Capítulo V: El Principio De La Desesperación

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      Alejandro había continuado su camino, esta vez guiándose por esa sensación que le indicaba la dirección en donde se hallaban los demonios más poderosos. Su camino pronto no fueron sólo grandes llanuras, cerros y montañas carentes de vegetación, en su lugar, estaba atravesando un desierto que parecía interminable y sentía que habían pasado ya siete días sin ver otra cosa que arena.

      «¿Cuál es el fin de este desierto?», pensó Alejandro.

     «Dada la naturaleza del mundo espiritual y lo limitado de tu percepción, este recorrido podría carecer de un fin», respondió Rio. Él hasta ahora había permanecido en silencio.

      «¿Estructura del mundo espiritual?¿Dices que es diferente al del mundo físico? A mí parecer, no hay gran diferencia», preguntó Alejandro.

     «En el mundo espiritual, lo que percibes como algo físico no es más que una ilusión y lo que sostiene la realidad es la energía psíquica y espiritual. Las realidades adquieren ciertas características distintivas según los grupos o sociedades espirituales que las conforman y es mediante el pensamiento que se da control sobre todo esto, no es que las alteraciones no sean posibles en el mundo físico, pero ese es un asunto distinto», explicó Rio.

      «Eso que dices es interesante, en especial por tu comentario acerca de que este desierto podría ser infinito, siendo así, dime ¿Cómo salgo?», preguntó Alejandro.

      «Concéntrate en cambiar tu entorno para hallar la salida de este desierto y seguramente la realidad de la sociedad del infierno responderá ante tu fuerza mental y espiritual», respondió Rio.

      Alejandro empezó a llevar a cabo esa tarea y recibió como respuesta la materialización de un gran arco de piedra a pocos metros de él, en lo alto de este pudo leer «Entra aquí y ahógate en la desesperación»; él no pudo evitar reír.

     ―No existe forma de que tal cosa ocurra—comentó Alejandro para sí mismo.

      «El oponente al que seguramente tendrás que enfrentar, puede estar fuera de tus límites, incluso de los míos, no deberías reír cuando el infierno hace una advertencia», el tono de la voz mental de Rio demostraba una extrema seriedad.

      «Hablando de poder ¿Cómo fue que perdiste el gran poder que tenías antes? Dices que tú eras el demonio de demonios», la curiosidad de Alejandro era casi tan grande como su ansiedad por aumentar su poder demoníaco.

      «Lo era, pero mi hermano, el Dios Supremo, me derrotó en combate y perdí todo mi poder, de hecho, podría decirse que ya no soy un demonio, sino algo tan bajo que no hay palabra para describirlo, el poder demoníaco que te he demostrado es el que el hacha a acumulado, en ese sentido, salvo porque dispongo de una mayor porción de esa energía cuando tomo el control de tu cuerpo, no hay mucha diferencia entre tú y yo... tras esa derrota, llevando conmigo sólo el conocimiento que poseía, fui llevado por un largo viaje en la creación a través del tiempo y el espacio y terminé atrapado en esta hacha, que, desde entonces se convirtió en mi esperanza de recuperar mi antigua gloria», respondió Rio

     «Más adelante haré otras preguntas, eres un ser interesante, pero por ahora creo que es el momento de avanzar», así Alejandro dio por concluida la conversación telepática.

     Cruzó el gran arco y súbitamente el ambiente cambió a un enorme cuarto de piedra con antorchas alrededor.

     —¡Con mi poder actual no existe nada ni nadie que pueda hacerme frente, adelante, intentad hacer que sienta esa desesperación de lo que habláis!—exclamó Alejandro.

     —Pues entonces creó que es hora que te encuentres con un digno rival—dijo una voz entre las sombras.

Guerrero Inmortal Del Bajo Mundo 2 - El Juicio Del HachaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora