Cuando intentas algo nuevo; siempre tiendes a temer al fracaso. Esto parece regla universal, pero es completamente entendible Sin embargo, al continuar practicando y logrando mejorar con cada práctica realizada, ese miedo simplemente va desapareciendo de nuestra mente
Lo mismo le sucedió con él, a quien le inculcaron un arte medianamente difícil como lo es el aprender a tocar guitarra acústica. Práctico sin parar siendo su hermano el único público que siempre tuvo, el cual alababa su talento llegando a decir en repetidas ocasiones que él le acompañará con algún instrumento cuando él aprenda a tocar uno
Sus padres, al ver lo mucho que se divertía tocando su instrumento, con buenas intenciones, le inscribieron a uno de esos concursos de talento públicos que hacen en alguna plaza o parque en la ciudad. Los miedos de "arruinar todo" se llegaron a incrustar muy fácilmente en su cabeza al ser solo un niño de ocho años, pero como siempre, tenía a su hermano gemelo apoyándolo en cualquier momento
— ¡No te preocupes, Amane! ¡Tus presentaciones siempre serán perfectas!
Dijo su hermano le dio confianza prometiendo que su presentación sería espectacular al él ser muy bueno con lo que tanto le apasiona; fueron esas palabras, las que quedaron grabadas en su mente y el día de la presentación
Lo hizo espectacular
Esto llamó la atención de muchos, que le pedían que tocase para ellos ya fuera por alguna fiesta o ceremonia, obviamente siendo estos eventos pagados. En medio año, su nombre era medianamente conocido y la confianza que tenía aumento, pensaba que, si su hermano estaba en cualquiera de sus presentaciones, él podría continuar como hasta ahora
— ¡¿Lo dice usted enserio?!
— Así es señor, señora. Me gustaría que su hijo Amane participe en el concurso de Privamera, muy pocos son los niños a los que se les permite esto, esta es una oportunidad única
Un productor había llegado a su hogar, pidiendo en su presentación en un evento realmente importante, pues este podría impulsar a una vida de fama y muchísimo dinero. Sus padres aceptaron y él, no se negó ya que esta era su oportunidad de demostrar de lo que es capaz
— ¡¿No estas emocionado, Amane?!
— U-Un poco
— ¿Hummm...? ¿Qué sucede? ¿Amane se siente mal?
— ¡N-No, no! No me siento mal... solo un poco... bueno. Me siento muy nervioso...
Antes de su presentación, sus nervios volvieron a brotar, ya que en verdad no sabía si todo saldría perfectamente bien... o por el contrario, sería un perfecto desastre. En eso, sintió unas manos tocar sus mejillas, tratándose de su gemelo, quien le miraba serio y hasta podría decirse que molesto, pero sería extremista
— No te preocupes, Amane... recuerda ¡Yo estaré ahí para apoyar a Amane siempre!
Esas palabras... volvieron a darle la confianza suficiente para sonreír, Tsukasa tenía la razón
Todo saldría bien
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