02 | El café esta caliente

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Un zarandeo me despierta de golpe, Celeste se ríe por mi reacción.

—Anda, ya levántate.

Me quita la cobija, reniego y vuelvo acomodarme en la cama que ahora si la tengo para mí solo.

—Vete tú, hoy no saldré a correr - mascullo.

—No, párate de ahí ya.

Vuelve a jalarme la cobija y chisto la lengua, me levanto como resorte amenazante y esta se hace para atrás empuñando sus manos.

—¿Qué?

—¿Qué de qué? —respondo sonriendo somnoliento, bostezo y salgo del cuarto.

Directo al baño hacer mis necesidades matutinas, limpio mi cochinero con papel y lavo mis manos junto con la cara.

También le doy una cepillada rápida a mi boca.

Abro la puerta listo para salir y me encuentro con mi padre igual de dormido con ropa en sus manos.

—¿Ya desocupaste el baño?

—Si, adelante.

Me salgo, él cierra y regreso al cuarto donde Celeste esta tendiendo la cama.

Camino al ropero y saco mi pants deportivo, una camisa cualquiera y la sudadera.

Me cambio aquí mismo, siempre lo he hecho sin importarme que Celeste este en el cuarto, estoy dándole la espalda y ella sentada en la cama revisando su celular.

Calzo mis pies con unos tenis blancos y me incorporo haciéndole un gesto a mi hermana.

—Vámonos.

—Voy, deja contestó un mensaje.

Hago un ruidito con la garganta, no me interesa. Mejor entro a la cocina sirviéndome un vaso de agua.

Lo bebo por completo y al ver a Celeste ir a la puerta la sigo.

Trago saliva al verla de arriba a abajo, soñé que la estrujaba y me masturbaba pensando en Lucía.

Que sueño tan más raro.

Sacudo mi cabeza, subo la capucha y empezamos a trotar para calentarnos.

Al llegar a la esquina de la cuadra comenzamos a correr por todo alrededor del fraccionamiento. Son como diez cuadras largas, perfecto para las piernas.

En todo el trayecto ninguno hablo, me tenía confuso ya que suele contarme cosas que le pasan en la preparatoria con sus amigas.

—¿Qué? ¿Nada interesante pasó ayer en la escuela? —la veo de reojo, ella se gira un momento frunciendo el ceño.

—¿A caso te importa? Nunca me pones atención.

Aumenta el ritmo, me deja atrás e igualmente doy zancadas más largas para tenerla de nuevo a mi lado.

—Si te pongo atención.

—¿Ah, sí? ¿Qué te conté ayer? —eleva sus cejas, abro mi boca, pero no recuerdo nada, sonríe de lado para después mascullar un púdrete.

Corre más recio, intento alcanzarla, pero me he bafeado al respirar por la boca y se adelanta mucho, bajo la aceleración y recuperó aire.

Caminando en una velocidad constante, viendo a Celeste terminar la cuadra y dar la vuelta.

Respiro hondo, comienzo a trotar y después corro lo más rápido que puedo.

Si la puedo alcanzar, soy más alto, mis piernas más largas y doy zancadas grandes.

Sueño profundo © [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora