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Día a día, me consumían las ganas de hablarle y saber de ella, existían días en que le escribía pero no respondía mis mensajes, era lógico, ella estaba en una posible relación amorosa y además ya sabía que yo era un loco posesivo, entonces claro está que había perdido la oportunidad de entregarle mi amor, pero ¿deje de quererla e incluso de amarla?, por más que llegara a pensarlo, no era capaz de dejar eso atrás, era un cariño tan fuerte y tan grande que era imposible olvidar todo tan rápido, además de que nos veíamos día a día, y aún compartíamos saludo y despido.

Pero así como sale el sol después de cerrar la noche, todo cambio repentinamente, era un día tranquilo, lleno de clases y algo de estrés para variar, es la época del año en donde sabes que se aproximan vacaciones y los profesores comienzan a llenarnos de trabajos y quehaceres, esa época del año en donde quieres que todo se termine pronto para poder descansar un poco. Durante todo el día no la había visto a ella, era como si no hubiera ido ese día o eso creía yo. La jornada académica culminó por ese día, por lo que alisté mis cosas, tomé mi maleta y cargandome todo el peso de los útiles escolares en la espalda, salí del salón como si no hubiera un mañana, estaba algo estresado y en verdad no quería saber nada más del colegio, con lo que no contaba es que vería de reojo a Ximena, allí estaba ella, fuera de mi salón con su amiga a su lado consolandola, al parecer estaba llorando, claro que me preocupaba pero la actitud con la que salí ese día, no me permitió acercarme a ella para saber como estaba y que había pasado, para apoyarla, animarla y ayudarla. Al contrario, no la determiné para nada y salí, más adelante uno de mis amigos me aseguraría que Ximena si estaba llorando en frente de nuestro salón, era algo obvio, ella necesitaba mi apoyo, necesitaba mi ayuda y yo no estuve ahí para ella, decidí salir y dejarla, claramente una gran equivocación de mi parte, posiblemente la defraude, la decepcioné.

De camino a mi casa todo fue silencioso, yo estaba de un carácter volcánico, estaba de mal humor, no quería opinar o hablar de nada, ni yo mismo me soportaba, todo a mi ambiente me enojaba, era algo irreconocible. Al llegar a mi casa, almorcé y trate de relajarme un poco y entonces fue en ese momento en donde capté todo, Ximena me necesitaba y yo simplemente salí ignorandola, ¿que carajos había hecho? ¿Porque pude ser tan estúpido?, aún así decidí escribirle, ya no podía remediar las cosas, eso era obvio, pero posiblemente podíamos hablar de lo que sucedía.
Así que cuando le iba a escribir, me llegó un mensaje a Facebook de ella, un mensaje que me preocuparía mucho más de lo que ya estaba, su mensaje decía:

- Oye, no me vayas a hablar por WhatsApp

La ignoré en la salida del colegio, la decepcioné y ahora no quería que le escribiera por WhatsApp, definitivamente no quería ya saber de mi, pero siendo algo cínico, decidí responderle

- ¿Que? ¿Porque no?

- Me decomisaron el celular, no puedo hablar por ahí - Respondió ella

En ese momento todo tuvo un poco más de sentido, y me volvió el alma al cuerpo, pues ya me había empeliculado. Sin embargo, no puedo negar el hecho de que la decepcioné al no estar ahí con ella, y es algo que lamento muchísimo hasta el día de hoy, tanto que me gustaría devolver el tiempo justamente a ese momento de nuestras vidas y poder acompañarla, ayudarla, apoyarla, animarla o incluso llorar juntos.
Le pregunté que qué había sucedido, y ella me deja con el último mensaje, diciéndome

- Ahorita no tengo ganas de hablar, hablamos luego.

Sentí como todo mi corazón crujía de dolor ante ese mensaje, era más que claro que no quería hablar conmigo después de lo sucedido, y no la culpo, yo habría hecho lo mismo, así que lamentándome de todo, le respondí tan solo un "está bien, hablamos luego", y nuevamente mi actitud cambió, me llené de ira por lo que yo ocasione. ¿En donde quedó todo el cariño y atención que alguna vez le había prometido?, si, en la mierda, era un miserable mentiroso, un idiota completo.
Durante todo el día me llegaban este tipo de preguntas y me culpaba por todo, efectivamente nadie me soportaba, y así mismo, no quería saber nada de nadie, ni de mi mismo.
Luego de esa ira compulsiva, comencé a sentirme triste, posiblemente ya ella no quería ni verme, y me atrevi a dejarle un mensaje esa noche.

Un Amor Puro: Un Amor Imposible *[COMPLETA]*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora