Nada, absolutamente nada podía estar peor entre el mayor y él, todo por culpa suya. Minamoto no le deja de tratar con respeto y atención cuando tiene dudas sobre algún tema, y ahora pregunta más seguro, solo para que el de ojos azules le voltee a ver y le hable, porque eso mínimo le da la esperanza de que este todavía le de la palabra luego
Sabía que hizo las cosas mal, que ese impulso estúpido nacido de la desconfianza hacia las personas había creado una grieta entre su instructor y él, una grieta que le será complicado cruzar para así darle la cara al rubio y decirle ese: «Lo siento» que tanto merece
— Hummm... M-Minamoto…sensei...
— ¿Si, Amane-kun? ¿Tienes alguna duda?
— S-Si... en este ejercicio
— Veamos, veamos~
El estudio es lo único que logra una conversación entre ambos ahora, lo cual le dejó con más dudas ya que cualquiera hubiera renunciado al ser tratado así por un niño malcriado que ni siquiera es tu jefe; una parte de él quiere creer que eso es una prueba, una prueba que el de dorados cabellos está haciéndole. Le está dando tiempo para que pida disculpas y, luego este se irá tranquilo En verdad que no se soporta ni él mismo, no ha hablado con su hermano en años por el dolor que todavía conserva aunque eso le esté matando, pero ahora, hablo con él porque se vio en la necesidad al no saber que hacer, algo que demuestra que él no es más... que un idiota, un idiota enjaulado por él mismo
— Y eso es todo por hoy. Recuerden que la teoría de la creación de Dios y la Evolutiva son dos formas del ver el mundo, y no temas para pelearse por cual es la "verdad absoluta"
— ¡Si~!
— Si...
Ordenaron la sala, su hermano se fue a su habitación para guardar sus libros, pero él, al ver que ese con el tapabocas en la cara estaba por irse, decidió intentarlo. No huir de los problemas como ya sucedió hace tiempo
— D-Disculpe, Minamoto-sensei... tengo algo que hablar con usted...
— ¿Seguro? ¿Qué necesitas?
Bien, lo detuvo, era su oportunidad de hablar y decir lo que tanto le a estado molestando desde hace poco más de una semana, pero... No dijo nada
— Q-Quería... quería saber en donde... compro el pastel que nos dio el otro día... estaba delicioso y quería encargar uno para nuestro cumpleaños...
— ¡O-Oh! Así que es eso, eh... bueno... yo no ví el nombre del local en donde lo compré, s-solo se que esta cerca de donde vivo, pero, si quieres otro pastel para ese día p-puedo encargarlo y traerlo por ti
— ...Suena bien, lamento... haberle hecho perder el tiempo de esta forma...
Se dio la vuelta, llendo de regreso a la sala, sintiéndose más que patético; es patético, por eso... todas esas personas se rieron de él esa noche. Ya que nadie se reiría de alguien que no es patético
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