PRÓLOGO.

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Lo conocí en el trabajo, yo era un simple asistente con ganas de crecer, él, el dueño de todo, era un joven inexperto en las relaciones, no fue difícil enamorarme de él, su simple sonrisa arrogante, su porté altanero, la manera en que lograba captar mi atención con solo una mirada, todo eso contribuyó a enamorarme de él.

Él, Mew Suppasit Jongcheveevat, CEO de una gran empresa publicitaria, yo un joven universitario, con tan solo veintiún años, buscando trabajo para mantener mis estudios, no tenía idea de que entrar a trabajar como su asistente personal iba a ser el error más grande de mi vida, fue fácil caer en sus besos, sus caricias, en su forma de cuidarme, protegerme, su posesividad me daba esperanzas falsas, yo me deje enredar por ese hombre de treinta años, sin saber la triste realidad de la cual era víctima, y por la cual nunca podríamos estar juntos.

– Cariño, sabes perfectamente que no puedo darme el lujo de contar lo nuestro, no soportaría ver qué la gente te acose por ser mi pareja – me decía siempre después de cada encuentro en la oficina, o en algún motel de paso cuando regresaban de alguna firma de negocios.

Beso mi hombro y yo me deje llevar nuevamente por aquella prohibida pasión, desde la primera vez que nos besamos en su oficina, dónde me confesó la intensa atracción que sentía por mí, yo sabía que ya no había marcha atrás, estaba perdido, enrolle mis brazos en su cuello y lo deje amarme, acaricié su espalda lentamente, sintiendo como sus manos viajaban por todo mi cuerpo, tocando lugares que me hacían enloquecer, solté un gemido de placer cuando volvió a enterrarse profundo en mí, y el beso mis labios, sentí que ese era mi lugar seguro, había encontrado a la persona correcta.

– Mew… – suspiré aferrándome a su fuerte espalda, los movimientos eran erráticos demostrando cada sentimiento que sentimos en ese momento.

– Gulf...– suspiró cuando ambos llegamos a tan esperado clímax.

Yo no tenía idea…

No sabía la cruel verdad…

El me dijo que era libre, como el mismo aire, como las palomas era libre….

Y yo le creí….

Ahora es tarde señor, ahora nadie puede apartarlo de mí….

– Disculpa, puedes avisarle a Mew que estoy aquí – dijo una voz muy amable enfrente de mi.

– Claro, en unos momentos… Tengo el gusto ¿Con?... – pregunte marcando a presidencia.

– Claro, olvidé que eras nuevo, soy Art, su esposo – en ese instante dejé de escuchar, creí morir por un momento, pero aún así volví a lo que hacía.

– ¿Sucede algo cariño? – preguntó cínicamente Mew.

– Jefe, lo buscan, su esposo, el señor Art – dije sintiendo mi garganta doler.

Un silencio se escuchó en la línea, no espere respuesta, colgué y di un respiro antes de decir.

– El señor Suppasit lo espera en su oficina, señor Jongcheveevat – dije tratando de no llorar.

☀️🌻











Me inspire en la canción de arriba, para está nueva historia.

¿Qué tal? Hace mucho que no público nada, la verdad ya casi termino los especiales de "fuera boda" solo hay que esperar un poco para que podamos disfrutarlos.

En cuanto a esta historia la estaré publicando a la par con otra adaptación, ya tengo dos capítulos adaptados, a más tardar el fin de semana público la nueva historia aparte de esta.

Debo advertir que Mew aquí no será precisamente la mejor persona, ahora toca aprender que los villanos de nuestras vidas podemos ser nosotros mismos.

Nos leemos pronto :)

SEÑORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora