-¿Dejarás de llorar jimin? -dijo en tono cortante. Con los ojos llenos de desapego hacia el joven.
-lo intento señor, pero usted me da miedo. -Park cerró los ojos, para esperar lo peor del hombre bellaco que le apuntaba con el arma.
"Jeon jungkook"
...
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Para jimin, estar sentado cerca de la chica que le gustaba, que le rechazo cruelmente, frente a sus compañeros de clases, fue la más fastidiosa de las situaciones que pudo a ver pasado. Pero él tenía un dominio de sus sentimientos destrozados, por aquella chica; de cabello sedoso, ojos cafés y esa pinta que tenía a modelo. Le Había coqueteado, mirado de forma curiosa, y como era candido, inocente por así decirlo. Fue en aquel entonces el blanco fácil de las burlas.
Hoy en día, ¿quien estaría con el virgen inesperto de su clase? Creo que nadie, y eso me traía la melancolía de sentirme solo, como el adolescente de 17 años que extraña a sus padres, que nunca están en casa. No tenía la más mínima compañía solo la de su nuevo amigo.
- Hey jimin ya terminó la clase de Química, mueve tu trasero y dame dinero para mi taxi - Si ese supuesto amigo que se aprovecha de mi, es kibum. Hace dos días que lo corrieron de su antigua escuela, que era técnica y lo metieron a South Mountain. Esta Academia era bastante buena, mis progenitores hacían todo para darme lo mejor.
Algo nervioso, suspiro levantándome de la silla dura y molesta. ¿no se les ocurrió ponerle un pequeño colchón, digo para que no fuera tan incómodo?. Mordí mi labio y mire al chico en frente mío, que tenía una sonrisa retorcida, extraña. De mi bolsillo izquierdo, junto al temblor de mis manos, saque mi cartuchera verde, tomando un par de billetes para dárselos, y no tener más problemas para afrontar.
- yo no puedo acompañarte hoy kibum, estoy ocupado, tengo que irme a casa. - mire el sucio suelo sin tener el valor de verle a los ojos - y recibí una palmada en el hombro, confundido esta vez, me atreví a darle un vistazo a mi compañero. -¿p-pasa algo? - trague saliva aún sin saber su reacción. Le di el dinero, porque no se iba de una vez, como lo hizo la primera vez que le vi.
-calmado mi inofensivo jimin, sabes - me acerco a él y puso sus sudorosas manos en mi cuello, tuve un pánico tremendo, junto al temblor de mi cuerpo. - yo tengo una mejor idea para ambos - abrí los ojos asustado, ¿que intentaba de insinuar?. Como pude me aleje de él, pero en su rostro note la potente mueca de furor.
-¿que idea? - salió mi curiosidad a flote, no podía quedarme sin una respuesta, si era contundente no me gustaría ir a algún sitio, podría pasar lo peor. -¿me dejarás saberla primero?-
Pero sin recibir siquiera un aviso, tomo mi mochila, escupiendo al final en el suelo de concretó y cemento. Sus luceros color miel. demostraban un profundo mensaje, aquel que respondía a la, simple molestia. ¿Que haría para evadirlo? pues nada, no podía defenderme ni yo mismo como para escapar de un bravucon y al siguiente día no tener la paliza, correspondiente. Abriendo mi bolso, comenzó a mirar lo que había ahí dentro, su expresión de diversión me asustaba. Sacó mi celular, por lo cual por fin pude respirar con calma.
- Bueno mira lo que tenemos aquí, jimin. Un moderno celular, sería una lástima que lo tirara por el retrete del baño no? - mis dedos se movieron por la inquietud, era la quinta vez que suspiraba por la falta de oxígeno que provocaba el no pronunciar una sola palabra. -me tienes miedo no? -
