—Gracias, Frank. Te veo en la salida.
—Que tenga buen día joven.
Raúl se despide del chofer, bajamos del auto y caminamos hacía la entrada.
Una que otra mirada de las chicas, me ajusto los lentes y juego con mi cabello. Mi amigo se ríe por mis acciones pegándome en la espalda palmadas.
—Al final nadie te querrá porque olerás a muerto —dice burlón, ruedo los ojos y pasamos al salón.
Nos sentamos en medio, atrás están los raritos, esas personas que no socializan y solo vienen a estudiar, en silencio, metidos en sus cosas siempre, no molestan a nadie, no pareciera que hay un alumno más de criminología.
Por el contrario a los demás que si nos divertimos, no sé las razones de ellos, pero la mía es porque saliendo de la universidad tendré que comportarme más serio para conseguir un buen trabajo.
Pero por mientras a disfrutar esta última etapa de estudios.
—Ay no puede ser.
Estaba garabateando en un cuaderno cuando escucho la maldición de Raúl, elevo un poco la cabeza.
Joder.
Trago saliva, ella hace una seña para mí de que vaya. Iba a pararme, pero me detienen del brazo.
—No, ¿Ya la superaste qué no?
Lo veo tras los lentes, mis pies se mueven inquietos y chisto la lengua zafándome de sus dedos para ir con Lucía.
—¡Max! ¡La clase ya va a empezar!
—No grites, te lo traigo en cinco minutos —le guiña su ojo, toma mi mano y la sigo.
Trae puesto un vestido de algodón azul cielo con flores, tan tierna y bonita, caminamos por el pasillo hasta la sala de audiovisuales entrando en ella.
Cierra con seguro, me pega a la pared y se agacha, miro a todas partes, está a oscuras, solo la luz del letrero de "EXIT" verde neón.
Ella sabe hacerlo perfectamente, muerdo mi labio inferior evitando gemir mientras su boca abraza mi miembro, tan húmeda y cálida. Tomó su cabello negro entre mis dedos decidiendo el ritmo.
No se queja solo se sostiene de mis muslos, gimo bajito por el placer que me recorre por todo el cuerpo, me vengo en su boca y se lo traga todo.
—Limpio, lo quiero impecable —le advierto con mi voz ronca, obedece y al hacerlo se incorpora limpiándose la comisuras con sus dedos.
—¿Te gusto daddy? —ronronea tan sensual que me dan ganas de empotrarla a la pared y darle duro.
—Claro que si, como siempre fuiste perfecta - aludo su trabajo.
Sonríe, se acerca a besarme y reaccionó rápido tomando su cara desde abajo, mi semblante cambia, aprieto obteniendo que se queje bajo, giro de un rápido movimiento.
Pegándola a ella en la pared alfombrada, hago que me mire directo y sujeto sus manos con fuerza al percatarme que quería rasguñarme con sus uñas acrílicas de gata.
—¿Ibas a besarme con la boca sucia?
—Me lastimas - chilla, doy un apretón algo rudo y suelto su cara.
Me acerco más, subo con dificultad sus brazos a cada lado de su cara, abro sus piernas poniendo una de las mías entre ellas dejándola indefensa.
—¿Por qué te viste con Lion? Acordamos que lo ibas a terminar, me mentiste, te acostaste con él y ayer te lo comiste en medio del estacionamiento.
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Sueño profundo © [✔️]
Ficción General| Historia corta | Max era consciente del mal que hacía, aun así decidió seguir. Dejándose llevar por el deseo carnal e ignorando su moral. Tarde o temprano sus actos inmundos le darían consecuencias graves a su vida y futuro.