₊❏❜ 🥛⋮[ natural. ] ⌒⌒

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꫞𑄱𑄸🐖𝔂 𝓼𝓲 𝓿𝓮𝓼 𝓶𝓲 𝓲𝓶𝓪𝓰𝓮𝓷 𝓽𝓮 𝓿𝓪𝓼 𝓪 𝓪𝓵𝓾𝓬𝓲𝓷𝓪𝓻 𝔂 𝓶𝓮 𝓿𝓪𝓼 𝓪 𝓺𝓾𝓮𝓻𝓮𝓻 𝓫𝓮𝓼𝓪𝓻

L

legó el día de la boda. Un día antes, Hashirama fue expulsado de su propia casa por parte de su madre, quien alegaba que no podía ver a la novia (en este caso, novio) hasta el día de la boda.

—No te quejes —dijo Butsuma, ayudándole a hacer la corbata.

—Si, fuiste tú el que se quiso casar —dijo Kawarama, agarrando frascos de perfume y oliéndolos.

—No me quejo por casarme, de hecho, es la mejor decisión que he tomado. ¡Pero yo quiero ver a mi Madara!

—Lo podrás ver en la boda y por el resto de tu vida —Itama entró, cargando un gato negro, regalo de su otro “cuñado”, Kagami Uchiha.

—Eso es cierto —dijo Tobirama. —A menos que se divorcie de ti y gaste tu dinero en Obito y antidepresivos.

—Eso no ayuda en nada, Tobirama —dijo su padre.

En la otra casa, Madara se estaba metiendo dentro del vestido. No necesitaba ayuda. Se colocó el velo en su cabello anteriormente acicalado. Se veía divino. También se puso unas medias muy sensuales debajo del vestido, estaba seguro de que enloquecerían a Hashirama en la luna de miel.

—¿Ya estás listo, Madara? —le gritó su suegra, que le estaba poniendo una corbata a Obito, mientras le daba instrucciones para llevar los anillos.

—¡Ya voy! —¡No estés chingando!, pensó.

Se miró los labios. ¿Debería ponerse labial? Recordó que hasta cuando tenían sexo, él se ponía labial y su Hashirama no podía disfrutar de sus labios tal cual eran.

Decidió no ponerse nada. Eso sí, se puso su delineador negro. Salió de la habitación.

—¿Cómo me veo?

—¡Te ves increíblemente hermoso, Oka-san! —exclamó Obito, quien ya sabía pronunciar la letra r.

—¡Tu también te ves hermoso, hijo de mi corazón! —lo cargó.

—Vámonos ya.

La boda sería en un lago; había un altar, sillas para varios invitados, dos pasteles, uno de limón y otro de chocolate, un camino decorado con pétalos de rosas y un sacerdote esperando. Las mesas para la celebración estaban dentro de una carpa, aledaña al lugar.

El sacerdote había logrado ser sobornado por Butsuma y su dinero. Alias donación para la iglesia. Entre los invitados estaban el padre, primos y sobrinos de Madara, amigos de la escuela, varios Senju y Mito Uzumaki.

Hashirama se agarraba la corbata, nervioso, mientras veía como todos tomaban asiento. Mito, la chica que en sus tiempos escolares había estado tras él, y a la que había roto el corazón en la fiesta de Tobirama, se le acercó, tomando de la mano a una chica castaña.

—Hola, Hashirama.

—Ah, hola, Mito.

—Te agradezco que me hayas rechazado, sino, no hubiera conocido a Tōka.

—¡¿Tōka?!  —se sorprendió al ver a la castaña, quien solo le dio una pequeña sonrisa—. Prima, no te reconocí —se abrazaron.

—Ha pasado mucho.

—Te deseo mucha felicidad a ti y a Madara —dijo la pelirroja, mientras Tōka le ponía el brazo encima de los hombros a su novia.

—Y yo a ustedes.

𝐋𝐈𝐏𝐒𝐓𝐈𝐂𝐊 | hashimadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora