Todo ha salido de maravilla en mi vida, en la universidad destaco y ya estoy apunto de graduarme, unos días mas y el certificado estará en mis manos.
Pienso irme de esta cuidad mediocre a una donde si pueda desempeñarme como Criminólogo junto a mi amigo, quien diría que después de tanto sacrificio al fin obtuviera algo bueno.
Otra noticia relevante y demasiado buena es que la denuncia contra mi padre fue un éxito, esta tras las rejas por violencia domestica y otros delitos menores que había en su historial, la condena es de 30 años, me desanime un poco, pero no lo hice notar.
Amo mucho a mi madre y hermana para tenerle compasión a ese Señor que dice ser mi padre, agradezco la educación y los buenos momento que aunque fueron escasos ahí están, sin embargo, es mejor que este en la cárcel donde no volverá a tocar ni agredir a mi madre, mucho menos a Celeste.
Ah, mi hermana hermosa e inocente.
Me he prometido desde hace días una cosa, no volveré a tocarla. No quiero seguir perturbando sus noches, no se da cuenta de mis actos, pero la carga de conciencia me esta afectando en mi concentración para el estudio.
Porque le he dejado marcas, unas las cuales se da cuenta por la mañana y le miento sobre alergias y que su piel es muy delicada, ya no quiero hacer eso.
No lo merece. Ella siendo una chica tan bonita y que por fin puede saborear la libertad a su antojo, es hora de evadir mis pensamientos libidinosos hacia su persona y verla por lo que es y no por lo que me hace sentir, es mi hermana no mi juguete sexual.
Satisfecho por mi pensar prosigo a estudiar, meter mi cabeza en los libros, preparándome para los exámenes finales.
He venido hasta mi madre para hacerlo en paz, mientras ella duerme plácidamente arriba en las habitaciones, yo estoy afuera sentado en el césped bajo la sombra de un árbol remojando las puntas de mis dedos y pasando hoja tras hoja.
Mi hermana no anda rondando por aquí ya que de igual manera su graduación se acerca y en este momento junto a Caro esta de compras, vestido, zapatos, joyas, espero no deje en ceros mi tarjeta.
Le di permiso de gastar la cantidad que quisiera y viera necesaria en ella para que se pusiera más hermosa.
Y sabiendo como es Caro se que mi tarjeta será explotada. Al menos mis cosas para la graduación ya están listas y guardadas en el armario del cuarto que me presto Raúl de su casa.
Pensando en él, se me hace raro que no me este molestando para saber donde estoy, saliendo de clases se fue con Casandra a divertirse un rato, le sugerí que pidiera de comer sin vergüenza a lo que soltó la carcajada.
Sonrío al recordar ese instante, saco mi teléfono y pongo el libro sobre mi pecho para teclear rápido un mensaje.
Yo.
¿Simio?
¿Ya estas en casa?
Le envió eso, las dos palomitas aparecen y como siempre no pasa ni un minuto para que lo tenga conectado contestándome.
Mejor amigo.
Hola.
No.
¿Hay alguien contigo? ¿A lado, cerca...?
Frunzo el ceño, por inercia volteo a todos lados, nada. Solo la brisa fresca me acompaña.
Yo.
No, ¿Por?
*Llamada entrante de Mejor amigo*
Sin dudarlo contesto, me quedo callado y escucho del otro lado pasos apresurados, una puerta ser azotada y después la voz de Raúl.
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Sueño profundo © [✔️]
Ficción General| Historia corta | Max era consciente del mal que hacía, aun así decidió seguir. Dejándose llevar por el deseo carnal e ignorando su moral. Tarde o temprano sus actos inmundos le darían consecuencias graves a su vida y futuro.