Un mes y poco más, eso había pasado desde que sus clases empezaron a ser más "amenas" al dejar de ser tratado de forma casi indiferente por los gemelos, sobre todo Amane-kun, quien ya tiene un vocabulario más extenso que en un principio, algo que le hace inmensamente feliz
— ¡Oh, no! Olvide mi libro de Geografía en mi habitación
— Ya, ya~ no te asustes demás, Tsukasa-kun. Ve por él, nosotros no empezaremos la lección sin ti ¿Esta bien?
— ¡Si! ¡Ya regreso!
El menor de los gemelos fue por su dicho libro mientras que el gemelo mayor y el rubio se quedaron en la sala. El silencio permaneció, algo que Minamoto ya se esperaba, pues el peli negro no es tan conversador como lo es su hermano, pero ya no le incomoda tanto su silencio; no tiene problemas con ello, suponía
— ¿Por qué...?
El de ojos azules se giro al escuchar ese pequeño susurro, que no se esperaba para nada ¡Yugi Amane-kun le habló! ¡¡Le habló!! Ahora es su deber continuar con la conversación, y así llevarse mucho mejor con el menor ¡No puede desperdiciar esta gran oportunidad!
— Si, eres un idiota; te haces el idiota a tu conveniencia solo para acercarte a nosotros. Dime ¿Cuales son tus intenciones? ¿Acaso te gustan los chicos... o personas menores a ti?
Sentía que cada palabra, era un balde de agua helada cayendo enzima de él. Si, lo admite, se quiere acercar a ellos ¡Pero NO por algo como lo es eso de "gustar" los menores de edad! ¡Nunca saldría con niños! ¡¡No esta enfermo de la cabeza, sus padres si le quisieron de pequeño y lo educaron bien!!
— P-Por supuesto que no, Amane-kun. Yo te respeto a ti a Tsukasa-kun como mis estudiantes que son, n-no los vería de esa forma nunca
— Ohhh~ entonces lo haces para quedar bien con mamá y papá ¿Qué? ¿Quieres más dinero por tus clases?
— ...¿Qué? Te equivocas, esas no son mis-...
— Lárgate de aquí... no necesitamos de alguien como tu que nos enseñe a estudiar...
No sabía que decir antes esa acusación sin fundamentos, pero, al tener esas mirada ámbar sobre él; llena de desprecio y un poco de temor, se dio cuenta que... por más que se esfuerce no tiene oportunidad de ser alguien agradable para Amane-kun, ni como su maestro, mucho menos como un amigo...
Les falló a los padres de ambos Yugi
— ¡Aquí estoy!
— B-Bien, Tsukasa-kun. Toma asiento, la clase está por empezar
Ahora le agradecía al tapabocas, pues no hubiese querido que el peli negro menor mirase su mueca llena de amargura y decepción
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Al volver a casa, lo primero que hizo fue lanzar su portafolios a cualquier lado y dejarse caer sobre su cama... las palabras del Yugi mayor no se iban de su cabeza, cosa que le estaba empezando a dar jaqueca
No debió conocer a los padres de los Yugi ese día que tanto le empieza a dar remordimiento...
Cuando trabajaba de médico psiquiatra en una clínica junto a sus superiores del colegio; Shijima Mei y Yashiro Nene, haciendo citas privadas y ayudando a quien lo necesitará... en uno de esos días pacíficos, paso
Cuando estaba por salir del trabajo se topó con la señora Yugi, mirando por la cristalería de la entrada del lugar de manera curiosa, y hasta con dudas sobre si entrar o no; él, con la amabilidad que tanto le caracteriza se acercó a ella preguntando si estaba buscando alguna cita médica, ella se negó, al mismo tiempo que le preguntaba si él era uno de los médicos que trabaja allí: contestó que sí y... jamás podrá olvidar las palabras que esa mujer dijo ese día, llenas de desesperación y lágrimas
«¡¡Por favor!! ¡¡Ayude a mi hijo, por favor!!»
Ella dijo que ya no le quedaban esperanzas, que no sabía que hacer para que su hijo mayor dejase de ignorarla a ella, a su esposo, y a su hijo menor; que ya todos le dijeron que diese por perdida esa batalla, incluído su dicho marido. Luego de que ella, con más calma le contará todo los sucesos que llevaron a Amane-kun a ese abismo de depresión, le sonrió a la mujer, diciendo las palabras de las que tanto se esta empezando a arrepentir
«¡Déjeme esto a mi! ¡Ayudaré a su hijo a como de lugar!»
...a como de lugar... Palabras que no esta logrando cumplir
— Que patético soy...
Susurro mirando su tejado. No sabe con qué cara llegará mañana a darles clases, pues el gemelo mayor... no va a lograr que renuncié
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En casa de los Yugi, los padres de ambos gemelos, al ver que ahora sus hijos están un poco más unidos que antes, les dijeron que podían ver películas hasta tarde ya que mañana sería fin de semana y no tendrían clases, cosa que hicieron. Tsukasa estaba recostado en el suelo mientras que Amane estaba sentado sobre el sofá; sintiéndose un responsable por lo que sucedió en la mañana
Miró a su hermano por un par de minutos; ellos no hablaban tanto como antes debido a... lo que sucedió, pero, quiere discutir esto con alguien más ya que no va a soportar quedarse con las dudas toda la noche
— Ehmm... Tsukasa...
— ¿Hummm...? ¿Qué pasa... Amane?
— ¿Puedo... preguntarte algo?
El menor se dio vuelta, dejando de mirar la televisión para ponerle atención a su hermano, quien le estaba hablando... por primera vez en mucho tiempo
— S-Seguro... ¿Qué sucede?
— Yo... dije algo que no debía, y creo que esa persona ahora me odia
— Y... ¿Te molesta que pueda llegar a odiarte?
— No... si... no lo sé...
Bien, así que el problema de su gemelo recae en la culpa de haber hecho sentir mal a "esa persona" y que ahora le odie En verdad que no sabría como responder a eso ya que, lo más normal sería una disculpa, aunque no a todo el mundo le funciona eso
