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LA LOBA BAJÓ LA CABEZA ante la mirada de la manada y empieza a sentir como su pelaje blanco y aterciopelado cada vez desaparecía de su cuerpo. Siente como sus huesos se van acomodando de una forma que era extraña para ella y como se hacía un poco más pequeña, no entendía lo que estaba pasando. Paul se esconde en uno de los arboles para destransformarse rápidamente y se coloca la ropa que había ahí, para luego ir hacia donde la loba. Sin embargo, lo que encuentra es el pequeño cuerpo desnudo de una chica, quien alza la mirada algo tímida y Paul no puede evitar sonreír al ver por fin a su impronta.

Su cabello moreno se encontraba despeinado cubriendo la mayor parte de su rostro, pero Paul logró notar el color azul en su mirada, su nariz respingada y delgada iba acorde a su angelical rostro y solo pudo pensar en lo hermosa que era su impronta. Definitivamente ella era muy diferente a las chicas con las que había estado. 

Mi impronta es una diosa, pensó.

Entonces deja de sonreír al recordar que esta se encontraba desnuda por lo que se giró a ver a sus hermanos, quienes entendieron la mirada de reproche de este y los tres se alejaron de ahí. Paul corrió hacia uno de los arboles y agarró lo primero que encontró para luego ir hacia la chica que miraba su cuerpo algo confundida. Alzó la mirada y frunció el ceño recibiendo la ropa que él le daba, se levanta sin pudor alguno sorprendiendo a Paul, quien no supo como reaccionar y su cuerpo solo hizo lo primero que se le ocurrió. 

Se giró cerrando los ojos y se sintió completamente estúpido al sentirse cohibido por ella.

La morena aun sin comprender se coloca la ropa como puede, y alza su mirada hacia el chico que le estaba dando la espalda. Sabía que se sentía protegida con él, pero aún no comprendía el por qué. Hace unos segundos ella creía que era una loba normal, no una persona. Paul la mira desolayo y no puede evitar sonreír enternecido al verla ponerse la ropa al revés.

—Eh, déjame ayudarte.

El muchacho con toda la voluntad y autocontrol que logró recolectar intentó no mirar demás a su impronta, aunque a ella no le importase en lo absoluto estar en frente de él así. Lo que le gustaba, pero era la primera vez que se veían en su forma humana, sentía que le estaba faltando el respeto. Así que lentamente le acomodó la ropa sin despegar su mirada de los ojos azules que le empezaron a gustar.

—Y así es como te debes cambiar—musita solo para ella, quien sin saber por qué sonrió ante el suave sonido de la voz del joven. Paul creyó, esperaba que ella dijera algo, pero la morena solo lo miraba. Sin embargo, ella pensó que se podían comunicar por sus mentes también, puesto que le había dado las gracias. —¿No puedes hablar? —cuando la joven ladeó la cabeza, él comprende que no por lo que suelta un suspiro. —Ven, tienes que conocer a unas personas.





🐺🐺





La joven se sintió intimidada al ver al grupo de personas mirándola fijamente e inconscientemente se refugió detrás de Paul, que no había soltado su mano. Este solo sonríe enviándole caricias en su agarre para tranquilizarla. —: Está todo bien, hermosa. Ellos te ayudarán.

Harry Clearwater se acerca lentamente cuando vio que la chica se relajaba ante la mirada de Paul, pero al verlo acercarse suelta un gruñido desconfiada. —No tienes por qué desconfiar, querida. Ninguno de nosotros te haremos daño. —la joven traga en seco y se acerca más a Paul. —Mi nombre es Harry Clearwater y soy uno de los ancianos de la tribu quileute—habla despacio, y luego la presenta con los demás del consejo y sonríe amablemente cuando la chica asiente entendiendo. —¿Podrías decirnos tu nombre?

La joven suspira bajando la mirada sintiendo toda la atención en ella. —Accalia.

Paul muerde su labio inferior al escuchar la deliciosa melodía de su voz y piensa que es la voz más hermosa que ha escuchado y en su mente atrevida solo se podía imaginar como seria su voz cuando él la marcara como suya completamente. 

Su lobo estaba extasiado y más que emocionado.

—Bien, Accalia —habla Billy Black, acercándose con la ayuda de su silla de ruedas. —, vas a tener que quedarte con uno de nosotros mientras que te adaptas a tu nuevo estilo de vida, ya después podremos saber de tu pasado, ¿estás de acuerdo?

La joven ladea su cabeza y por su mente solo pasaban muchas preguntas y si quería saber cada una de las respuestas, debía quedarse con ellos. Mientras tanto que ella pensaba la respuesta, Paul procesaba la información y no le gustó mucho lo que dijo el hombre. —Esperen, ¿a qué se refieren "con uno de nosotros"?

Su lobo había cambiado de humor y estaba muy molesto.

Los miembros de la tribu se miran entre ellos y miran a Paul con comprensión. —Accalia debe quedarse aquí para que se adapte como una humana, no sabemos con exactitud cuanto tiempo ha estado en su forma lobuna.

—Pero, ¿no puede quedarse simplemente conmigo? —cuestiona algo irritado, no queriendo apartarse de su impronta, y ella tampoco es que quisiera alejarse de él.

—Necesitamos que comprendas. Para que ella tenga una buena vida, debe alejarse un poco de lo sobrenatural para que le sea fácil adaptarse a su presente y su futuro—comenta Quil Ateara III suave para no exaltar a Paul, quien solo bufa algo molesto, pero entendía el punto al que querían llegar solo que era muy orgulloso para aceptarlo. —No te preocupes, seguirán viéndose, pero paulatinamente. 

—No debes olvidar que tienes algo de lo que ocuparte, muchacho—dice esta vez Billy, mirándolo muy serio y ahí fue cuando se acordó que debía hablar con Rachel. Paul relaja su rostro y rasca su nuca con su mano libre, intimidado por el hombre, por lo que solo asiente sin decir una palabra.

—De acuerdo Accalia, debes estar cansada—habla Harry de manera gentil, haciendo que esta lo mirara. —¿Te gustaría descansar un poco?

La nombrada frunce levemente su ceño y se gira a mirar a Paul, quien solo le sonríe suavemente, lo que le dio valor para asentir y soltarse lentamente del joven esperando que le dijeran que hacer. Los del consejo solo sonríen al ver el gran paso que la chica había dado, sin duda era una joven valiente y con gran potencial guerrero.

—¿Puede quedarse en tu casa, Harry? Seria bueno para ella estar con otra chica.

El susodicho asiente honrado que la chica se quedara con su familia, por lo que le extiende la mano para que avanzara hacia la salida, pero esta no entendió y simplemente le agarró la mano al hombre algo tímida. 

Paul ríe bajo y muy enternecido. —Mañana nos vemos, hermosa.

Ante el apodo, Accalia siente sus mejillas calentarse y Paul al ver el leve sonrojo en ella, sonríe divertido. Tenía muy en claro que disfrutaría mucho el hecho de haber encontrado a su impronta y sobre todo lo que podía hacerle sentir.

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍, Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora