O2; Anti sobreprotección.

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- Aburrido tecleaba palabras las cuales irían para el reporte semanal de la empresa, sus ideas desgastadas ya no daban con las mismas palabras vacías para aquel informe, su cabeza dolía a más no poder, el sonido del reloj no daba mucho en que ayudar, la cafeína en su sistema no lo alentaba a seguir con lo que había iniciado, tampoco lo hacía los recuerdos del día anterior.

Ese joven universitario lo dejo sorprendido, la cita fue muy bien, intento morderse la lengua en muchas ocasiones para que no espantar lo, e lo hizo en varías, en otras no lo logro, pero el peli rubio tenía coraje en contestarle e defender su argumento, como lo hizo con lo penúltimo de la cita, sobre lo del romanticismo e toda esas cursilerías - si, siguieron un rato más hablando -, lo paso bien, e podía decir que su actitud fue una de las mejores que a tenido con sus citas. Si el niño le gustó físicamente, también quería experimentar con su personalidad decidida, así que vería por dónde irían con eso que dijo sobre convencerlo con lo romántico y cliché, que lo enamoraría a base de ello.

Patrañas y puras idioteces, ni cuando fue adolescente logro enamorase con cursilerías así, e ahora en su plena adultez lo hará, no, Lee HeeSeung era alguien maduro.

Y de verdad que el niño lo tomo encerio eso, por que se me había olvidado comentarles que desde la mañana que despertó Lee encontró un mensaje de un número desconocido que al parecer no resultó ser tan desconocido, ya que se trataba del peli rubio dándole los bueno días e diciendo le cosas bonitas.

Pero sería mentir al decir que el empresario no se puso nervioso con esos mensajes e le elevó el ánimo mañanero, así que ¡Vamos a contar mentiras! E haremos como que eso no sucedió, según el peli negro quiere conservar algo de la dignidad - que no tiene -.

Su celular vibró acompañado del sonido de la notificación, e sabía quién era.

¿Debería ignorarlo o. . . ?

─ ¡Lee HeeSeung! ¿¡Cuál ahora es tu estúpida razón para no contestar mis mensajes!? ─

Oh no.

Park entro empujando muy fuerte la puerta del despacho de Lee, logrando que los cuadros de paisajes que estaban colgados en la pared de la misma se muevan de un lado para otro, mientras lograba que este mismo saltará en su asiento del miedo por el grito que lanzo el menor.

Jay daba miedo cuando estaba serio, ahora imaginenlo enojado por qué cierto chico sin corazón e que no piensa en sus palabras estuvo con el niño adorable y el cual considera su hijo en una cita e ninguno de los dos individuos no le contesta los mensajes, incluso las llamadas, si, era una buena razón para mojarse los pantalones e salir corriendo del alcance del peli negro menor.

─ ¿Me as mandando mensajes? No lo e notado, lo tengo en silencio y no lo e tom-

Ring, ring, ring.

Niki, no era buen momento para hacer eso.

Trago en seco el mayor de la habitación para levantarse bruscamente de su asiento e tomar en manos el adorno de punta fina que tenía en el escritorio con el único lugar de defenderse del menor, o por lo menos intimidar lo, cosa que por obvias razones no lograría.

─ Jay te lo puedo explicar. . . Yo. . .─

─ ¡Lee HeeSeung! ¿Qué mierda le hiciste a mi niño? ─

─ Yo. . . ¡Respétame soy tu hyung!, ¡No!, ¡Jay no! ¡Park por favor!, ¡Maten distancia! ─

Con ese grito del mayor comenzaba una casería por todo el último piso del edificio, dónde Lee era la presa e Park el cazador. Tal ves los de limpieza tendría trabajo demás.

- Después de estar persiguiendo al mayor por todo el segundo piso e casi dejarlo sin cuello por no contestar sus mensajes estaban sentados en el sofá del despacho del chico recién atacado

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- Después de estar persiguiendo al mayor por todo el segundo piso e casi dejarlo sin cuello por no contestar sus mensajes estaban sentados en el sofá del despacho del chico recién atacado. Park con una mirada severa y Lee con miedo por contarle lo que hizo e platico con el chiquillo que fácilmente logro gustarle.

─ ¿Y bien? ─

No dijo nada, e se dedicó a jugar con sus dedos, parecía hijo intentado contar a sus padres que había embarazado a su novia por simple calentura. Que vergüenza.

Vamos tampoco debía temer de que Park lo regañara o asesinara en el intento, como anteriormente se dijo, el no le hizo nada malo al muchachito, se llevaron bien, hablaron de muchos temas los cuales a ninguno de los dos le aburrió u incómodo, se conocieron más de lo que deberían - contando que solo era la primera cita que tenían -, gustos básicos e alguno que otro demás, como en cualquier inicio, e si, como anteriormente se dijo, HeeSeung se mordió la lengua muchas veces para no decir algo raro o fuera de lugar, o una opinión conflictiva.

Aunque tenía miedo en cierto modo también por qué si le gusto Niki, quería llegar a algo serio con el muchachito, pero estaba el hecho del que el joven desde lejos se notaba empalagoso con su pareja, territorial e muy, pero muy cursi con ella, después de eso estaba Jay queriendo le cortar la yugular por querer salir con su "hijo". No sabía que le daba más miedo, si lo meloso del niño o lo lejos que puede llegar el peli negro por el universitario.

─ Ya Lee, aún no te voy a matar.─

─ Esos comentarios hacen que no quiera contarte lo que pasó con Niki.─

─ ¿Qué?, ¿Acaso hiciste algo mal? El que nada debe, nada teme hyung.─

Se recostó en el sofá, e colocó su brazo en sus ojos queriendo tapar la vergüenza que sentía al ver cómo Jay lo esperaba impaciente. Un suspiro se le escapó nuevamente, e un debate nuevamente crecía en su cabeza.

─ Niki es muy bonito. . .─

─ ¿Te gustó? ─

Sus mejillas se colorearon de un rosado bajo, mientras su teléfono volvía a realizar aquel sonido e vibrar de aquella manera, como siempre notificando un mensaje nuevo.

─ ¿Ese es el? ─

─ Ni siquiera me diste tiempo a qué te explicará cómo es en realidad o si intercambiamos los números.─

─ Lo siento hyung, pero desde lejos se le nota que le gustó mi niño.─

─ ¿Está bien eso? ─

Se acomodo de una mejor manera en el sofá mientras miraba con curiosidad al joven de cabellos negros que tenía sentado a la par. No sé miraba enojado o desesperado, estaba tranquilo e hasta se me notaba un poco feliz, cosa que calmó un poco los nervios del mayor. Quiso sonreír pero el silencio del mismo lo ponía inquieto.

─ Está mas que bien eso hyung. . . Después de todo creo que mi niño está en buenas manos con usted pero siga contando, que si le hiciste algo aún estoy a tiempo de bajarme de este tren y estrangular te.─

─ ¡Ya no te puedes retractar! Aparte eso dió miedo, ya te tengo miedo otra ves. ─

─ rispitimi qui si il miyir, tonto, a ver solo cuenta de una ves.─

Al final del día HeeSeung salió alegre, no solo por los mensajes que Riki le mandaba, si no también por la aprobación que tuvo por parte de su hyung para comenzar a intentar algo con el niño, pero tenía miedo, miedo de meterse de verdad en lo que no le convenía, de lo que lo pueda destrozar e hacerlo débil, de dejarlo indefenso ante el mundo.

Tenía mucho miedo.

Pero en algún momento debería volverse así, solo tal ves ya era el momento de ser eso. De ser débil e arriesgarte por esa persona especial.

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