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Una pequeña brisa acompañada de un resplandeciente sol, era la señal de que un nuevo día había comenzado

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Una pequeña brisa acompañada de un resplandeciente sol, era la señal de que un nuevo día había comenzado. Ha-Neul abrió sus ojos y se levantó de la posición en la que se encontraba.

Cerro un par de veces más sus ojos para despertarse más, para luego ver a las cortinas de la ventana como si fuesen lo más interesante que a visto en su vida.

No sabe con exactitud cuántos minutos pasaron pero fue sacada de sus pensamientos al escuchar a su hermano salir de su habitación. Así que sin más remedio.

Se paró de la cama, y la tendió, para luego ir a bañarse y salir de su habitación.

-Buenos días.

-Buen día.

Contesto Ha-Neul a su hermano, quien estaba en la estufa preparando el desayuno.

-Eso huele bien ¿Que estás preparando?.

-Para mi, pasta tu no se que comerás.

Dijo Kwan viendo a Ha-Neul quien hacía una mueca de indignación.

-¡Kwan!.

-¿Que pasa Ha-Neul?.

-¿Enserio planeas dejarme sin comer?.
Cuando el desayuno es la comida más importante del día.

-No, de hecho si puedes comer, solo tienes que cocinar tu misma tu desayuno.

-Pero tu ya estás haciendo un desayuno, solo compártelo con tu hermana.

Dijo Ha-Neul haciendo un puchero.

-Ha-Neul te amo porque eres mi hermana.

Ha-Neul escucho las palabras de su hermano. Mientras sonreía y tomaba un plato para servir un poco de pasta en el.

-Pero... como tu lo dijiste solo hice un desayuno.

Dijo Kwan tomando el plato que Ha-Neul tenía antes en las manos sirviendo pasta en el. A la par que el timbre del Penthouse empezaba a sonar.

Ha-Neul fue a abrir la puerta para encontrarse a su mejor amiga. Una sonrisa se dibujó en los rostros de ambas.

-¿Ya están listos para irnos?.

-Si vámonos Kwan.

-Pero aún no acabo mi pasta.

-Puedes calentarla y comerla cuando lleguemos.

Kwan tomó el saco de su uniforme con pucheros y salió junto a las chicas. Al llegar a la salida del Hera Palace. Donde 5 carros o mejor dicho limusinas seguidos de color negro se estacionaron.

Donde 5 hombres con traje bajaron de cada limusina e hicieron una reverencia.

Ha-Neul rodo los ojos y no porque le desagradaran los choferes, más bien le desagradaba el espectáculo que tenía que soportar cada vez que quería salir.

Apariencias. (The Penthouse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora