⍟ Advertencias: ⎊ Hurt/comfort ⎊ Nanny!AU ⎊ Omegaverse ⎊ Mención de HowardJarvis (no sé cómo se llama el ship, pero me lo encontré en varias fanfics y me encanta la idea, #perdónMaria)
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Steve suspiró, antes de tocar la puerta de los Stark. Escuchó las risas infantiles del más pequeño de ellos, seguido de pequeñas pisadas y unas más grandes y pesadas. Suspiró, percibiendo el dulce aroma del cachorro y sonrió, intentando poner una cara más alegre. La puerta fue abierta, dejando ver a un sonriente Tony frente a él, con su tierno conjunto de carritos y descalzo, dejando ver sus calcetines de estrellas.
—¡Steveeee! —exclamó, a lo que el rubio se agachó, ensanchando su sonrisa.
—Hola, pequeño —sonrió, apoyando sus codos en sus muslos.
—Pequeño no, ¡ya soy grande! —protestó, haciendo un tierno puchero, luciendo sumamente tierno combinado con sus brillantes ojitos de Bambi.
—¿Ah, sí?
—¡Sí!
—Choca los cinco, niño grande —dijo entonces, dejando ganar al pequeño cachorro y alzando la mano, sintiendo pronto el golpe de la más pequeña y calientita de Tony—. Qué fuerte eres, cinco abajo —bajó más la palma, recibiendo el golpe de la palma de Tony—. Cinco arriba... ¡a la cara! —hizo cosquillas en la pequeña nariz, sacándole risitas infantiles. Se levantó al sentir el aroma del omega mayor, acompañado de su saludo.
—Hola, Steve —saludó Howard, sonriendo suavemente al joven alfa. Tony salió corriendo, sin decir nada, solo chocando los cinco con Howard. Steve devolvió el saludo, volteándose para colgar su abrigo amarillo, la pequeña mochila donde llevaba sus cosas personales (a Tony le gustaba decir que era la maleta de Mary Poppins versión Steve) y quitarse los zapatos, quedando en calcetines azules. Frotó un poco los pies contra la alfombra, sintiendo el calorcito quemarle un poco la planta de los mismos—. ¿Cómo estás?
—Bien —respondió, sentado en el brazo del sillón para arreglar las cintas de sus viejas converse.
—De verdad, lamento lo de...
—Estoy bien, no te preocupes —interrumpió, dejando sorprendido al omega por la acción, pues Steve solía charlar un poco más cuando iba a cuidar a Tony.
—Howard, ¿has visto mi billetera? —gritó Jarvis desde alguna habitación, haciendo sonreír a Steve. Por alguna razón que no terminaba de entender, le causaba gracia la dinámica de tan interesante pareja.
—¡Debemos irnos! —respondió Howard, dando media vuelta, dejando a Steve terminar de acomodar sus cosas.
—Es que no encuentro mi... ah, olvídalo —Howard soltó una risita.
