FINAL.CORAZÓN DESBOCADO DE AMOR.

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Revisaba los papeles que había pendientes con fastidió, aunque sabía perfectamente que era mi culpa por evadir mis responsabilidades poniendo de pretexto a mi hermoso esposo embarazado, pero en mi defensa, Gulf necesita compañía para no sentirse solo en estos últimos meses.

Mi Gulf ya iba por los siete meses, y tanto él como Tharn necesitaban de mi atención, mi hijo mayor era un amor con si hermanita y me ayudaba bastante a mantener vigilado a mi activo esposo, quién ya me había puesto un alto a mis actitudes sobreprotectoras, pero era inevitable cuando fuertes recuerdos regresan a mi.

La primera noche cuando me enteré de esa dulce espera llore toda la noche, lo hice de miedo, mi pequeño ángel me estaba dando una segunda oportunidad para hacer las cosas correctamente, fue inevitable pensar en mi primer hijo, Alexander me enseñó la dicha de ser padre, lamentablemente jamás pude experimentarlo, el temor de que las cosas sean iguales que la última vez está presente, por eso mismo es que me gusta estar pendiente de todos sus malestares, molestias y caprichos, al punto en qué decidí colocar a Gulf en la oficina continúa a la mía, al menos hasta que cumplió los cinco meses y ya no lo deje trabajar.

Así que ahora mismo estaba en casa descansando con una cara de gruñón que se ablandaba cuando nuestro hijo estaba presente.

Estos meses de matrimonio habían sido los más felices y bellos de toda mi vida, era gratificante llegar a casa y ver a mi niño recibirme con un gritó de alegría y muchos besos es suficiente para soportar un día sin mis amores, era tan agobiante que pensé en acortar mi tiempo en la oficina para pasar todo el día con ellos, pero mi esposo me gritó que no evadiera mis responsabilidades.

– Permiso señor – dijo Carol trayendo consigo una carpeta.

– Por favor dime qué no traes más papeles – dije desesperado, quería llegar a casa para ver a mi familia.

– No, pero afuera está una señora que quiere verlo, dice que es importante – dijo riendo por mi comportamiento.

– Hazla pasar, ya casi termino con este infierno – dije y escuché la risa de mi asistente, desde que esa chica salía con la mejor amiga de Gulf la veía más animada y contenta, aquellas dos no eran muy discretas, la amiga de Gulf se encargaba de llevarla a todos lados y dejarle regalos casi todos los días.

Hace unos días ella junto a mi suegra le sugirieron hacer una pequeña reunión ya que mi esposo no quería la típica fiesta de revelación de sexo, pues decidimos no decir nada hasta que nazca mi princesa.

Veo como se abre la puerta y no reaccionó hasta que subo la mirada y me encuentro con los ojos de la mujer que no había visto desde que condenaron a la persona que más daño me hizo en mi vida, se veía demacrada, tenía ojeras enormes, estaba más delgada, pero tenía un semblante más brillante, como si se sintiera más libre, y eso me alegró muchísimo.

– Mew, perdón por venir sin avisar – dijo sentándose frente a mí, era raro que no llegará con una pose altanera y déspota como siempre.

– No hay problema – contestó tranquilo, dejo el bolígrafo en mi escritorio y miro hacia ella.

– Me enteré que te casaste nuevamente – comentó nerviosa.

– Si, y soy padre de un niño – dije con una sonrisa.

Mi madre parece contrariada, pero al final me da una tierna sonrisa, se muy bien que está feliz por mi, aunque trate de negarlo, la conozco lo suficiente para saber que está arrepentida de seguir las órdenes de Erick.

– Yo… Venía a entregarte ésto – me extiende un papel, la mire con confusión, pero lo tomé.

Abrí mis ojos exageradamente ¿Qué mierda era ésto?

SEÑORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora