¿Cuantas veces has visto a celebridades, empresarios, políticos en la tele lucir perfectamente?.
Muchas veces ¿cierto?, y en todas esas veces solo puedes ver una cosa PERFECCIÓN. Solo puedes ver a familias amarse, hijos perfectos, hijas ser unos áng...
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Un cálido clima y un sol brillante era lo que muchos ciudadanos de la ciudad de Seul esperaban.
Ha-Neul se levantó sin mucha preocupación y de la misma manera se metió a bañarse, después de algunos minutos salió y tomo su uniforme y tendió su cama. Para después desenredar su corto cabello bicolor.
Un suspiro salió de la boca de Ha-Neul, para después tomar un poco de base y colocarla sobre su piel, no era muy fan del maquillaje, pero en ese momento tenía unas ojeras muy notorias, y los ojos levemente hinchados, por algunas cuantas lágrimas que habia derramado en la noche, además de su piel cuarteada.
Era justo por eso que tenía que maquillarse, no podía dar una imagen o seña de debilidad, seguramente los demás habitantes del Hera Palace, hablarían de ellos, después de la noticia de ayer, así que lo mejor sería que la vieran con una imagen de seguridad.
-Nunca muestres tus debilidades, las pueden usar en tu contra, Ha-Neul. -Se dijo a ella misma, para luego tomar su mochila y salir de su habitación encontrándose con Kwan, quien solo miraba por la ventana a la Ciudad.
Ha-Neul no dijo nada y siguió caminado, para después abrir la puerta, encontrandose con Soyeon. Quien solo le dio una fugaz sonrisa.
-¿No piensas venir?. -Le dijo Soyeon a Kwan, pues este solo las miraba sin decir una sola palabra. El pelinegro asintio y solo salieron del Penthouse, en absoluto silencio.
Un silencio incómodo, donde nadie decía nada, Kwan de vez en cuando miraba de reojo a su hermana, quien solo veía impacientemente el tablero de los pisos. Por su parte Soyeon queria decir algo, pero no encontraba las palabras correctas para iniciar una conversación. Y mucho menos después de lo que Kwan le había dicho a Ha-Neul en la noche.
La castaña giro su cabeza al escuchar el sonido del ascensor, y para la nada grata sorpresa de los tres adolescentes. El ascensor se abrió, dejando ver a Jeny y su madre.
Un suspiro salió de los labios de Kwan, al verlas, rápidamente y sin pedir permiso las dos féminas entraron, provocando un ambiente más tenso.
-Escucha querida, hoy hablaré con la señora Cheon SooJin, para que acepte entrenarte.
-Si mamá, ya quiero empezar a practicar con la señorita Cheon SooJin. ¡Le demostraré a Ro-Na, que yo soy mejor que ella, en todos los sentidos!. -Dijo Jenny, mientras arqueba una de sus cejas, mientras que internamente, Ha-Neul, pedí con todas sus fuerzas que Soyeon fuese a preguntar algo. Sabia que eso podría salir muy mal.
Por su parte Soyeon al escuchar eso, no pudo evitar, sentir algo de tristeza en su interior pero sobre todo curiosidad.
-Disculpe. -Hablo la castaña, teniéndo la atención de ambas féminas, y en ese momento Kwan puso su mano en el hombro de Soyeon y nego con su cabeza, pero Soyeon lo ignoro.
-¿Mi madre le enseñará, a Jenny?, no sabía que tenia una plaza disponible. -Dijo Soyeon.
-Asi, es, lograré que tu madre, le enseñe a mi Jenny, para que sea la mejor cantante de canto clásico en el mundo. Existe gente que tiene la oportunidad, de entrenar con la gran Cheon SooJin.- Dijo su madre, viendo con superioridad a Soyeon, Ha-Neul estaba apunto de hablar, pero la madre de Jenny se giro a verla con una sonrisa cínica en su rostro.
