La dama y el caballero

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Hola, soy yo de nuevo disculpen por la tardanza del capitulo.

No olviden dejar su estrellita y comentario.

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Debido al hecho de que se habia acordado no dejar a ninguna de las chicas sola Tanjiro se lo habia Tomado demasiado en serio, motivo por el cual incluso de dia (a pesar de que sabia que los cazadores no actuaban de dia) no la dejaba sola, si el iba de compras iba con ella, si visitaba a su familia la llevaba con el, si estaba con unos amigos ella lo acompañaba, etc. Este tipo de comportamiento habia provocado que sus conocidos creyeran que Kanao era su pareja, algo que creian imposible por el hecho de que Tanjiro nunca penso en tener una pareja, a esto se le sumaba que Tanjiro creia que no era lo suficientemente atractivo para las chicas. 

Justamente ese dia se habia acordado que habria practica (de nuevo) en el estudio para que no perdieran el ritmo, esto porque ya habian pasado varias semanas que llevaban sin practicar, pero a Tanjiro le parecia algo riesgoso que dejara a Kanao sola, tal vez fuera por el "instinto de madre asesina"  que Zenitsu decia que tenia, sin embargo tenia mucha preocupacion por dejar a la chica sola. Luego de pensarlo por un largo rato se decidio por llevarla con el al estudio.

Salieron de la casa de Tanjiro y caminaron hasta el estudio, podrian haber ido en taxi, sin embargo el estudio se encontraba a tan solo unas cuadras de donde vivian, por lo que ir en taxi seria un gasto inesesario. Durante el camino Tanjiro noto que en la tienda de al lado comenzaban a florecer las glicinias del dueño.

-Llevo bastante tiempo bastante tiempo viviendo aqui y es la primera vez que veo que florescan-   dijo el pelirrojo al pasar frente a la tienda  -me alegra ver que por fin lo hicieran.

Inmediatamente recibio un menzaje de Zenitsu.

"Se que esta vez me tocaba llevar el cafe, pero surgio un imprevisto"

-Ya se a donde va esto-   dijo el pelirrojo para si mismo.

"Podrias llevarlo tu?, te pagare cuando llegues"

Paso rapidamente con Kanao a un pequeño local donde servian cafe, a Tanjiro por lo regular no le gustaba comprar cafe en el lugar debido a que la mujer que atendia ahi todo el tiempo se quejaba por su espalda y por lo regular era grosera con los clientes en sus malos dias, ademas de que la hija de la dueña todo el tiempo lo acosaba y hacia insinuasiones raras, ella era la unica chica interesada en el de la cual Tanjiro sabia, esto porque sus insinuaciones eran demasiado directas hasta el punto de que al pelirrojo le daba miedo comprar en el lugar, parecia ser que a pesar de que las otras chicas (no solo de su calle sino tambien de su escuela) tambien tenian cierto comportamiento de atraccion hacia el, pero de una forma mas discreta y si a esto se le sumaba que el chico era muy inocente el resultado era que Tanjiro no se daba cuenta de lo que sucedia.

Al entrar a la cafeteria Tanjiro rezo porque la hija de la dueña no estuviera y en su lugar se encontrara Muichiro, el sobrino de la dueña, el cual la ayudaba cada vez que sus padres se lo permitian, de hecho Tanjiro y Tokito se llevaban muy bien y cuando la hija de la dueña no se encontraba Tanjiro solia ir a verlo, por esa razon Tanjiro pedia a los dioses que la hija de la dueña no estuviera. Para desgracia del pelirrojo fue ella la que lo atendio por lo que no tuvo de otra mas que aguantar su comportamiento.

-Tanji-chan que te trae por aqui?-   pregunto la rubia   -sabes, por alguna razon ya no entran mis llamadas a tu celular.

-Si tal vez sea porque cambie mi numero-   respondio el chico con pocas ganas de hablar con la rubia.

Las zorras de las 9 colasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora