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C A P Í T U L O 0 1
La joven llevaba horas en esa ducha, y por cada minuto que pasaba, el agua se volvía a una temperatura más baja. Convirtiendo sus labios rosados en un violeta claro, pero llamativo.
Aunque el baño haya hecho que sus músculos se alivien, sus pensamientos recorrían el rencor y el dolor qué pasó hace unas cuantas horas. Aún no podía ni siquiera pensarlo, como él se daba la espalda-detallando más su torso- y la dejaba ahí, en medio de la oscura noche, donde la única cómplice era la luna y un par de estrellas. Lo que ella sentía emocionalmente día tras día era inexplicable.
Esas risas, miradas, susurros la consumían cada vez más.
Ella era una chica segura, introvertida, inteligente y orgullosa de sí; pero en el fondo, era insegura en todo sentido, aunque dicho antes, su orgullo no permitía que alguien la vea en ese estado...
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Luego de razonar horas y horas, la fémina al fin decidió salir del frío baño que se había tornado con el paso del tiempo.
Transitó su toalla por cada centímetro de su cuerpo húmedo y mojado, a la vez que se colocaba esas pantuflas tan calientes que tanto le encantaban. Armó con el conjunto de su anterior toalla un pequeño "rodete" en ese cabello revoltoso mientras quitaba el tapón de la bañadera para que el agua vaya disminuyéndose de a poco.
Pronto, aquella joven se dirigió a su diminuta habitación de aquel alojamiento de la universidad, para tomar su celular y poner una canción que identificaba su situación de pies a cabeza.
"Deja vu" de Olivia Rodrigo.
Si bien no escuchaba seguido sus canciones, la letra era lo que en ese momento ocurría en su vida.
Sus lágrimas se alojaban en sus mejillas mientras que aquella trataba de quitarlas, aunque su promesa de "no llorar por nadie que no valiese la pena" y su orgullo, se derrumbasen.
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Ella buscaba en ese escandaloso cajón de ropa algún conjunto cómodo para ponérselo y dejárselo quién sabe cuánto tiempo. Revolvía más y más de lo que tenía aquel mueble por fin encontrado ropa adecuada.
Simplemente se puso un pantalón cuadriculado con remera de tirantes y un buzo angosto para su cuerpo. Su mirada bajó hasta su ombligo tapado por la ropa para luego sacar esa molesta toalla que cubría su pelo y luego, revolver su cabellera.
Aquella chasqueó la lengua por la frustración que tenía de olvidarse la mayoría de las cosas, así que se encaminó a buscar el único peine que podía cepillar su cabello luego de bañarse mientras tarareaba esa canción que reproducía una y otra vez.
Encaminándose al baño, oyó un ruido proveniente de la puerta que tocaba diversas veces algo fuerte a su padecer. Ella frunció su ceño por la curiosidad, no entendía quién era la persona que quería ir a su habitación después de lo sucedido.
Se aproximó lentamente para hacer poco ruido; si era una broma o alguien que no quería ver, era mejor parecer que ni una sola alma circulaba por aquella habitación.
Miró a través de la mirilla de la entrada, pero nada se veía a la altura de su mirada.
Chasqueó nuevamente la lengua mientras maldecía por la broma que le había planteado alguno de esos alumnos, y tratando de no hacer ruido, abrió la puerta mientras miraba a los costados para ver si aquel o aquella estudiante se veía por algún costado, sin embargo nadie se observaba en los alrededores.
Sus ojos se dirigieron al suelo por el llamativo rojo que su mirada presenciaba, miró hacia allí y sus ojos no pudieron pestañear, se abrieron como platos mientras la curiosidad la consumía.
Lentamente fue agarrando aquel sobre con la rosa que lo acompañaba, cerró la puerta y rápidamente se encaminó hacia su cama; se sentó en ella para luego abrir aquel objeto con la carta que había en él.
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• Para mi querida _______ Johnson •
A Capella...~
Sé que dices que me amas
De una y mil maneras,
En muchas otras formas.
Con el brillo de tus ojos
Con la delicadeza,
En que me t o c a s.
Pero ¡Oh!
Qué hermoso suena -
A Capella
Cuando un te a m o
Se escapa de tu boca.
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La joven tenía los ojos más abiertos que nunca. Su cabeza daba miles de vueltas mientras preguntas surgían en su mente.
«¿Una declaración?.¿Quién es?.¿Sería una broma?»
Todo tipo de preguntas surgían cada vez más, hasta que una la hizo poner los pelos de punta.
«¿Él hizo esto?»
Su ex novio, Scott, pudo escribir esto, pero aquella no le veía sentido. La dejó por otra hace unas diez horas y, ¿ahora quiere volver?. ¿O solo quiere molestarla?.
Sería estúpido de su parte.
Ella juraría atrapar a la persona que le mandó esto, su curiosidad la llevaba a cabar su porpia tumba.
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Dejó la carta en su mesita de noche al igual que la rosa, mientras destapaba su acolchado de la cama; se acostó en ella tratando de dormir profundamente pero al parecer el sueño aún no llegaba completamente. Su cabeza seguía encendida como una lámpara.
No podía dejar de pensar y reclamar a su ahora ex novio sobre esta carta, aunque no sabía si era él o si lo había hecho para que le salga humo por las orejas a propósito. Él sabe bien que no es una chica nada tranquila.
Su mente y pensamientos divagaban hasta que una duda hizo que sus ganas de dormir fueran nulas.
«¿Seguirá mandando cartas?»
Claro que ella no era tonta, las posibilidades de que las cartas sigan serían pocas; depende la teoría.
Masajeó su cien por esas preguntas que siempre le surgían a la hora de dormir haciendo que su mente siga más despierta que nunca.
Y probablemente, esta sea una de ellas. Ya que la muchacha estuvo dos horas con sus grandes ojos abiertos antes de que el sueño la vaya consumiendo de a poco....
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Aviso:
• El poema no es mío, solo que me pareció bastante llamativo.
• La canción que reprodujo rayis, es la que puse en el inicio [video multimedia].
• El apellido de Rayis es Johnson.
Fin del aviso.
|Me despido mis bellos//as lectores//as| 💞
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I ᗯᗩᖇᑎᗴᗪ YOᑌ | En Pausa ▶️
Fanfiction[en edición] "Es algo que él no puede superar y que ella tampoco, pero uno guarda rencor y el otro no". - 「Prohibido el plagio」
