguntaba molesto, entré y la busqué en la sala, en la cocina pero nada, subí a la planta alta y por primera vez entraba a su habitación. Me sentía extraño en esas cuatro paredes, pero desde la puerta de su baño se veía la luz encendida me acerqué y la llamé...

-¿Ukío? ¿Estás en el baño? Voy a entrar - dije ante su silencio, cuando empujé la puerta mis ojos no lo podían creer, ella se encontraba dentro de la bañera con el agua hasta el cuello, corrí a socorrerla y de sus brazos salía sangre. La saqué de una sola vez, se encontraba desnuda y su teléfono estaba sumergido al fondo de la bañera - ¡Ukío despierta! ¡Reacciona! No me hagas esto, por favor - supliqué mientras ella no respondía a nada.

Cogí una toalla y la cubrí como pude, llamé a urgencias y debía esperar que la ambulancia llegara por ella. Pasaron unos veinte minutos cuando los paramédicos llegaron a atenderla...

-¿Usted es? - preguntaba el sujeto a cargo.

-El esposo.

-¿Ella padece de alguna enfermedad?

-No, ella es muy saludable- sostuve nervioso.

-Señor Saotome, su esposa posee cortes en sus muñecas ¿comprende lo que digo? - Solo asentí - la llevaremos al hospital, hay que hacer análisis y ver su condición física y emocional- sentenció mientras la subían a la ambulancia.

Almendros en mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora