« Sumisa » h.s // Harry y tú.

Perdona...

- Chicas... No. Y aparte he oído que es gay. - río.

- ¿Gay? - dice Sophie pasandose la mano por el mentón delicadamente, y mira a Diana elevando un poco la vista, ya que Diana le sacaba al menos una cabeza.

- Tendrás que comprobarlo tú, si lo es o no. - dice Diana a respuesta de la mirada de ayuda de Sophie.

Suspiro amargamente y les miro.

- Sabeis que esto me agobia. No sé porque seguís aún dándome el latazo con eso, eso es cosa mía no vuestra... 

- Pero sabes que solo intentamos ayudar... - dice Sophie con la cabeza cabizbaja.

- ¿Cómo intentáis ayudar? ¿Presentandome a millones de chicos? Que sea atractivo o no,me da igual, no voy a perder la virginidad al primer día de verle, y dudo que sólo con verle baste para acostarme con él. No sabéis los frustrante que es que te recuerden tu virginidad cada vez que me presentáis a un gilipollas de cara de ángel. Ya sabéis lo que pasó con Robbin y aún así seguís con esta mierda. Yo elegiré a la persona correcta, no vosotras. - al terminar de decir eso lanzo un suspiro sonoro y pesado.

Robbiin fue un chico con el que salí gracias a ellas y a la segunda cita, llegamos a mi casa a tomar la última copa, y me desnudó entera poniéndome contra la pared, justo a tiempo llego James porque mi vecino de abajo se quejó de escandalo y James al oir mis gritos, abrió y sacó a Robbin a patadas, esa noche James durmió conmigo. Le veo como un héroe pero el me mira como siempre, no cambió nada en sus ojos, me mira como otra vecina más. Yo a él le miro con ojos brillantes y deslumbrantes, de admiración.

Un silecio incómodo se interpuso entre nosotras después de soltar todo, bueno y no era todo...

- Tengo que irme a clase de Lengua castellana, adiós.- dijo Diana levántadose y caminando hacia la puerta, hasta pasarla y perderse entre algunos alumnos. 

Suspiro pesadamente y miro a Sophie que me besa la mejilla y se va sin decir ni una sola palabra.

******

Llegué a la biblioteca del centro después de comer, eran las cinco y veinte de la tarde  más o menos. Me senté en una mesa vacía y empecé a leer el libro "Bajo tu piel". Estaba totalmente enganchada a esa historia, va sobre una chica que se enamora de su profesor de literatura, y hacen el amor a todas horas, y en todas partes, hasta que les pillan y sufren numerosas crisis, están enamorados aunque los dos lo niegan, y no pueden estar separados... Me he propuesto terminar esta tarde el libro, me quedan solo seis capítulos, y en dos horas listo.

Empecé a leer, y cuándo llevaba unos veinte minutos.

- Perdona... - dijo alguien con la voz ronca y dulce a la vez. Que voz... 

- ¿Sí? - dije apartando la vista del libro y miro al frente encontrandome con unos vaqueros de hombre, a lo que subo la mirada, lentamente... Torso, pecho y brazos, cuello, barbilla, labios... Me detengo. Labios carnosos, llamativos, rosados y apetecibles. 

Observo esa parte durante unos segundos, lo cual él se da cuenta y muerde su labio disimuladamente y en sus comisuras se forma una leve sonrisa mostrando unos adorables hoyuelos. Elevo la vista rápidamente hasta llegar a sus ojos. Verdes. Mierda, son preciosos. Le miro en silencio.

- ¿Está ocupada esta silla?. - señala la silla que tengo al lado.

Niego sin decir nada, y a los pocos segundos.

- Cógela si quieres. - no aparto la mirada de él, y sonrío solo un poco, para no mostrar una cara seria.

Se sienta a mi lado, llevaba el segundo libro de "Bajo tu piel", es una trilogía y yo iba aún por el primero. El segundo se llama "Siempre serás mía." Miro su libro.

- ¿Te está gustando? - dice mirando mi libro.

- Me encanta. Soy ______ Evans, encantada. - le ofrezco mi mano sonriente.

- Ya, ya, se quien eres. - sonrie de lado y me mira con ... ¿Algo de picardía? 

- ¿Ah si? ¿De qué?

- De nada, olvídalo. - se levanta. - Tengo que irme, adiós señorita Evans. - se va. 

¿Es mi imaginaciós o vino solo a verme? Me suena. Su pelo castaño rizado echado hacia atrás... Un escalofrío recorre mi cuerpo. Joder. ¿Qué me pasa? 

...