꫞𑄱𑄸🐖𝔂 𝓶𝓲 𝓪𝓼𝓹𝓮𝓬𝓽𝓸 𝓮𝔁𝓽𝓮𝓻𝓷𝓸 𝓮𝓼 𝓭𝓮𝓶𝓪𝓼𝓲𝓪𝓭𝓸 𝓿𝓾𝓵𝓰𝓪𝓻
A
l salir de su cita, fueron a que Madara comprara unos labiales, prometiendo enseñárselos después. El Uchiha se veía muy emocionado al comprar y Hashirama disfrutaba de verlo así, feliz. Lo llevó hasta su casa y se despidió del chico de ojos negros con un simple beso en la mejilla, a diferencia de la mañana, puesto que le había comido todo el morro.
Izuna lo esperaba despierto, dispuesto a que le contara todo. Claro, Madara solo iba a contar lo superficial, tampoco es como que fuera a decir que tuvo la sensación de que el Senju lo miraba con deseo.
—¿Cómo te fue, nii-san?
—Me fue bien.
—¿Se portó bien?
—¿Que si se portó bien? ¡Fue maravilloso! —oh, no, Madara estaba empezando a actuar como colegiala enamorada—. Y... y... y... ¡Creo que estoy enamorado, Izuna!
—Eso ya lo sabía —su seriedad fue reemplazada por una risita burlona—. Desde niños, tú y Hashirama han estado enamorados, llámalo idiota si quieres, pero hasta él se dio cuenta de sus sentimientos por ti.
—¡¿Por qué nadie me lo dijo antes?! Debí haber parecido un idiota —se quejó, mientras se sentaba para quitarse los tacones.
—No es algo que los demás te deben decir, porque se supone que uno mismo debe descubrir si estás enamorado o no, en fin, que bueno que ya lo sabes.
Platicaron un rato más, ahora sobre la película que había estado viendo el menor, que fue regañado por ver escenas lascivas, argumentando que eso no era nada que no supiera, casi ocasionando un infarto al mayor al insinuar que ya había comenzado su vida sexual. Sin embargo, logró tranquilizarlo al decirle que era una broma. Finalmente, Madara se levantó de donde estaba sentado.
—Buenas noches —se despidió. Vaya que tenía sueño, después de bailar muchas veces con Hashirama, ¿es que acaso él nunca se cansaba?
Y mientras tanto, Hashirama estaba en las nubes. Había besado al amor de su vida y tuvieron una cita. Madara se veía muy hermoso con ese vestido, le dieron ganas de quitárselo, pero no quería perder la confianza de Madara. Se durmió, preguntándose qué sabor de labial llevaría Madara esta vez.
Habían acordado salir al arcade, como lo hacían desde niños. Madara llevaba pantalón de mezclilla y una sudadera a rayas blancas y negras; recordaba haber visto ese estilo en algún periodista en la televisión. Pero no supo cual. Se acercó.
—Te ves muy bien, Hashibobo —Madara lo miró de arriba a abajo, detallando su figura. Y es que esa chamarra de cuero marrón le iba bien con los pantalones color caqui y la camisa blanca, que le daban ganas de enmarcarlo, porque se veía jodidamente hermoso.
—¿Ahora de qué sabor traes? —señaló los labios de su acompañante mientras se dirigían a los juegos.
—Chocolate.
—Me gusta el chocolate. ¿Puedo probarlos?
—Quieto ahí. No te voy a dar nada hasta que me demuestres que eres digno.
—P-pero Maddy...
—¡Qué no me digas así, carajo! —le pegó en la cabeza, atontando un poco a Hashirama. Se dijo a sí mismo que ya no lo debía golpear, si no, se iba a quedar más idiota de lo que ya era.
—Eres cruel pero justo —tomó su mano y la besó.
—¡No hagas eso, me llenas de baba! —irónico porque ya se habían comido todo el morro.
—Perdón, Maddy —se deprimió.
—Agh, vamos a jugar.
Jugaron un buen rato hasta que Madara empezó a sentirse aburrido y se fue con Hashirama a la casa de este.
—¿Maddy, ahora si me dejas probar tu labial?
—Yo... —no había razón para darle más largas al asunto: de verdad quería sentir los labios de Hashirama sobre los suyos, ese ímpetu con el que lo sodomizaba...— Está bien, está bien.
Hashirama lo tomó por la cintura, mientras el azabache se aferró a su cuello. Se acercaron poco a poco, hasta que sus narices quedaron pegadas; podían sentir la respiración del otro y entonces, el Senju lo besó. Sus labios se movían en una danza suave, sus lenguas se frotaban constantemente. Se empezaban a quedar sin aire. Algo de saliva escapó de los labios del Uchiha.
Se apartó de Hashirama. Y se limpió los restos de saliva y labial.
—Sabes a chocolate —le dijo un chibi Senju muy alegre.
—Pues de eso era, idiota —también había un chibi Uchiha pero con cara de “seas mamón”.
—¡Oh, Maddy, ya quiero probar tus dulces labios de nuevo!
—¡C-cállate, Hashirama! Pero —susurró—, si me vas a besar, no puedes besar a nadie más.
—¿Y por qué querría besar a alguien más? —dijo confundido.
—¡Idiota, no te puedo entender! Tal vez no te des cuenta pero tienes a unas cuantas chicas a tus pies, como Mito Uzumaki y si me vas a besar, no puedes besar a nadie más.
No quería explicarle a Hashirama la inseguridad que lo invadía cuando le veía cerca de alguien más. Supuso que tenía que mejorar eso de sí, tampoco quería convertirse en un ser terriblemente tóxico.
—Está bien —accedió Hashirama—, pero que sepas que eso nos convierte en amigos con derechos.
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𝐋𝐈𝐏𝐒𝐓𝐈𝐂𝐊 | hashimada
Fanfiction───── ❛ 𝓁𝒾𝓅𝓈𝓉𝒾𝒸𝓀 𝑜𝓃 𝓎𝑜𝓊𝓇 𝒻𝒶𝒸𝑒 ❜ madara usa lápiz labial y hashirama es el único que puede probar su sabor Inicio: 11/06/2021 Final: 16/08/2021 Editado: 25/09/2022 ©lyzwill 2021