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HASTA EL MOMENTO, EL PRIMER DÍA de escuela para Accalia había sido el mejor todos. Le parecía todo maravilloso lo que aprendió en las primeras clases de arte y español, aunque ya estaba deseosa para que fuese la hora de comer. Kim, su nueva amiga, se había encargado de comentarle como era todo en la preparatoria y que no todo era color de rosas como lo sentía claramente nuestra protagonista. 

Para Accalia el encontrarse con Kim fue lo que más le gustó de entrar, después de todo las únicas mujeres en su vida eran su madre y su hermana, de resto eran hombres la que la rodeaban y casualmente tenía la mayoría de las clases con ella y algunas con Paul.

El sonido que indicaba la terminación de su clase, la hace salir de sus pensamientos y se dio cuenta que no prestó mucha atención al profesor de matemáticas. Hace una mueca cuando escucha la risa de Kim, burlándose de ella.

—Tranquila, luego te paso mis apuntes—murmura con una sonrisa, a lo que Accalia correspondió al instante.

—Creo que eres la persona que he estado esperando en toda mi vida—habla de manera exagerada mientras que caminaban a la cafetería, haciendo reír a la morocha. —Te amo.

—Lo sé. Todos me aman.

El par ríe y Kim entrelaza sus brazos. Era increíble lo rápido que ambas habían conectado, lo que aún sorprendía a Accalia, pero no diría nada porque le agradaba mucho Kim. —Por Dios, tengo mucha hambre.

—Tranquila fiera, falta poco para llegar. 

Kim sabía de la naturaleza de Accalia, puesto que Jared se lo dijo; sin embargo, por petición de Paul no le diría que lo sabe. Y es que Paul realmente quería que ella tuviera algo normal en su vida, así sea solamente en la escuela. Ella no objetó o reclamó, es más, le pareció un gesto muy tierno viniendo de Paul Lahote.

Al entrar a la cafetería, su mirada examinó todo buscando a Paul; su loba había estado muy inquieta por tenerlo cerca y sintió un malestar dentro de sí, sin saber mucho el por qué. Kim y Accalia hacen fila para buscar su comida y habiendo conseguido sus cosas, ambas se disponen a buscar a la manada.

— ¿Normalmente donde se sientan? —inquiere Accalia a través del bullicio que se originaba siempre en la cafetería, pero sus oídos dejaron de funcionar cuando ve a lo lejos como una chica quería acercarse más de lo debido a Paul, quien lucía aburrido y molesto por la cercanía de la pelinegra.

—Accalia... —musita Kim un poco preocupada, pero es ignorada cuando Accalia camina a paso firme hacia la mesa donde estaba la manada.

—En serio, Rachel, basta. No quiero que estés aquí—habla Paul duramente, no sabía de que otra manera podía alejarla de él por su propio bien. Siente su lobo ansioso y sabe que Accalia estaba cerca, pero se sorprendió cuando alguien separa bruscamente a Rachel.

—Creo que Paul fue muy claro cuando dijo que no quiere que estés aquí—habla seriamente, suelta un bajo gruñido y su ceño demostraba lo mucho que le desagradaba la situación.

— ¿Y tú quién eres para alejarme de mi Paul?

Ante la pregunta, Accalia no supo que responder porque claramente no sabía que debía ser algo de Paul. Creía que era muy claro que estaban juntos, pero al parecer nadie sabía de ese detalle. —Que te importa. —sin decir más la mira mal mientas que se sentaba al lado de Paul, que nada más la miraba embobado y con ojos de amor.

— ¡Paul! ¿No dirás nada? —cuestiona Rachel enfurecida mirando al mencionado, solo ahí aparta la mirada de Accalia y niega.

—No hay nada que decir—responde con simpleza para seguir comiendo y mirando con una leve sonrisa a Accalia, que solo miraba su comida. El momento de tensión se hizo más presente cuando Rachel se acerca a la chica para tumbarle su bandeja. 

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍, Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora