O4; Anti regalos.

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- Lo que resto del fin de semana paso rápido, llevando así al tedioso lunes, dónde la paciencia y la tolerancia de Lee se habían ido por completo

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- Lo que resto del fin de semana paso rápido, llevando así al tedioso lunes, dónde la paciencia y la tolerancia de Lee se habían ido por completo. Los ejecutivos no hacían bien sus trabajos, mucho menos los contadores, los cuales al parecer hicieron mal las cuentas del mes, teniendo así retrasados a la mayoría del personal, si su padre se daba cuenta de esto, no solo lo mataría a el, si no también lo haría hacer más de cien cartas de baja para los trabajadores de ese sector, ¡El no tenía ese corazón tan frío! Así que si, estaba ayudando a re hacer todas las cuentas de la empresa.

Iba de piso en piso buscando datos para poder hacer el dicho informe pero la odiosa música del elevador lo tenía mal, un dolor de cabeza tenía en esos instantes, logrando pintar en el una mueca de desagrado. De por sí su aspecto lo hacía ver cómo un hombre temido y con mal genio, con esa cara lo hacía ver el doble.

Muy bien, tenía ese gran problema en aquel departamento, después de ello su secretario se encontraba enfermo de gripe, por ello tenía toda la semana libre, y para agrandar su desgraciada Jay entraba después de medio día, ¡Dios! Solo falta que un perro lo orine a la hora de salida para hacerle entender que tiene una muy mala suerte.

Cuando las puertas del elevador se abrieron dejándolo en el piso de economía, pudo respirar un tanto más tranquilo al dejar de escuchar la tediosa música, sin embargo esa calma no duró mucho al ver cómo los empleados correteaban de un lado a otro con los informes, peleaban con las impresoras e la máquina de café como el dispensador de agua estaban repletos de trabajadores con miradas perdidas, ojeras marcadas y labios secos. Estaba planeando darles unas vacaciones a la mayoría del personal la semana que viene, pero con ese problema que acaba de tener, estaba considerando seriamente si eran necesarias.

Comenzó a caminar hasta llegar al jefe del sector, logro recolectar muchos datos que servirían con el informe, estaba dispuesto ayudar a su empleado.

Vicepresidente Lee, ¿Ocurrió algo más? ¿En qué puedo ayudarlo? ─

Nishimura Kei, ese era el nombre del joven de veintiséis años, que entró a la edad de veintitrés años al lugar como un simple contador como los demás, y gracias a su gran dedicación e amor por su trabajo logro ganarse un lugar estable en ese edificio, hasta lograr ser el jefe de aquel sector; Con esa responsabilidad lleva cumpliendo seis meses, los cuales en ningún momento se le fue de las manos las situaciones, bueno, para todo hay una primera ves.

El hombre era mayor que Lee, pero este le poseía respeto, tal ves algo de admiración, pero sin duda le tenía miedo, eso lo confirmo HeeSeung con su tono de voz al dirigirse a el esos momentos, nervioso, se le notaba también en sus acciones las cuales iban desde jugar con sus dedos y mirar a cualquier lado donde el rostro de su jefe no estuviese.

─ No solo vengo a ayudarte, ¿Cómo vas con lo del personal de marketing? ─

Suspiró tomando asiento en una silla que estaba al lado del muchacho de cabellos negros. Estaba seguro que hoy no iba a almorzar.

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