Antínoo se quedó un momento paralizado, su mano continuaba en la mejilla del hombre, sube un poco más sobre el cuerpo de este hasta extenderse y sentir la cercanía de sus labios sobre los de él, sintiendo su respiración y aliento caliente sobre, él simplemente juntó sus labios a los de Antínoo, Adriano afianzando más el agarré en el cuerpo de Antínoo, estrujándolo un poco más cerca hacia él. Era muy cálido para Antínoo, mientras que para Adriano su corazón rebosaba de felicidad, ambos corazones estaban muy latentes al punto de explotar.
El beso comenzaba a tornarse más agresivo y apasionado que tierno, parecía como si ambos bailarán al mismo paso sin equivocación alguna, Adriano colocando al pequeño Antínoo debajo de él mientras esté continuaba besándolo metiendo su lengua dentro de la cavidad de Antínoo, humedeciendo mucho y chupando sus labios, Antínoo no sabía mucho que hacer, sus manos continuaban en el pecho del emperador totalmente quietas, sin embargo no lo apartaba, tampoco lo repudiaba, se sentía sumamente seguro a su lado.
Por su parte, el gran emperador susurraba a sus oídos su permiso, era la primera vez que hacía peticiones para poder continuar o detenerse y el escuchar las afirmaciones de Antínoo con voz ronca le excitaba mucho, y de inmediato sus manos se sumergieron en la delicada piel de Antínoo, el chico por su parte quería hacer más pero se encontraba temblando por el tacto y caricias de su querido emperador, el mismo se dispuso a subir lentamente sus prendas y tomaba con firmeza sus muslos. La piel de Antínoo para él era tan cálida y tan suave, colocando las piernas de este en su cintura volvió a los labios de Antínoo besándolo de una forma desesperada, no podía contener su deseo y era por el incontrolable cariño que comenzaba a albergarse cada vez más en su corazón.
-Antínoo ¿Qué estas haciendo conmigo? ¿Qué me hiciste? - preguntaba y exclamaba el abatido emperador en tanto lo besaba por todas partes.
Antínoo por su parte no sabía que decir, se encontraba sorprendido por el impacto que tenía para con él, aparte de ello estaba aún más sorprendido por sentir un bulto contraerse un poco más debajo de su entre pierna, y eso lo quemaba en el estómago, pero era bueno, se sentía placentero y le gustaba, se preguntaba si alguna acción que hiciera lo llevaría a tener represalias pero no le importo de ser así, solo quería sentir más cerca a su emperador. Pasando sus brazos por los hombros de este y besándolo con más pasión sintiendo sus lenguas entrelazándose.
Adriano continuaba apretando su entre pierna sobre el joven haciendo que escapara pequeños gruñidos, quería entrar, de verdad lo deseaba, comenzaba a quitarse las prendas sin darse cuenta, dejando expuesto su amplio y velludo pecho, Antínoo contempló su estructura y le gustaba muchísimo pasó inconscientemente sus manos por sus hombros y luego al percatarse se detuvo inmediatamente y Adriano solo sonrió.
-Puedes tocar todo lo que quieras, hoy soy tuyo...y siempre lo seré.
Antínoo se dispuso a tocar todo su cuerpo, sus brazos eran fuertes y su pecho era muy amplio y su vello sobresalía un poco, y al subir la mirada se encontró con aquellos ojos y mejillas llenas de felicidad, ¿Era normal sentir alegría en un momento así? ¿Era normal que le transmitiera tanta paz? Sentía sus fuertes brazos atrayéndolo y sentándolo sobre su regazo, sintiendo aún más la presión de su pene sobre sus glúteos.
-Ay Antínoo...perdona...es que te estoy deseando tanto y...
-Por favor entra dentro de mí... mí emperador.
Las palabras causaron un impacto sobre Adriano convirtiéndolo como un león rugiente a punto de devorar a su indefensa presa, sus prendas interiores fueron desgarradas al instante y los labios del emperador comenzaron a chupar ferozmente los pechos sensibles del chico matizando su piel en un rojo intenso por la barba, la expresión de Antínoo era muy cautivadora y placentera para él, sus labios gruesos formaban un redondeo espectacular y atractivo mientras contraía su cuerpo y pequeños gemidos salían de su dulce boca. Adriano halo un poco el cabello del joven hacia atrás mientras iba devorando cada parte de él y chupado su cuello dejado pequeños moretones en su delicada piel, la barba de Adriano era muy áspera para Antínoo sin embargo le encantaba, comenzaba a sentir su sudor conjugándose con el de él. La ropa de Adriano calló fácilmente al suelo sin percatarse de cómo, dejando la desnudez de esté al descubierto. El hombre aún no había visualizado bien el majestuoso cuerpo del chico hasta ahora, sus piernas eran esbeltas mientras sus glúteos eran los más hermosos que haya podido ver dejando una cintura en su cuerpo muy hermosa. Resplandecía de juventud, delicadeza y una jodida mirada inapropiada en ese mismo instante, era todo un Dios personificado a la vista del emperador, y se convertiría en su perdición.
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Figuras De Venus© ||FINALIZADA
Ficção HistóricaCautivado por el joven Antínoo, el gran emperador Adriano caerá rendido a los pies del chico mientras que Antínoo descubrirá su verdadero deseo en su corazón, ¿Que esperanza quedará para los trágicos amantes?