¿Cuantas veces has visto a celebridades, empresarios, políticos en la tele lucir perfectamente?.
Muchas veces ¿cierto?, y en todas esas veces solo puedes ver una cosa PERFECCIÓN. Solo puedes ver a familias amarse, hijos perfectos, hijas ser unos áng...
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El ruido del timbre y el sonido de la televisión mezclándose era lo único que se escuchaba en el penthouse del piso 97 del Hera Palace.
-¡Chicos abran!, ¡Estoy aquí!. -Decia Soyeon mientras seguía tocando el timbre. Desesperada porque no le dieran alguna respuesta empezó a pegar en la puerta.
-¡Chicos yo estoy aquí, estoy con ustedes, pueden contar conmigo solo porfavor abran la puerta!. -Dijo Soyeon con la respiración acelerada. -Me acabo de enterar supongo que ustedes también, déjenme entrar. ¿Recuerdan que cuando nos conocimos me dijieron que no tenía porque pasar por nada sola?. Pues ustedes tampoco tienen que pasar por nada solos, yo estoy aquí. ¡Somos un equipo chicos!. -Dijo Soyeon.
Después de unos minutos, de silencio la castaña jalo con exasperación sus cabellos, despeinado su perfecta coleta.
-No quería hacer esto, pero ustedes no me dejan opción. -Soyeon rápidamente empezó a escribir la clave de acceso en el tablero de los chicos. Ella siempre supo la manera de entrar a la casa de los chicos, pero nunca lo había hecho por educación y respeto. Pero esta vez era diferente. El chico que le gusta y su mejor amiga estaban solos, y seguramente ya se habían entereado que su madre se había vuelto a casar.
Cuando vio que la puerta se había abierto, rápidamente entró y cerró de nuevo la puerta. Rápidamente corrió a la sala de estar y fue ahí donde los vio y en ese momento se quedó sin habla.
-Chicos yo... -Soyeon no tenía ni la menor idea de que decir, fue en ese momento que se dio cuenta que tal vez su madre tenía razón y tenía que esperarse hasta mañana para ir a verlos. Nego con su cabeza levemente como si eso la ayudase a despejar su mente.
Miro de nueva cuenta a Ha-Neul y Kwan, el varón tenía la mirada en el suelo, mientras algunas lágrimas recorrían sus mejillas. Y sus manos estaban hechas dos puños, su fuerza era tanta que sus nudillos se encontraban blancos.
Por su parte Ha-Neul se encontraba en la cocina sosteniendo un vaso de vidrio a simple vista algunas personas podrían decir que ella no estaba afectada, pero Ha-Neul era como un libro, un libro que no cualquier persona podía comprender.
Porque si observarás bien, te darías cuenta que Ha-Neul esta físicamente ahí su cuerpo actuaba en automático como si de un robot se tratase. Pero su mente estaba en otro lado, eso se podía notar en su mirada.
Una mirada que aún tenía un poco de brillo, un brillo que podía perderse en cualquier momento, para solo dejar una mirada vacia. Y eso era lo que más le preocupaba a Soyeon, su mejor amiga había pasado por demasiado, no sabía si podría soportar más.
De pronto Soyeon vio como las piernas de Ha-Neul temblaban, y de un momento a otro vio como Ha-Neul de apoco empezaba a temblar completamente. Soyeon sin pensarlo dos veces se acercó rápidamente a su mejor amiga y la abrazó.
-Tranquila, todo está bien, todo está bien, todo está bien, todo est... -Nuevamente las palabras de Soyeon quedaron al aire al escuchar de nueva cuenta a los conductores del programa.
