No podía soportarlo, su cuerpo caía rendido en el suelo agotado por el constante sobre esfuerzo que su padre exigía en ella. Sin poder controlar su respiración, poco a poco se iba quedando sin aire mientras su cuerpo comenzaba a congelarse por su propio kosei.
Los pasos de su padre se acercaban amenazantes, uno a uno y lentamente, tratando de anteponer su autoridad y miedo sobre su propia hija que al ver que no se levantaba no dudó en golpearla con la fuerza de su pierna. El cuerpo de la menor se estampó contra la dura pared de la habitación haciendo que gritara de dolor.
—¿Por qué no te levantas? —reclamó su padre —. ¿Es mucho para ti? ¡Eh! —Gritó mientras le propinaba otro golpe en el estómago. Este segundo, sin poder soportarlo, provocó que vomitara en ese mismo momento.
—Me das asco.
Ella no podía más, había alcanzado su límite. El hielo que la cubría impedía que usara de nuevo su poder hasta que se estabilizara, más los daños que había recibido en lo que era el método de entrenamiento de su padre, no era capaz de mover si quiera un músculo de su cuerpo.
Con tan solo seis años, había sido separada de sus hermanos al momento de dar a luz su particularidad. El día que más había ansiado, pues su madre le contaba tantas maravillas sobre los héroes del momento que había anhelado convertirse en uno.
—¿Y papá? ¿Papá también salva a las personas? —llegó a preguntarle una vez. Al hacerlo los ojos de su madre se nublaron de pequeñas lágrimas, incapaz de responder a su hija se quedó en un completo estado de shock al recordar por todo lo que pasaba su familia diariamente por su culpa.
Nunca entendió esa reacción en su madre, ni tampoco el hecho de que su hermano mayor, Shoto, fuera separado de todos ellos. A penas lograba ver a su padre en casa, y cada vez que lo hacía ni los miraba.
A pesar de ver una vez a Touya con un golpe en el rostro, tras salir de la habitación donde su padre y Shouto entrenaban, nunca entendió lo que pasaba en su familia.
Nunca lo entendió hasta ahora. Cuando su kosei se manifestó su padre comenzó a interesarse en ella, y al hacerle un pequeño examen demostraron que su hielo era muchísimo más gélido que el de su hermano mayor. No tardó en ponerla aprueba sorprendiéndose al comprobar que su poder era capaz de anular su propio fuego.
Esa noche, se produjo una disputa. En la cocina, los gritos de su madre despertaron a la pequeña de su sueño que al presenciar todo lo que estaba ocurriendo se aterrorizó.
—Por favor, ella no. ¿No tienes suficiente con Shoto? ¿Por qué ella también? ¡Por favor! —le rogaba su esposa arrodillándose frente a él.
Harto de sus constantes gritos le propinó un golpe en la cara tumbándola en el suelo. Touya, quien también estaba presente en ese momento corrió a levantar a su madre y entre lágrimas no dudó en decir frente a su padre lo mucho que lo odiaba.
—¡Eres un monstruo! ¡Shoto nunca será como tú! ¡Nadie quiere convertirse en un monstruo!
—No será como yo, él será mucho mejor, para eso lo estoy entrenando.
—¡Lo maltratas, igual que lo hacías conmigo! —le restregó mientras ayudaba a levantar a su madre.
—Tú solo eres un desecho inservible por culpa de tu madre, no vales nada.
Las duras palabras de su padre golpearon en una zona muy sensible del mayor de los hermanos, ya no era capaz de decir nada, había escuchado esas palabras de desprecio tantas veces que se sentía incapaz de hacer algo por ayudar a sus hermanos.
T/N no pudo aguantarlo más, y dejando de ocultarse en el marco de la puerta corrió por su madre inundada por el miedo de la situación.
—¿Qué haces aquí? ¡Vete a tu habitación! —le gritó su madre. Ella no reaccionó, el no entender nada de lo que estaba pasando le impedía volver a su habitación. La curiosidad le negaba la movilidad.
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Otra Oportunidad ©[BNHA FANFIC]
FanficPérdida, dolor, desapego, resentimiento... esas eran algunas de las emociones con las que la menor de la familia Todoroki convivía día a día. Se dice que siempre tendrás un hogar donde tengas a tu familia. Pero la única persona a la que pudo conside...