Nací hace mucho tiempo, en un lugar oscuro y desolado, sin vida, sin luz... como la nada.
Pero no estuve solo, tenía una hermana, aunque ella era muy fría y seria, parecía que nuestro hogar la había afectado, se llamaba Amara, mi hermana gemela, aunque casi no nos parecíamos.
Después de un tiempo comenzamos a aburrirnos, no había nada que hacer, decir o algún lugar al cual ir, solo estábamos ahí con nuestro padre, Void, que rara vez nos hablaba, mi hermana era como él pero menos vacía, más oscura, y yo, yo era la luz entre ellos, buscaba divertirme de alguna manera, buscando una pequeña luz de esperanza entre el vacío y la oscuridad, así era como los llamaba a ellos.
Pasaron milenios, o así lo sentí, antes de que yo pudiera crear mis juguetes, creé títeres increíbles, fueron millones, y creé un hogar para ellos, como su propio mundo, o ellos así lo llaman. Jugaba mucho con ellos casi todo el tiempo, pero ellos de pronto caen inconscientes o ya no querían jugar porque no se sentían bien, así que invité a mi hermana a que los acompañará durante cierto tiempo mientras yo jugaba con otros. Pero ella no quería jugar con mis juguetes, ella quería crear los suyos, así que le mostré cómo hacerlos, cómo crearlos y así lo hizo, los creó a su imagen, al igual que yo.
Las cosas iban muy bien, la comunicación entre mi hermana y yo era muy buena ahora, pero no me gustaba como jugaba a veces con mis títeres, hacía cosas malas con ellos y demasiado rápido y no, eso no se disfrutaba, eso no estaba bien, por eso le mostré cómo hacerlo, cómo divertirnos juntos y disfrutarlo más y mejor, pero ella seguía aferrada a hacer lo mismo con mis títeres, era a los únicos que trataba así, a los suyos los trataba con mucho cariño y amor, aunque eran horribles, eran horrendas bestias que habitaban en su cuarto y que ella misma hizo. Por eso hice que los míos atacaran a los suyos y así comenzó una pequeña guerra entre ellos, luego entre las mismas especies, eso nos pone felices a nosotros, lejos de hacernos enojar nos... entretenía.
Yo era feliz con mis juguetes, jugando con ellos mucho tiempo, pero después comenzaron a quejarse de cómo los trataba y me pedían cosas, creían que yo era alguien grande y benevolente, pero estaban equivocados, yo no era, ni soy nada de eso, sí, les daba lo que querían, a veces no siempre, y otras veces les quitaba más porque me gusta, me gusta que supliquen, que rueguen y pidan más, porque... fui, soy y seré por siempre un niño... jugando a ser un Dios, dando y quitando, decidiendo quien vive y muere, y la verdad, esto es muy... divertido.
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Relatos De Una Mente Demente
Misteri / ThrillerPequeñas historias contadas por victimas de sus mentes, de sus formas de ver el mundo y de actuar.