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- Hola

- Hola

- ¿Cómo estás?

- Bien y ¿tu?

- Bien gracias a Dios. Oye te escribía porque quería hacerte una invitación

- ¿Y eso?

- Tu sabes que el colegio hará una fiesta por Halloween, y es libre ir disfrazados o no, por eso no hay problema, me gustaría saber si... ¿Quieres ir conmigo?

- Yo te aviso, ¿vale?

- Vale.

"Yo te aviso, ¿vale?", otra frase que me dejaba pensando y me daba una vez más, esperanzas de poder estar con ella, posiblemente era una de las últimas oportunidades para compartir algo maravilloso con ella, ya habíamos intentado bailar una vez en una fiesta pero ella no estaba en las condiciones propias y solo pudimos bailar media canción, así que esperanzado sin un sí concreto en su respuesta, me imaginaba bailando con ella todo lo que fuera posible bailar. Necesitaba que esa fiesta fuera lo mejor que compartiéramos, pues dentro de poco yo saldría de estudiar y eso implicaba que ya no volveríamos a vernos a diario, o incluso semanal.

Pasaban los días y se acercaba la fecha de la fiesta, y aún no me daba una respuesta concreta, lo que si era cierto era que yo debía ir, los directivos del colegio estaban enojados conmigo, porque yo siendo el personero no asistía a aquellas actividades que realizaban para todo el colegio, se realizó una salida a disfrutar de un circo, y el personero no estuvo presente, se realizó un show de títeres con un titiritero famoso a nivel nacional, y el personero no estuvo presente, se realizó un taller con el biólogo colombiano Darío Gutiérrez sobre las arañas, realizando actividades con estos mismos animales de gran tamaño para perder el miedo a estos, y el personero no estuvo presente. Así que haciéndome cargo de mi puesto decidí que iría a aquella fiesta pero claro, no quería ir sólo y ya tan sólo faltaba un sí concreto. Por lo que nuevamente le pregunté:

- Hola mi Xime, oye ¿recuerdas la invitación que te había hecho sobre la fiesta de Halloween? ¿Qué dices?, ¿vamos?

- Hola. Si me acuerdo, y dale, nos vemos allí

- Perfecto. Gracias, y dale allí nos vemos.

Ya era seguro, ella iría, yo iría, la pasaríamos genial y al fin podríamos bailar como tanto lo soñaba.

Llegó el día de la fiesta y yo ya me encontraba colocándome mi disfraz, pues era obvio que siendo el personero tenía al menos que ir vestido para la ocasión. Para este año idee un disfraz de Lord Voldemort, y con este me dirigiría a la posible mejor fiesta del año. No por estar disfrazado, o por llamar la atención, era la mejor fiesta porque estaría con ella, estaría con Ximena. Ya estaba terminando con los detalles de mi disfraz cuando José (mi amigo) me escribió, diciendo que pasaría por mi para irnos para la fiesta. Yo no le vi inconveniente alguno, pues con Ximena nos encontraríamos en el lugar de la fiesta, más no en mi casa. Siendo así minutos después llegó José, no iba disfrazado, pero los dos nos dirigíamos al lugar de los hechos.

Llegamos bastante temprano por lo que aún no había llegado nadie, y los pocos que estaban allí comenzaban a admirar mi disfraz, eso lo disfrutaba pero no era lo importante de esa noche, mi prioridad era Ximena y pasarla bien junto a ella. Poco a poco fueron llegando todos los asistentes, algunos venían disfrazados, otros no. Y a medida que pasaba la noche, seguían llegando y la música sonaba, los que ya se encontraban allí comenzaban a bailar y a disfrutar de la fiesta, mientras que yo opté por sentarme en cafetería a esperar a Ximena. Y así comenzaron a pasar segundos, minutos y horas, y yo seguía sentado allí, en ocasiones José se acercaba a mi con alguna chica de cursos anteriores con el fin de que me levantara a bailar y a disfrutar un poco de la fiesta, yo aceptaba para no quedar mal con la chica que traía pero sinceramente no me divertía para nada, yo sólo anhelaba ver a Ximena entrar y poder estar a su lado bailando y disfrutando. Bailaba y volvía a mi puesto en cafetería a seguir esperando, nada era divertido esa noche para mi, la música era buena no lo niego, pero comencé a entrar en un estado de ánimo negativo, dentro de mi todo yacía triste, vacío y oscuro, seguía esperando y trataba de comunicarme con ella pero todo era imposible, no tenía conexión, no tenía saldo, no sabía nada de ella, solo me quedaba a guardar esperanza y seguir esperando, mientras que algo se apoderaba de mi ser, algo maligno y depresivo a la vez. Cualquiera que pasara por allí, me vería cabizbajo, me vería sólo en una mesa disfrazado de el enemigo de Harry Potter, esperando que llegara un poco de magia a mi vida.

Un Amor Puro: Un Amor Imposible *[COMPLETA]*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora