Había pasado ya una hora. Pan se había pasado una hora buscando a Bra por todo lugar, antes de caer rendida en una silla, suspirando. ¿Qué iba a hacer ahora? No tenía ganas de hablar con nadie más que con ella. Ya estaba dando por hecho que su amiga se había retirado del lugar, pero entonces... Vio un largo pelo azul que daba vueltas por el lugar, con la mirada perdida. ¿Quién más tenía el pelo azul aquí además de Bulma? Tenía que ser ella. Tímidamente se fue acercando, mientras pensaba en las palabras que iba a decirle. Quería dejar en claro que a pesar de que ese beso le había gustado (claramente, debido a que era la primera vez que hacía algo por el estilo), ella no... No sentía nada más allá que una buena amistad con Bra. Era algo así como la misma situación que tenía con Goten. No quería que las cosas terminaran mal entre las dos por algo así, que seguramente era una simple confusión de su amiga. "Caramba, ha sido realmente extraño este tiempo... ¡Estoy volviéndome loca! No lo entiendo... No puedo entender nada de lo que está pasando. Estoy demasiado confundida" pensó, antes de chocar distraidamente con una camarera que pasaba. La peliazul volteó de inmediato y soltó una risita mientras que Pan se disculpaba interminablemente con la mujer a la que le había tumbado todo lo que llevaba en la bandeja. Luego sí, terminó por al fin acercarse. Fue bastante incómodo por algunos minutos, eso nadie lo podía negar, pero finalmente la menor de los Briefs empezó a hablar, como era de esperarse, para disculparse por la acción que había tenido hace un tiempo atrás. —Lo siento, Pan. —Comenzó, dispuesta a continuar. Aunque Pan la frenó. —Está bien, Bra. —Dijo con una sonrisa paciente en el rostro. —Solo tengo que aclararte algunas cosas. —Agregó antes de explicarle lo que sentía, sin ninguna intención de lastimar a su amiga. Lo hizo lo más suave y lento que pudo para que sea entendible y no sonara tan cruel. La peliazul lo entendió, después de todo, ella se había imaginado las cosas mucho peor. No quería perder a Pan como amiga, la conocía desde que tenía memoria, y a decir verdad, perder algo como eso por lo que había pasado hace un rato no valdría la pena. Sí, le dolía bastante tener que aceptarlo, pero lo haría, no podría obligarla a nada, ni tampoco quería. Ambas pasaron toda la noche juntas. Bailaron, hablaron, se pusieron al corriente también, ya que hacía un tiempo que no hablaban debido a que Pan había estado como una loca. Claro, la pelinegra evadió los temas de los besos que había tenido. Bra también le había preguntado como estaba luego de la muerte de su madre, pero ella quería evadir el tema a toda costa, así que simplemente se hizo la tonta y no contestó. Realmente extrañaba mucho a su madre. Pan esperaba que todo se calmara luego de intentar aclarar las cosas con Bra y Goten. La única persona que le faltaba era Trunks, pero realmente no sabía ni qué, ni cómo, ni cuándo decirle que "en realidad lo lamentaba", aunque, no eran unas muy sinceras disculpas. Últimamente la pelinegra estaba demasiado confundida. Poco a poco, casi sin que se note, estaba perdiendo también el interés en el ojiazul, el que a su vez, sin que se note estaba presentando interés en Pan. Ella ya estaba cansada de esperar algo que jamás iba a llegar, de intentar demostrar todo lo que sentía como ella podía hacerlo y que él simplemente lo ignore. No podía aguantarlo, estaba harta de la situación, así que se propuso intentar olvidarlo, y por fortuna, estaba funcionando. Por fin algo que le salía bien, ¿no? Cuando se dignó a volver a su casa, cayó rendida por el sueño, más satisfecha por el día que había transcurrido. Aunque, la verdad ella pensaba que Goten se había tomado las cosas más a la ligera y no le había afectado en nada aquello que ella le había dicho, pero... Estaba muy equivocada. Ahora, voy a pasar a hablar sobre Goten. Él sí que estaba destruido por dentro. Sentía impotencia, enojo, rabia, tristeza, ira... Eran demasiados sentimientos tontos, y ni siquiera él podía explicárselo. Y es que todo había sucedido tan rápido, sin ser previsto, sin aviso, solo así... Tan hermoso, tan secreto, tan... ¿Malo?... Los pensamientos no lo dejaban dormir, ni comer, ni nada. Chichi empezaba a preocuparse, ¿qué le estaba pasando a su hijo? Suponía que eso era debido a una mujer, pero, ¿por qué? Él nunca se había dejado llevar tanto por alguien, era del tipo que... No tomaba para nada en serio ninguna relación. ¡Se lo veía con una distinta todos los días! Y no eran exactamente del agrado de la pelinegra. Ninguna. Él no quería sentirse así, tampoco podía soportarlo. Además... Sabía que aún incluso si Pan quisiera estar con él, nada podría ser más que un lejano y prohibido sueño. ¿Por qué las cosas tenían que ser tan difíciles? "Y-Yo... La amo." Admitió esa noche tímidamente, al tiempo que observaba una foto de ambos que había tomado con su celular hacía algunos días. No sabía qué demonios había pasado con él, pero Pan no era como todas las chicas con las que había estado, ni fácil, ni idiota. ¿Por qué tendría que tener justamente su sobrina todo lo que él buscaba? En eso pensó, antes de por fin caer rendido por el sueño. Ya habían pasado algunos días desde la boda. Pan estaba muchísimo mejor, iba seguido a la casa de Bra (donde ya no tenía que ver a Trunks, ya que él y Marron se habían mudado a una casa preciosa que habían comprado), la relación con su padre estaba mejor que nunca, ya que él inexplicablemente estaba demasiado feliz cada día aún más, y, como si fuera poco, le iba mucho mejor en el colegio. En cuanto a Goten, no se podía decir lo mismo. Durante ese tiempo transcurrido no había visto a su sobrina, y como consecuencia de eso, no hacía nada, literalmente. Comía poco, dormía poco, faltaba al trabajo, etc., se estaba convirtiendo en un amor un poco obsesivo y para nada bonito. Esa tarde, Gohan le preguntó a su hija sobre Goten, ya que hacía bastante que no se veían. Entonces fue cuando ella recordó que eso era verdad, y que muy a su pesar extrañaba mucho a su tío. Saludó a su padre con un beso en la mejilla y salió volando hacia la Montaña Paoz. Sonrió al ver ese lugar tan familiar, descendió y tocó la puerta. —¡Pan, querida! —Dijo sorprendida y a la vez muy feliz la abuela de la menor. —Hace tiempo que no venías por aquí. —Sonrió. —¿Cómo has estado? ¿Quieres pasar a comer algo? Goten y yo te hemos extrañado mucho. —¡Hola, abuelita! —Dijo abrazándola y sonriendo. —Claro, me encantaría. —Agregó pasando, mirando hacia todos los lugares en busca de su tío. —¿Qué buscas? —Preguntó empezando a preparar comida. —¿Dónde está Got...? —Fue interrumpida por alguien que le tocó el hombro, ella se dio vuelta y sonrió, para después abalanzarse sobre él abrazándolo. Se separó inmediatamente al darse cuenta de su reacción exagerada, y un leve rubor se presentó en las mejillas de ambos. —¿Quieres ir a mi habitación? —Preguntó, a lo que Pan asintió. Rápidamente se encontraban en la habitación del mayor, a la pelinegra le encantaba estar allí, era muy bonita. Ella se limitaba a mirar el lugar, mientras que él se limitaba a mirarla a ella. —¿Tengo algo en la cara? —Se burló ella mostrándole su lengua, al sentirse observada. Goten rió un poco, sin decir nada. —Oye... ¿Te pasa algo? Es que estás muy callado... ¡Ya no eres mi tío que conocí! —Exclamó ella imitando los típicos diálogos de las películas. —Oh, Pan, ¡no te pongas así! —Contestó él, siguiéndole el juego. —¡No, Goten, ya no puedo aguantarlo! ¡No eres el mismo! ¿Acaso he hecho yo algo malo? —Era bastante buena actuando. —¡¿ACASO YO ME MEREZCO TAL COSA COMO ÉSTA?! —Gritó poniendo su peor cara de tristeza. —¡No eres tú, Pan, soy yo! —Dijo acercándose más a ella. —No has hecho nada mal. —Eso es lo que dicen todos... —Contestó casi en un susurro, intimidándose por la cercanía del pelinegro. —Oh, vamos... No tenemos por qué pelear. —Sonrió. Era bastante divertido actuar de esa manera con ella. —¿Y por qué no? Eres tú el que ha cambiado. —Ella también lo encontraba bastante divertido. —¡Porque yo te amo! —Exclamó de repente, haciendo sobresaltar a la menor. —¡TE ENTREGO TODO MI AMOR, OH, MI AMADA PAN! —La pelinegra se hecho a reír a coro con su tío, eso había sido demasiado exagerado. ¿Los habría escuchado Chichi? Qué importaba, se estaban divirtiendo. —¿Puedo confiar en sus palabras? —Siguió actuando ella entre risas. —¡Claro que puedes! ¡Nunca dudes de mi amor, Pan Son! —Dijo intentando mantenerse serio. —Está bien, ¡no lo haré! —Rió y le dirigió una "sexy" mirada por un muy corto segundo a los labios del mayor. Ambos seguían manteniendo la sonrisa en sus rostros, era el momento perfecto. Pan sentía miedo de que todo se volviera a repetir, y él no se podía sentir mejor. Hubieron unos minutos de silencio, antes de que el pelinegro los rompiera. —Vamos, Pan... —Susurró manteniendo la mirada fija en sus labios. —Sé que quieres hacerlo, ¿por qué te abstienes? —Agregó, aún más bajo. Provocó un muy notorio rubor en las mejillas de ella, pero de todas maneras ambos permanecieron inmóviles. —Dame un beso. —Lo dijo todavía más bajo, y eso fue todo lo que la pelinegra necesito oír. Los dos se fundieron en un beso que contenía muchas emociones. Poco a poco sus lengua se fueron entrelazando con más rapidez, todo pasaba tan rápido, era tan hermoso, tan prohibido... Y eso lo hacía aún más excitante. ¿Qué les estaba pasando? ¿Acaso un tío y una sobrina no deben actuar como tales? ¿Por qué se besaban? ¿Por qué les gustaba? Permanecieron de esa manerapor algunos minutos más, los cuales parecieron que pasaron en un santiamén. Pero, así como había empezado, Pan se alejó bruscamente, empujándolo. —¡Goten! —Se desesperó. —Esto... Dios mío... ¡Sabes que está mal! —Le gritó. —Y-yo... ¡Esto no debería haber pasado ni una vez! —Agregó antes de empezar a derramar lágrimas por montón. —¿Por qué?... No es posible, no debería... —Sollozó. El mayor de los hijos de Goku no sabía qué hacer, no podía aguantar verla así, pero tampoco podía acercarse si no quería recibir ningún ataque. —Cálmate... —Dijo en voz baja. —No... No quería, Pan... —Suspiró. —¡¿NO QUERÍAS?! ¡PERO SI TU MISMO ME LO HAS PEDIDO! —Estalló. —¡Y tú no te has negado! —Objetó, frustrado. Ambos suspiraron. —Sabes... Realmente no quiero creer que esto haya pasado. —Miró hacia otro lado. —No está bien, no podemos... —Se mordió el labio inferior. —No voy a mentirte, Goten. Me gustó y aún me gusta. Pero no es posible, no debería ni siquiera haber pasado la primera vez. —Volvió a suspirar. Pensaba que sus días felices habían acabado nuevamente. —No quiero ni pensar en que tú... me... gus...tas... —Dijo llevándose ambas manos a la cara. —No, no, no... —Te... gus... to... —Repitió el mayor, quien se había quedado atontado al oír esa parte de lo que había dicho su sobrina. —¿Estás burlándote de mí? —Preguntó enojada. —No, claro que no... —Dijo con la sonrisa más grande que Pan hubiera visto jamás. —¡También me gustas! —Él la abrazó, y a pesar de la confusión y el enojo, ella correspondió el abrazo. Ninguno dijo nada más después de eso, se sentían totalmente incapaces de articular palabra. ¿Qué pasaría ahora? Eran tío y sobrina que se gustaban. ¿Era eso normal? No podían pensar en eso ahora, solo tenían que empezar a buscar alguna alternativa. Debían hacer algo, y no estaban entre las posibilidades dejar de hablarse/verse o comunicarle al mundo que se querían como algo más.
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Cuento De Amor
RomancePan y Gohan quedaron devastados luego de la muerte de Videl en un accidente automovilístico. Ambos están pasando por un estado de depresión, aunque varias personas están intentando ayudar a olvidar, sigue siendo demasiado difícil; en especial para P...