53. Esperar.

2K 201 78
                                    


El mes no pasó rápido.

Para nada.

La cabaña era pequeña. Una puta habitación con dos camas marineras. Además de la habitación había una sala donde estaba la cocina y la mesa. Luego el baño. Nada más. No había privacidad, no había espacio para respirar, nada.

Para colmo de males, a pesar de estar en medio del campo, no podíamos salir muy lejos. Incluso Eric estuvo de acuerdo con eso, dijo que era peligroso alejarse demasiado porque no sabíamos quién podía habernos seguido. Él claramente no se refería a la policía. Así que solo podíamos salir al exterior para fumar un cigarrillo, porque sí, había comprado muchos y había llevado, y había comprado alcohol también. Ítalo no dijo nada, afortunadamente.

Una o dos veces por semana, dependiendo el clima porque en ese lugar llovía mucho, salíamos a caminar, pero los tres juntos. Las caminatas solían durar dos horas aproximadamente y siempre eran dentro del bosque, nunca hacia la carretera, era peligroso, aunque nadie supiera que estábamos allí. El lugar tenía ríos, montañas, había un lago cerca y muchos animales.

Los ancianos que nos alquilaban eran muy grandes y amables, la mujer siempre nos cocinaba algo y el hombre se acercaba todas las mañanas con un litro de leche de sus vacas. A ellos les habíamos dicho que mi novio había muerto y que ellos, mis hermanos, me habían llevado allí debido al horrible momento que estaba pasando. Ellos fueron compresivos y no preguntaron nada. Incluso no preguntaron sobre nuestro extraño comportamiento de no haber ido ni una vez al pueblo en busca de provisiones.

Durante ese tiempo sólo miramos las noticias locales.

No prendimos ni una vez alguna computadora o algún celular. Estaba prohibido. Y, con el correr de los días, la incertidumbre iba creciendo cada vez más hasta hacerse insoportable.

¿Estarían vivos los demás?

¿Estarían bien?

¿Estarían en un lugar seguro?

¿Los habían atrapado?

¿Los habían matado?

Tenía la esperanza y la seguridad de que Asher sí lo estaba, él había tenido tiempo de ventaja, había salido unas horas antes y todos pensaban que estaba muerto. Pero los muchachos no.

Matt y Camilo podrían haber sido capturados. Podrían estar presos. O peor, muertos.

Entonces, durante los últimos días la inquietud en mi pecho se fue haciendo más y más grande, además de que la irritabilidad de Eric no estaba ayudando tampoco.

Eric nunca había sido un idiota ni un cretino, pero esos días, en ese lugar, nos había mostrado su peor lado. Él era realmente insoportable. Se enojaba por cualquier cosa, ni siquiera es que hiciéramos tanto allí, pero incluso si yo estornudaba o Ítalo tosía, él se enojaba y se enojaba mucho.

—En realidad, Eric es así la mayoría del tiempo —dijo Ítalo un día cuando Eric se había ido a acostar temprano porque el shampoo que teníamos no era el que a él le hubiera gustado tener. —Como todos nosotros, tenemos nuestra personalidad y se la mostramos a quien elegimos. Eric es así todo el tiempo, con Matt. Y Matt sabe cómo lidiar con él, Eric solo extraña que Matt o sus padres lo mimen.

—Sus padres están muertos.

—Sabes a qué me refiero —suspiró poniendo incómodamente su mano sobre mi hombro. En serio, se sentía tan mal, sin embargo, se lo permití. Él estaba haciendo el esfuerzo, yo podía hacerlo también. Me acerqué un poco y dejé que se relajarse sobre mí. —Eric está sólo por eso se comporta así, yo te tengo a ti.

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora