Capítulo 3

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Las citas con Norcorea eran lindas, debía admitirlo, el coreano se esforzaba mucho en ellas

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Las citas con Norcorea eran lindas, debía admitirlo, el coreano se esforzaba mucho en ellas. También era muy amable, nada que ver con lo que se decía en televisión de él y su gente.

Comúnmente iban a cenar o salían a dar una vuelta por la ciudad. La última vez que salieron no fue la excepción, una cena en un buen restaurante y después una película en el cine. Pero esta, bueno, Norcorea le cancelo de último minuto pues tenía una importante reunión con sus gobernantes.

Lo entendió y cambio para otro día. Aun así, el asiático le había mandado un ramo de rosas y una caja de chocolates a forma de disculpa. Si no estuviera enamorado de China, USA juraba que lo estaría del coreano. Era guapo, amable, inteligente y cualquier cosa que al americano le gustaba, pero lastimosamente no China, y eso jamás podría remplazarse.

"Ven a cenar con nosotros"

USA recibió un mensaje de México después de decirle que su cita se había cancelado, así que después de hablar con Canadá sobre la propuesta del mexicano, ambos subieron al avión directo a casa de la pareja de México.

Cuando llegaron eran las ocho de la noche, y habían salido de Estados Unidos hace unas horas.

Entraron al lugar tras ser recibidos por el moreno y tomaron asiento en la mesa, pues pronto iban a cenar.

―México, cariño ¿Podrías ayudarme?―Se dejó escuchar una voz desde la cocina y ya sabían quién era. México corrió para ayudar a su pareja.

El dueño de la voz salió y al ubicarlos se les acerco con una gran sonrisa en el rostro.

―USA, Canadá, que bueno verlos.―Los envolvió en un abrazo.

―Brasil, igualmente―Canadá rio.―Te ves muy feliz.

―Lo que hace vivir en pareja―agrando su sonrisa.―Bueno, casi.

Los soltó poco después tras escuchar que su novio volvía a la mesa y acomodaba los platos.

―Parece que llegamos justo a tiempo.―USA se sentó después de su hermano.―Gracias por invitarnos.

―No hay de que gordis― El mexicano se asomó desde la puerta―Cuando quieran.

La cena transcurrió con tranquilidad, hablaban alegremente sobre sus familias, el trabajo que tenían con su respectivo gobierno, presidentes, su gente y claro, sobre ellos mismos.

México y Brasil habían estado desde días atrás pensando en mudarse juntos formalmente, aunque esto era difícil debido a sus papeles como países ya que entorpecería sus trabajos, pese a todo eso, USA recordó vagamente que ONU le había hecho la propuesta días atrás de buscar un lugar para que todos los países pudieran vivir juntos y sin complicaciones; le había ofrecido Nueva York pero ese era un lugar casi imposible para hacerlo. Además, primero debían hablar con sus compañeros representantes. Así que se abstuvo de comentar.

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