Capitulo 4- Esto Està Mal

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Habían pasado ya dos días desde aquél beso cuando Pan recibió la visita inesperada de Goten. Él noto que la pelinegra estaba distante, quizá demasiado para ser ella. A pesar de que preguntó varias veces, no consiguió respuesta alguna. ¿Sería por el incidente que habían tenido ellos dos la última vez que se habían visto? Pero a decir verdad, la menor a duras penas se acordaba de eso. —¡Pan! —El hijo de Goku pasó la mano por enfrente de la cara de su sobrina, ya que esta parecía no prestarle atención. —¿Eh? Ah, sí... Lo siento. —Contestó al reaccionar. —¿Qué te pasa? —Preguntó ya harto. —Has estado así todo el día, y quiero que me digas por qué, sé que es por algo. —Suspiró. —Si es por lo de la última v... —Fue interrumpido. —Claro que no. —Se apresuró a decir, antes de que Goten terminará la oración. —No, no es por... No es por eso. —Miró al suelo avergonzada, y el mayor sonrió al verla de esa manera, procediendo a acariciarle la cara dulcemente. —¿Q-Qué estás haciendo? —Murmuró. El pelinegro no dijo nada, pero le levantó la cara para que sus miradas se encontraran. Pan no sabía por qué, pero estaba completamente sonrojada, y también, en las mejillas de su tío podían verse un muy claro color carmesí. —Cálmate. —Dijo Goten casi en un susurro. Su sobrina realmente no sabía qué debía hacer, así que simplemente se alejó de él para ir hacia su cama y acostarse mirando el techo. Él la siguió y se sentó en el borde de la cama también. —¿Qué haces? —Preguntó, sin tener idea de qué hablar. —Nada. —Contestó a esa pregunta tan tonta. —Goten... ¿Qué pasaría si yo te dijera que he besado a alguien? —Preguntó, dudando si contarle lo que había pasado con Trunks o no. —Yo... —En su rostro claramente pudo notarse una mueca, aunque Pan ignoró ese gesto. Goten estaba un poco molesto e incómodo con la pregunta, aunque, de todas maneras él creía muy poco probable que su sobrina haya tenido un beso. —No lo sé. —Dijo fríamente y mirando hacia otro lado. Pan sonrió. —Bueno, ¡lo hice! He tenido mi primer beso, tío Goten. —Dijo aún sonriente, pero un poco nerviosa. La cara que había puesto el pelinegro realmente no tenía precio, no se lo creía. —¿Qué sucede? —¡¿HABLAS EN SERIO?! ¡¿TÚ?! —Estaba enojado y avergonzado, lo suficiente como para formular esas cuatro palabras que serían capaces de herir a la hija de Gohan. —Oh, Pan... —Pronunció tímidamente cuando vio que ésta hundía su cara en la almohada, pareciendo que lloraba. — Lo siento, no quise decir eso... —Suspiró, al ver que su sobrina no respondía. —Lo siento, recordé que tu has besado más de las chicas que yo podría imaginar. —Susurró de una manera casi inentendible aún con su rostro hundido en la almohada. El mayor puso los ojos en blanco, aunque sabía que lo que ella decía era la verdad. —Hablo en serio, no te pongas así. —Dijo tomándola por los hombros para darla vuelta y que ambas miradas volvieran a cruzarse otra vez. — ¿A quién besaste? —Preguntó serio y de mala gana. La menor de los Son levantó una ceja. —A Trunks. —Contestó queriendo dejar el tema rápido, a pesar de que ella misma lo había iniciado. El hijo de Chichi puso una cara realmente alarmante, parecía una mezcla entre enojo, impotencia, tristeza y también un poco de envidia. Pero de todas maneras no dijo nada. El silencio reinó en la habitación por un rato, hasta que la pelinegra rompió el silencio acercándose a él. —¿Celoso? —Susurró lenta y provocadoramente en el oído del mayor, aunque no había sido en serio. Goten se sonrojó y volteó a mirarla, haciendo que sus rostros volvieran a quedar igual de cerca que la última vez que eso había pasado. Ninguno se movió. Él no podía dejar de ver esa sonrisita que formaban esos labios que tanto deseaba probar desde aquella vez. ¿Acaso se estaba volviendo loco? Quizá, pero no podía dejar de pensar en su pequeña sobrina, aunque ésta arruinó el momento volviéndose a alejar; eso hizo recordar a Goten lo de el beso de ella y Trunks, y sacudió la cabeza, volviendo a su estado de enojo. —¿Por qué lo besaste? Además, él está con Marron... Va a casarse. —Pan frunció el ceño. —No deberías haberlo besado. —Lo sé, tío Goten. —Suspiró. —¡¿Y POR QUÉ LO HAS HECHO ENTONCES?! —Gritó el pelinegro, fuera de sí nuevamente. —¿Por qué te pones así? —Preguntó un poco asustada, ya que parecía que en cualquier momento iba a recibir un ataque de su tío. Él solo se limitó a sonrojarse levemente de nuevo y fulminarla con la mirada. —No te preocupes, él ya no me volverá a hablar. —Mejor... —Dijo más aliviado por lo bajo, aunque ella lo escuchó. —¿Mejor? —La menor casi cae de la cama, pero él no contestó. Ambos estuvieron en silencio por un tiempo que pareció eterno, él estaba demasiado celoso y confundido, y ella no podía entender el por qué de esa reacción. Goten la miraba cada tanto de reojo, y cuando Pan se dio cuenta de eso, se enderezó para sentarse al lado de su tío. —Goten... —Dijo mirándolo. —¿Y tú cuántas chicas haz besado? —Preguntó apoyando su cabeza en el hombro del mayor. —Eso no es de tu incumbencia. —Contestó con una leve sonrisa en el rostro. —¡Vamos, dímelo! —Insistió la pelinegra. —No lo sé, fueron demasiadas. —Rió. —No las cuento. —Una extraña sensación de celos invadió todo el cuerpo de Pan, entonces dejó de mirarlo, pasando a esconder su rostro entre sus manos, para ocultar un leve rubor acompañado de una mueca. —¿Qué sucede? —Preguntó el pelinegro confundido. Ella no respondió, y ambos volvieron a mirarse. El silencio volvió a reinar, y ambos sentían como latía su corazón con fuerza, escuchando también la respiración del otro. ¿Qué les estaba pasando? Ambos estaban confundidos, pero los dos deseaban lo mismo. Nadie pronunciaba ni una palabra, estaban demasiado ocupados mirando uno en los ojos del otro, y de repente, Goten se acercó más a los labios de Pan. Ambos se sonrojaron, pero, nuevamente, ninguno se movía de su posición. ¿Quién iba a dar el siguiente paso? Parecía algo tan simple, pero a la vez tan difícil e incomprensible... El pelinegro acomodó los cabellos que invadían la cara de su sobrina. Luego de unos minutos de estar así, sin articular palabra, Pan tomó por el cuello de la camisa a su tío, acercándolo hasta el punto de que ambos rosaran sus labios. Él ya no dudó, y depositó un suave beso en los labios de la menor. Pan procedió a abrazarlo, ya que no podía seguir mirándolo a los ojos, y el pelinegro sonrió con dulzura, para después levantar la cara de la nieta de Goku y volver a besarla, pero ésta vez, él metió su lengua dentro de la boca de ella, así dando origen a un apasionado beso que fue correspondido de inmediato. Los minutos pasaban y ellos seguían en la misma situación. Quizá ninguno estaba pensando en sus acciones, pero de todas maneras lo estaban haciendo, y a ambos les encantaba. ¿Era la adrenalina de estar besando a alguien que fuera un familiar? ¿Acaso era la diferencia de edad? ¿Que tuviera que ser un secreto? O simplemente... ¿Les gustaba? ¿Por qué tenía que ser tan difícil algo que podría ser tan fácil? "Era solo un beso", ¿por qué algo tan sencillo debería importar tanto? Ninguno paraba, no podían dejarlo. Era tan extraño, pero de alguna forma adictivo y excitante para ambos. No sabían cuánto tiempo llevaban de esa forma, pero en ese momento ninguno pensaba en eso... De hecho, ninguno podía pensar en nada. ¿Qué estaban haciendo? ¿Y por qué? Él siempre había sido para ella su tío que andaba detrás de todas las chicas, y ella siempre había sido para él la pequeña entrometida que siempre arruinaba sus citas, pero ahora... ¿Qué era esto? A pesar de estar pasando, ninguno podía creer lo que hacía. Siete golpes en la puerta a ritmo los sobresaltaron y al fin se separaron. Antes de abrir, la pelinegra se acomodó el cabello, que hacía solo dos minutos atrás había sido despeinado por su tío al besarla. —Adelante. —Dijo nerviosa y seria, sin poder mirar a el hombre que acababa de besar. "Que bueno que ha golpeado antes" pensó. Gohan pasó por la puerta. Parecía estar muy feliz, aunque ella no sabía el por qué de esa felicidad. Lo peor era que él solo había interrumpido tan hermosa y rara situación para preguntar cómo estaban, aunque por un lado, le aliviaba que ya hubiera terminado, pero por el otro no lo hacía nada en absoluto; algo la hacía desear más y más ese sabor. Lo único que era capaz de pensar era que se estaba volviendo loca. Goten se limitaba a permanecer paralizado observando a su hermano mayor, esperando que él se fuera nuevamente para que el silencio volviera a reinar la habitación hasta que alguno de los dos, tío o sobrina, se dignara a hablar de lo sucedido. El hijo mayor de Goku volvió a irse tan rápido como vino, y ambos volvieron a quedarse solos. Ninguno se hablaba, ni mucho menos podían mirarse. "¿Por qué he hecho eso?", esa era la pregunta que ambos tenían en la cabeza. Estaban conscientes de que estaba mal, también de que si alguien llegaba a enterarse ambos estarían muertos, pero... Era imposible no desear que volviera a pasar, aunque ninguno daba el brazo a torcer; tenían miedo. Quizá un miedo que era innecesario. —Pan... —Empezó por fin el pelinegro. —N-no sé qué fue lo que me pasó... —Balbuceó. —Lo siento... —Esas últimas dos palabras las pronunció lo más rápido que pudo, mientras que él la miraba sorprendido. —No fue tu culpa, tranquila... —Dijo intentando acercarse para poder abrazarla, aunque ella se negó haciéndose a un lado. Él comprendió y prefirió no decir nada respecto a esa acción. Era un momento incómodo para ambos, y a decir verdad, en algún momento de la situación ambos pensaron que todo era solamente un extraño sueño. A los dos les había encantado, pero aún así ninguno quería aceptar nada de lo que había ocurrido. ¿Qué pasaría si alguien supiera de todo esto? Era mejor ni imaginarlo. Estaban asustados. Luego de un rato, Goten partió de vuelta rumbo a su casa, ya que parecía que ninguno iba a hablar, y tampoco quería quedarse ahí por mucho tiempo más dentro de ese silencio tan incómodo. Se despidió de Pan (aunque no tuvo respuesta), y luego de Gohan. "Esto está mal." Pensó la pelinegra. "Esto está muy mal." Enterró su rostro en la almohada. "¿Qué he hecho? ¿Por qué? Es mi tío... Es mi familia... La gente normal no besa a su familia... ¿verdad? No debería haber pasado." Suspiró. "Aunque... Ese beso... Fue delicioso y... Adictivo." Sacudió la cabeza en forma de negación. "¿Qué estoy diciendo? ¡Claro que no lo fue! É-Él tiene mi sangre... Realmente estoy metida en un lío." Contenía unas lágrimas que amenazaban con salir. "¿Por qué estas cosas me pasan a mí? Estoy demasiado confundida... Es decir, besé a Trunks... Y estoy enamorada de él desde hace ya un tiempo pero... Ahora apareció Goten... ¡Que es mi propio tío!" Seguía pensando, cada vez más asustada. "¿Qué demonios fue eso? ¿Por qué lo besé? Y ¿por qué él no me detuvo?" Las dudas empezaban a incrementarse cada vez más en la confundida mente de la pequeña Pan. "No quiero pensar que me gusta él... No puede gustarme él." Ella no podía hacer más que negarse esa idea constantemente. "No puede y no lo hará." Pensó por último, obligándose a dejar de pensar en aquél tema. Quería dormir, aunque en el fondo sabía que esa noche se la iba a pasar en vela. Sí, como era de esperar, Goten se encontraba en la misma situación. Aunque a diferencia de Pan, él no podía negarse la idea de que le gustaba su propia sobrina, pero sí se planteaba la duda de por qué ella, habiendo tantas chicas hermosas interesadas en él, que eran de su edad y no eran de su familia. Ninguno de los dos sabía qué era lo que debía hacer, si ignorar lo que había pasado, si hablar sobre el tema o... No volverse a hablar.

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