Capítulo 2

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Los días que antes eran fríos y monótonos se volvieron coloridos. El sol comenzaba a brillar aún más que los anteriores años, es como si estuviera sonriéndole a la ciudad.

Glimmer despertó antes de que su alarma sonara, miró la fotografía de Adora a su lado, besó sus dedos y los puso encima de la imagen.

─Buenos días, mi hermosa musa─pronunció con alegría.

Desde el día en que sus miradas se conectaron, la fotógrafa no dejaba imaginarse como sería una vida a su lado. Las fantasías animaban a su corazón a danzar la melodía del amor. 

Sujetó el teléfono entre sus manos, ingresó al perfil de Adora. Pasaba las publicaciones e imágenes, y cada una ayudaba a que su sonrojo creciera. 

Aunque había un diminuto problema el cual tiene por nombre “Catra” o la “otra”, como Glimmer suele llamarle. Catra poseía muchas cualidades físicas, al contrario de Glimmer, pero no parecía tener nada más que eso.

¿Cómo apartarla del camino?

Encendió la computadora, abrió una pestaña en incognito, en el buscador escribió: Separar a una pareja . Los resultados fueron rituales, amarres y cosas sin sentido para la pelirosa, hasta que la frase Hasta que la muerte los separe apareció. 

Glimmer no se iba a ensuciar las manos, aparte, ni siquiera conocía su dirección. 

Masajeó sus sienes, necesitaba una idea pronto. Tal vez, el tiempo para enamorar a Adora se agotaba. 

Eso tensó su cuerpo. 

No quería cargar una pena en su espalda por el resto de su vida, con la gente mirándola caminar por las calles murmurando rumores. De ningún modo su orgullo permitiría exponer el dolor de la pérdida.

Tenía una única oportunidad que no desperdiciaría y la cámara sería su más fiel acompañante.

...

Al día siguiente, fue a la cafetería de siempre, pidió el mismo café y se sentó en su lugar preferido. Eran las seis de la tarde, treinta minutos antes de que Adora llegara a la parada del autobús. Comenzó a mover la rodilla impaciente, quería verla nuevamente. 

Sintió como alguien le tocó el hombro, miró de reojo y no podía creer que la mirada azulada de su musa estaba frente a ella, sonriéndole. Su corazón palpitó intensamente, en cualquier momento se le saldría del pecho. 

─Hey Glimmer, no sabía que venías aquí─habló Adora.

─Suelo venir luego del trabajo, yo jamás te vi por acá─contestó Glimmer.

─Vengo sólo por algo de tomar, mi novia no llegará hasta más tarde y me dije que un café no caería mal. ¿Te molesta si me siento contigo?

─No, está bien. A mí no me molestaría seguir escuchándote, Adora.

Mientras la plática seguía su curso, Glimmer no podía evitar ver cada expresión que se formaba en el rostro de Adora, hizo un estudio sencillo a sus movimientos y su comportamiento. Era la chica más maravillosa que la fotógrafa había conocido.

El teléfono de Adora vibró. Glimmer mordió su labio inferior, sabía que era Catra. La rubia se levantó para contestar la llamada. A lo lejos, Glimmer pudo notar como Adora se notaba inquieta, con un semblante serio, de vez en cuando tallaba sus ojos y suspiraba, debía estar estresada.

Adora regresó a sentarse y forzó una sonrisa, a Glimmer no le gustó aquella falsa curvatura en sus labios.

─Sé que no es de mi incumbencia, pero ¿qué pasó? ─preguntó la ojilila.

─Es Catra, mi novia. Al parecer llegó temprano y está molesta porque no estoy en casa. Disculpa enserio, debo irme─exclamó Adora.

─ ¿No te parece que es muy excesivo el hecho de que se enojé por algo tan insignificante como llegar tarde?

La ojiazul se quedó mirando al suelo, pensando.

─Simplemente quiere cuidarme, es todo. Es una promesa que hicimos desde niñas, el cuidarnos entre nosotras─dijo Adora sin separar la mirada del piso.

Glimmer parpadeó confundida, no recordaba que Catra estuviera en la vida de Adora durante tanto tiempo. 

─Bueno Glimmer, nos veremos luego─la rubia tomó sus cosas.

─¡Espera Adora!

Sostuvo la mano de su musa. El tacto fue reconfortante, tierno y cálido.

─Sé que es mucho pedir, pero tengo una actividad que entregar para la escuela-mintió Glimmer─ y necesito una modelo para las fotografías.

─Oh… No se publicarán las fotos, ¿verdad? ─la fotógrafa negó con la cabeza y Adora soltó un suspiro de alivio─ Puedo el sábado a las dos de la tarde, ¿te veo en tu estudio?

Glimmer se quedó sin palabras, solo asintió.

─Entonces nos veremos el sábado─repitió Adora.

─ ¿Por qué no quieres que las fotos se publiquen?

─Catra maneja mis fotos y eso, no quiere que le llegue a gustar a alguien más y la deje. Me mataría si pasara eso─ el semblante de Adora se volvió un poco temeroso, pero luego sonrió─ Ya debo irme. Hasta el sábado, Glim─ dicho esto, se retiró.

Glimmer parpadeó sus ojos lilas, incrédula. Tendría una oportunidad de ver más cerca a Adora, y ni siquiera fue algo forzado. Parecía un sueño hecho realidad. Además, le dio un diminutivo de su nombre. Nada podría arruinar ese maravilloso momento. 

Un sorbo frío de su café le hizo recordar algo. 

“Me mataría si pasara eso”

¿Realmente Catra sería capaz de dañar a Adora? Desconocía parcialmente a la morena, pero el de hecho de que provocara que la sonrisa de su musa desapareciera completamente cada vez que se presentaba de un modo u otro, imperdonable. Glimmer comenzó a dudar si Adora estaba segura con la otra. 

Su mente creó imágenes de la rubia siendo maltratada por su pareja. Cubrió su boca al imaginar aquello. No podía permitir que una maldita abusiva fuera la “dueña” de la chica de ojos azules. 

¿La habrá golpeado antes?

¿Una amenaza?

¿Qué tanta cosa violenta pudo cometer la morena?

Adora merecía algo mejor, de eso estaba segura. Sin embargo, Glimmer necesitaba algo para demostrarlo y con ello Adora la vería como una especie de salvadora, tendrían citas, se enamorarían y llegaría el felices por siempre.

Por el momento, debía concentrarse en sesión fotográfica con Adora. 

“Tal vez pueda tomarme una foto con ella” pensó Glimmer.

Se sonrojó al imaginarse su cuerpo junto al de Adora. La respiración de ambas uniéndose debido a la cercanía de sus rostros. 

Glimmer pasó su pulgar por sus labios preguntándose cómo se sentirá besar a su musa.

With You By My Side ( AU Glimmadora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora