CAPÍTULO 01: ¿ESTOY LOCA?
AKIRA
Llovía.
Eran las 3 de la mañana y había comenzado a llover. Me acomodé los auriculares y me removí nuevamente sobre mi cama.
Tengo 18 años. Más bien, los acabo de cumplir. Mis padres decidieron mandarme a un campamento psiquiátrico para "mejorar mi comportamiento", o al menos eso decían. Desde la muerte de mi hermano, las cosas en casa nunca fueron las mismas. Yo veía lo que ellos no veían, sentía lo que ellos no podían entender, y por eso me trataron de loca.
Lo que más me llamaba la atención era que mis sueños sobre otro mundo, específicamente sobre Konoha, el pueblo de Naruto, eran tan vívidos. Parecía un lugar real, lleno de personas que realmente existían. Los detalles eran tan claros que a veces pensaba que, de alguna manera, yo pertenecía a ese lugar.
Suspiré.
Seguí tarareando música mientras leía un libro que había encontrado por casualidad. Claramente no era una buena historia, pero al menos entretenía.
Una explosión a lo lejos me hizo dejar el libro y mirar por la ventana. Estaba segura de que no era la única que lo había oído. Me levanté con lentitud y me abrigué para salir.
Afuera, no vi a nadie más. Tal vez era la única que había escuchado el ruido, o tal vez los demás simplemente decidieron ignorarlo. Pero yo no podía. La curiosidad me estaba matando.
Corrí hacia el lugar donde creía que se había originado el sonido. El viento frío y la lluvia me calaban los huesos, pero no me detuve. A medida que me acercaba, una segunda explosión retumbó en el aire, esta vez más cerca.
Finalmente, llegué a una especie de claro en el bosque. Allí, en medio del terreno mojado, vi algo brillante. Me acerqué lentamente y noté que era una pequeña esfera luminosa. Al principio, parecía inofensiva, pero al observarla más de cerca, me di cuenta de que era... un ojo.
—¿Qué demonios...? —susurré, mientras daba un paso hacia atrás. El iris del ojo era completamente blanco, sin ninguna otra tonalidad.
¿Un byakugan? pensé en voz alta, sorprendida por la coincidencia con el universo de Naruto. Pero eso no era posible, ¿verdad? Esto tenía que ser una broma.
Antes de que pudiera analizar más, el ojo comenzó a emitir un extraño zumbido, y de repente, otro cayó del cielo como un meteorito, explotando al impactar con el suelo. El golpe de la explosión me lanzó varios metros hacia atrás, haciéndome perder el equilibrio.
Cuando logré levantarme, noté que más y más de esos ojos caían del cielo, como una lluvia de meteoritos. ¡Esto no era normal!
—¡Tengo que salir de aquí! —grité para mí misma, mientras corría lo más rápido que podía, adentrándome más en el bosque.
Mis pulmones ardían, pero no podía detenerme. Los ojos seguían cayendo, causando explosiones cada vez más cercanas. Finalmente, llegué a una laguna brillante. Los ojos-meteoritos parecían esquivarla, como si hubiera algo en el agua que los repelía.
Sin pensarlo dos veces, me zambullí en la laguna. Al instante, sentí que algo me jalaba hacia abajo, como si la laguna no tuviera fondo. Mi cuerpo se sintió increíblemente liviano, y antes de darme cuenta, todo se oscureció.
(***)
Cuando desperté, sentí como si me hubieran golpeado por todo el cuerpo. Abrí los ojos lentamente, pero la luz me obligó a cerrarlos de nuevo. Escuché un sonido cerca de mí, lo cual me puso nerviosa. No estaba sola.
—¡Aquí! —Gritó alguien cerca.
Intenté moverme, pero el dolor lo hacía difícil. Sin embargo, tenía que ver dónde estaba, así que abrí los ojos de nuevo, forzándome a ignorar el dolor.
—¡Encontré una herida! —una voz infantil me sobresaltó, seguida por el sonido de varias pisadas que se acercaban.
—Etto... Es un poco extraña —dijo otra voz, esta vez de un niño.
—Es hora de practicar mi ninjutsu médico —dijo otro niño.
Mis ojos se abrieron de par en par al escuchar la palabra *ninjutsu*. ¿Qué demonios estaba pasando?
—¿Dónde estoy? —pregunté con dificultad, sentándome a pesar del dolor en mi cuerpo. Los tres niños me miraron confundidos. Llevaban ropas extrañas, como si estuvieran haciendo cosplay.
—Estamos en el País del Fuego —dijo uno de ellos, como si fuera lo más obvio del mundo.
¿País del Fuego? Esto no podía ser real. Tenía que ser alguna especie de broma muy elaborada.
—No te muevas —dijo la niña, acercándose a mí con una luz verde que salía de sus manos. Sentí que el dolor en mis piernas desaparecía de inmediato. Mis ojos se abrieron con asombro.
—E-eso... es magia —murmuré, pero ellos simplemente se rieron.
—Somos ninjas de la Hoja —dijo el niño, señalando la banda que adornaba su cuello—. Nos enviaron a investigar si había heridos tras la lluvia de meteoritos.
¿Ninjas de la Hoja? Mi mente estaba tratando de procesar lo que acababa de escuchar. Esto no podía ser verdad. Debía estar soñando.
Los niños me miraron un momento más antes de desaparecer en el bosque, dejándome sola. Me quedé sentada en silencio, intentando asimilar todo. Kakashi es el Hokage... Todo esto sonaba demasiado real, pero al mismo tiempo, completamente imposible.
—Debo encontrar respuestas —murmuré mientras me ponía de pie. Mi cuerpo se sentía mejor, aunque aún estaba aturdida. No sabía a dónde ir, pero sabía que tenía que moverme. Tenía que averiguar qué estaba sucediendo y cómo había terminado en este lugar.
Caminé sin rumbo durante lo que pareció una eternidad, hasta que llegué a un claro. Me senté al lado de un árbol, exhausta. El paisaje era diferente, los árboles no se parecían en nada a los que había visto antes. Estaba definitivamente en un lugar extraño.
De repente, vi a un hombre descansando cerca. Me acerqué con cautela. Podría preguntarle dónde estaba, pero ¿y si terminaba en problemas?
Respiré hondo, tratando de parecer más segura de lo que me sentía.
—Oi, dime dónde estoy —le hablé sin mirarlo directamente, intentando parecer desinteresada.
—Eres muy descortés —respondió con una voz joven—. Estamos en el País del Fuego, ¿acaso no lo sabes?
Lo miré de reojo, y cuando me di cuenta de quién era, ahogué un grito.
—Tú... eres... Sasuke Uchiha... —murmuré, aterrada y asombrada al mismo tiempo. Él desenvainó su katana y la colocó cerca de mi cuello.
—¿Quién eres? —me preguntó, mirándome con su sharingan, claramente intentando intimidarme.
—Mi nombre es Akira Ryomen —respondí, tratando de mantener la calma—. Y aunque no lo creas, no soy de esta realidad.
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Eco de Sombras (Sasuke Uchiha)
Fanfiction¿Alguna vez soñaste con vivir en tu realidad deseada? ¿Qué harías al darte cuenta de que has llegado allí? Para Akira, el mundo de Naruto siempre fue su refugio, un lugar donde las batallas y las amistades se entrelazaban con la emoción y el desafío...