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BUCKY

Cuando subimos a la Nave luego de meter todas nuestras cosas en ella, cargué a Megan que seguía dormida y Wanda le hizo upa a Billy que se había quedado dormido un rato antes de que saliéramos.

Me senté con Megan encima rogando por que no se despertara, ya que estaba seguro de que exigiría más respuestas. Sin embargo, no duró mucho tiempo dormida.

- A dónde vamos? -preguntó removiéndose entre mis brazos.

- A casa -respondí.

- La Base?

- Sí, la Base.

- Noah?

Wanda me miró cuando supo que yo no tenía ni idea de qué decirle.

- Se va a quedar en Wakanda hasta que decidamos qué hacer -respondió mi esposa.

- Qué? Lo dejaron allá? -dijo Megan ahora moviéndose más rápidamente tratando de que la soltara.

- Hija, no me hagas usar sobre vos fuerza de la que no vas a poder defenderte -advertí.

Pero ella siguió tratando que la soltara.

- Amor, si te quedas quieta podemos pedirle a T'challa que nos habilite una llamada con Noah -propuso Wanda, siempre sacándose de la manga cosas que Megan aceptaba.

- No lo van a lastimar, no? -preguntó Megan.

- No -respondí.

- Me lo prometés?

- Sí.

Extendió su meñique hacia mi para que hiciéramos una pinky promise, hice lo mismo.

- El hombre... el que estaba en la habitación me dijo algo de una gema... -comentó acomodándose sobre mí para sentarse derecha.

Wanda me miró y luego a Megan.

- Quiero la verdad -dijo nuestra hija- Me sacaron a mi hermano y me pidieron que lo acepte, ahora yo les pido que me respondan con sinceridad.

- Te parece que lo hablemos cuando lleguemos? No falta tanto, solo una hora, podés ir con Tommy que se acaba de ir con Billy que despertó recién y te prometo que ni bien llegamos nos sentamos a hablar.

- Bueno, pero me quiero quedar con ustedes, puedo?

- Sí, obvio, amor. 

MEGAN

Decidí que luego preguntaría lo que quisiera, debían estar agotados. No solo yo había perdido a Noah, ellos también.

Me acomodé en el regazo de James intentando dormir, pero ya había dormido demasiado. Me paré a lo que James solo me siguió con la mirada sin decir nada. Me senté en el asiento de al lado suyo. No tardó en quedarse dormido al igual que Wanda, en ese momento me acerqué a Nat que estaba despierta al lado de Valkiria.

- Qué días, no? -dijo posando su mano en mi hombro.

- Voy a volver a ver a mi hermano? -pregunté.

- Sí, obvio, Meg -dijo Pietro sentándose a mi lado.

- Pero... va a ser él?

- A qué te referís? -preguntó Nat poniendo una mano en mi mejilla.

- A que si no le van a borrar la memoria.

- No, princesa, no serían capaces de hacerle eso -respondió Pietro.

Llegamos cuando estaba amaneciendo, desperté a mis padres quienes nos acompañaron a las habitaciones para que durmiéramos o descansáramos un poco.

- Quiero dormir en la habitación de Noah -dije.

Wanda me miró un poco insegura pero luego asintió.

- Te llamo para almorzar, sí?

- Bueno.

Me abrazó fuerte, no me soltó por un rato hasta que James le puso una mano en el hombro.

- Tenía tanto miedo, Megan...  Creí que te habíamos perdido... Perdón, te prometo que no va a volver a pasar nunca más... -mamá parecía estar a punto de llorar.

- Mamá, está bien. No fue tu culpa -dije tratando de consolarla.

- Te voy a cambiar las vendas antes de que te vayas a dormir -dijo James. 

Wanda se fue a la habitación de los mellizos y nosotros a la habitación de Noah.

Me senté en la cama pero sentí una textura extraña al hacerlo. Cuando me paré vi que me había sentado sobre una carta que tenía mi nombre. La agarré, pero de un momento a otro ya no estaba en mis manos, sino en las de Bucky.

- Papá! Dámela! -traté de alcanzarla pero la sostuvo alto para que no llegara.

- Hija, la tenemos que ver antes de que la toques siquiera, no sé qué te pudo haber dejado él adentro.

- UNA CARTA!

- Puede contener químicos o algo que te haga caer en su trampa.

- James Barnes, dámela!

- Megan, basta, te vas a quedar acá mientras analizamos lo que tiene dentro.

- No me podés negar lo que me corresponde!

Yo ya estaba parada tratando de sacarle el sobre.

- MEGAN, TE SENTÁS EN LA CAMA Y ESPERÁS A QUE VUELVA! -gritó.

Instintivamente retrocedí con miedo. Comencé a llorar sin quererlo, a lo que él me miró arrepentido de lo que había hecho. Se me acercó, pero retrocedí.

- Hija...

- No me toques, James Barnes, o me das la carta o te vas -sentencié.

Herederos Barnes MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora