WANDA
- Hijo, estás seguro?
- Sí. Vayan a la Base. Yo los voy a llamar de vez en cuando para que Meg se quede tranquila, pero no voy a ir con ustedes hasta que sepa cómo está mi mente.
- Está bien. Si es lo querés -dije.
- Gracias por entender.
Al rato llamamos a Megan.
- Hola?
- Hola, amor -dije.
- Mamá... Cómo están? Ya lo hicieron...? -sonaba cansada y angustiada.
- Tengo alguien al lado que quiere hablar con vos...
Le pasé el celular a Noah. Se oyó el grito de Megan cuando le escuchó la voz a lo que James y yo sonreímos. Noah le explicó que se quedaría en Wakanda pero que la llamaría cada semana para que hablaran sobre cómo estaban, ella accedió un poco triste.
Esa misma madrugada salimos para la Base en donde nos esperaba Megan en la entrada junto con Nat. Corrió hasta donde estábamos y James la levantó en sus brazos estrechándola contra su pecho. Ambos sabíamos que estaba triste a pesar de la emoción que había demostrado cuando nos saludó, lo entendimos cuando no habló en todo el camino hasta su habitación que fue rengueando porque aún le dolía la pierna y empeoró un poco cuando corrió.
- Princesa, ya lo vas a volver a ver -dijo James ayudándola a subir las escaleras.
- Lo sé. Me dijo que me iba a llamar cada siete días, así que solo tengo que esperar -respondió ella un poco más animada.
Nos quedamos un rato en silencio.
- Qué hacías despierta tan tarde? -pregunté.
- Estaba esperando a que llegaran. Todavía tenemos una conversación pendiente... Pero puedo esperar hasta mañana -dijo.
- Está bien, mañana hablamos. Ahora a dormir -dije acercándome a ella para abrazarla.
Sentí como su se fundiera en mis brazos, estaba tan cansada que no tardó en quedarse dormida cuando me acosté a su lado tratando de que durmiera tranquila. Nos fuimos a nuestra habitación callados, de la mano. Al llegar, James me abrazó fuerte, casi tan pasional como ningún otro abrazo. Se quedó así un rato, sin decir nada, hasta que lo sentí llorando secándose las lágrimas.
- Amor... -dije ayudandolo a sentarse en la cama.
- Tuve miedo. Me sentí incapaz de ayudar a mi propia familia. Nuestro hijo se encerró a si mismo en una casa porque tiene miedo de herirnos, Megan está destrozada, no solo porque está llena de cicatrices y moretones, sino porque la viste cómo se desarmó en tus brazos cuando la abrazaste. Está asustada y triste por no poder verlo, nos quiere hacer creer que se alegra de que su hermano esté vivo pero sufre. Y Billy y Tommy... Los mellizos solo son niños, estamos tratando de mantenerlos en su niñez, que no sepan qué sucede, al igual que hicimos con Megan, pero la diferencia es que con ellos nos está saliendo bien. Siguen siendo niños, con poderes, pero niños. Y vos... Wan, tengo miedo de no estar haciendo las cosas tan bien como debería... Nuestros hijos están cayendo y necesitamos estar ahí para ellos, pero también quiero estar acá para vos -dijo tomándome el rostro entre sus manos.
- Mientras que vos intentes estar bien, yo lo estoy, Buck, solo quiero que hagamos el intento. Los chicos van a estar bien, son fuertes. Noah es valiente, sabe cuándo alejarse de lo que puede herir a quienes ama. Megan es la nena más fuerte que conocí, se banca lo que venga con el mismo coraje que vos y yo. Los mellizos hacen lo que pueden para mantener su infancia feliz. Estamos haciendo las cosas lo mejor que podemos, amor, no exijas más que lo que las circunstancias nos piden.
Me besó tiernamente acariciando mi mejilla.
- Y si nos mudamos? -dijo.
- Qué?
- Si nos vamos a una casa en la ciudad y vivimos una vida lo más humana posible. Que Billy y Tommy sean niños por todo el tiempo que necesiten. Que Megan vuelva a ser una adolescente con problemas de adolescente. Que vos y yo trabajemos en la Base, pero que eso no afecte a nuestra familia.
- James... Es una muy buena idea, amor. Estoy de acuerdo. Mañana planeamos todo, hoy tenemos que descansar
Pasamos por el cuarto de los mellizos antes de volver a la cama. Estaban ambos dormidos. Le di un beso en la frente a casa uno, al igual que hizo Bucky.