𝐋𝐈𝐏𝐒𝐓𝐈𝐂𝐊 | hashimada

₊❏❜ 🥛⋮[ labial vainilla. ] ⌒⌒

꫞𑄱𑄸🐖𝓼𝓸𝓶𝓫𝓻𝓪 𝓪𝓺𝓾í, 𝓼𝓸𝓶𝓫𝓻𝓪 𝓪𝓵𝓵á

E

l amanecer que le mostró Hashirama había sido único y hermoso. Ahora cada vez que veía el sol se acordaba de él... ¿Debería confesar su amor? Era obvio que Hashirama también sentía algo por él. Pero no estaba del todo seguro. Nuevamente sus inseguridades atacaron. Tenía miedo de ser rechazado, humillado y perder su amistad. Entonces ocurrió algo que jamás esperó. Así fue como ocurrió.

Madara estaba poniéndose un nuevo labial; era sabor vainilla. Se miraba en su espejo de mano, muy útil también por si alguien se le acercaba por detrás. Y se acercó el ser al que menos aprecio le tiene en la vida pero al que tolera solo porque es hermano del chico que le gusta y porque está saliendo con su hermano menor.

Tobirama Senju caminaba hacia él. ¿Por qué? Tobirama estaba colado por Izuna y viceversa; además, el albino era inteligente y debió darse cuenta de lo que se traían él y su hermano.

—Hola, Madara.

—Tobirama, ¿a qué vienes? Si es a joderme por...

—Nada de eso; es que te vine a invitar a mi fiesta de cumpleaños —explicó como quién no quiere la cosa.

—¿Yo, Madara Uchiha, en la fiesta de Tobirama Senju? Ja, ¿esto es la vida real? —se burló.

—Oh, vamos. Quiero empezar a llevarme mejor contigo por nuestros hermanos.

—¿Estás de joda? Sé que es una trampa o algo así. O tal vez solo lo haces por mi hermano.

—Él no caería con ese truco. Es muy inteligente.

—¿Sabes? No quiero escuchar lo enamorado que estás de mi hermanito. Te daré el beneficio de la duda.

Aceptó la invitación a la fiesta, ¿por qué? Tuvo un presentimiento sobre eso y mientras pensaba, en ese momento, alguien llegó y se puso detrás de él de forma nefasta.

—¡Maddy!

—Agh, ¡te dije que no te pusieras detrás de mí, bastardo! —le gritó un chibi Madara muy enojado, mientras una versión chibi de Hashirama empezaba a llorar. La única forma en la que permitiría que Hashirama estuviera ahí, sería que lo tomara por detrás.

—Per-perdón, Madara. Sé que eres muy sensible y...

Ya todos estaban empezando a mirarlo. Podía jurar que hasta escuchó un susurró que decía pelea de enamorados. Esa era una de las desventajas de ser amigo de Hashirama Senju. Tendían a pasar vergüenza por sus ataques de depresión.

—Para ya... deja de llorar, Hashi —le acarició la cabeza—. Me molestan las personas que lloran, no llores, por favor, cielo...

El llanto del moreno cedió un poco cuando escuchó esa última palabra emanar de los dulces y hermosos labios de su Uchiha, quien lo miraba con una expresión de lástima, fastidio y... cariño. ¡Si, había cariño en esos ojos comúnmente fríos!

—Mada... —El nombrado se dio cuenta que tenían compañía y se sintió muy ofendido. 

—¡Circulen, estúpidos! ¡Aquí no hay nada que ver! —y de forma inmediata se alejaron de ahí. Luego siguió acariciando su cabello castaño; no le importaba estar en medio del pasillo, ni saltarse las clases. Solo estaban ellos dos.

Hashirama y Madara. El Uchiha levantó la cara de su amigo y amado, sujetándolo por el mentón y lo besó. Entre el rostro semi empapado del Senju, pudo sentir el sabor a vainilla en los labios de su amor.

—Madara...

—¿Qué te parece si nos vamos por hoy? —el menor señaló la salida.

—¿Saltarnos clase? No lo sé... es ilegal y yo... ¡Es broma, hagámoslo!

El Uchiha y el Senju se tomaron de la mano y salieron a la calle, olvidándose por un día de sus deberes escolares. Pasearon por toda la ciudad, haciendo cosas de mejores amigos o de vándalos, pues por idea del azabache fueron a rayar la casa de Fugaku Uchiha, su tío.

—Ya verás, se pondrá tan furioso... ¡Castigará a Sasuke cuando no creerá que haya sido su inocente y perfecto Itachi! —se carcajeó cuando se iban.

—¿Y tú qué tienes contra tu primo?

—Sasuke es muy molesto y no me respeta ni aunque su adorado nii-san se lo diga. Además una vez me pintó el pelo de rosa, ¡no pude ir a la escuela en mucho tiempo!

—¿Fue esa vez que me dijiste que te enfermaste?

—Eh, Hashirama, te he dicho varias veces que me enfermé solo para que vinieras a mi casa y me pasaras la tarea, además de hacerlo para no ir a clases. Así que perdí la cuenta.

Hashirama se sintió extremadamente feliz: Madara fingía estar enfermo solo para estar con él... Tomó una decisión: le pediría ser su novio en la fiesta de Tobirama.